Estas oposiciones están Maduro-allanadas

El cuadro histórico actual es cada vez más difícil. Continúa la confrontación, en cuyo camino pueden quedar muchos más sacrificados, sin que eso signifique algún cambio esencial.

En principio la diferencia de una política y otra la marca el ejercicio del mando-poder. A lo largo de 40 años se dijo que estábamos en democracia y en su nombre se acometió todo tipo de atropello. Se institucionalizó la tortura, el asesinato político, los desaparecidos.

Todo un vejamen que supuestamente concluye con un llamado a la pacificación de las fuerzas políticas ya derrotadas. Los factores del mando-poder buscaban que sus adversarios se sumaran a lo existente o llegaran a una negociación que permitiera la convivencia, es decir, que dejaran las cosas en el mismo lugar.

Este pacto para la continuidad del mismo dominio es histórico. Se planteó en el desenlace de la llamada Guerra Federal, a la muerte de Gómez, el derrocamiento de Medina, Gallegos o Pérez Jiménez.

Cuando el pacto no se realiza a nivel de fuerzas políticas se produce entre las representaciones políticas y sociales. En cada oportunidad se convoca al respectivo reacomodo.

López Contreras en 1936 llama a las fuerzas políticas y sociales a sumarse a él para avanzar hacia la democracia. Betancourt en el 45 se presenta como el centro y actor de la verdadera democracia. Pérez Jiménez quiere librar al país de las ambiciones de los políticos que acompañó para el alzamiento contra Medina. Y cuando se ubica ante la prédica de los demócratas que lo derrocan en 1958 les enfrenta obras tangibles. Se ufana, además, en señalar que esa política que nace del Pacto de Punto Fijo asesinó mucho más que su dictadura.

En realidad, lo que se implanta en 1958 es la democracia del reacomodo socialdemócrata, liberal-positivista y dispuesta a manejarse a punta de negociaciones y pactos.

Pero este programa no funcionó de manera pacífica y convenida. A la hora del desafío a la democracia que hace el llamado modelo cubano que buscaba expandir su socialismo, hubo una respuesta violenta de los gobiernos de Betancourt y Raúl Leoni. Sin embargo, derrotadas las fuerzas internas no se logra establecer una situación de convivencia, tolerancia y respeto a los derechos humanos. La violencia sigue planteada como realidad y posibilidad para alcanzar posiciones en el orden político.

El 27F-89 decreta el fracaso definitivo del modelo democrático-representativo. En su legado queda una gran acumulación de miserias que se van a sentir en la política que se presenta como sustituto. Y llegó a tal punto el vacío, que el intento de golpe de Estado del 04F-92 fue visto y tenido por las mayorías como una vía de escape y salvación.

La mayor parte de los seguidores de Acción Democrática y Copei se afilian a los nuevos golpistas que ofrecen una nueva Venezuela, sin corrupción, burocratismo ni caudillismo. Se impondría el protagonismo del soberano. Al fin la voluntad del pueblo-colectivo será gobierno y verá cumplidas las reivindicaciones de unos derechos postergados desde la independencia.

Y desde la constituyente de 1999 se trazó el camino que, gracias a la nueva incidencia cubana, se perfilará hacia algo que ni ellos ni nadie ha visto en la práctica: una tal sociedad socialista que en teoría sería la expresión social inversa al capitalismo.

Y se difunde el mensaje de que sólo en socialismo y revolución se puede alcanzar la justicia y la igualdad. Pero, ¿dónde y cómo se concretó ese ideal? ¿Acaso en la economía socialista china, rusa o cubana?

A lo largo de la acción Chávez, y en particular desde la campaña electoral del 2006, vimos la prédica socialista: «Quien vote por mí, vota por el socialismo». Pero, ¿dónde está el socialismo «como una forma de vida y un nuevo modo de producir»? Con los ingresos más altos de la historia de este expaís se llegó a la mayor escasez.

Y hoy la propia dirección cubana entiende que su sobrevivencia está en el capitalismo. De allí que haya impulsado la creación de Venecuba para establecer una relación de intercambio desigual y altamente rentable. Y todo en nombre de un tal socialismo que como proyecto-teoría quedó arrinconado en el pasado.

Esto quiere decir que el presente venezolano sigue atado a las ideas del liberal-positivismo encarnadas en las fuerzas políticas y sociales de la socialdemocracia, el socialcristianismo que tienen hoy, aún, una nueva sede: el PSUV.

Esto conduce a una situación en la cual no hay un deslinde o separación teórico-doctrinario. Todo se limita a la contraposición izquierda-derecha. Fascismo o revolución. Libertad-democracia-justicia contra el despotismo capitalista. En la práctica el único mensaje válido para la militancia del PSUV es que la dirigencia puntofijista ¡No volverá!

Pero a la vez aquí no se ha creado una militancia oposicionista con alguna formación política e ideológica. El ofrecimiento es gobernar con honestidad y eficiencia a la par que garantizar las libertades ciudadanas. Y quien controla la política es porque tiene recursos. Por ello estamos ante unas oposiciones allanadas.

El 14A-13 buena parte del electorado no polarizado votó contra el candidato del gobierno y una parte de la militancia y periferia del PSUV dejó de votar o votó por quien suponía podía ganar por haber obtenido una buena votación frente a Chávez. Por esto aumentó la votación opositora.

Para la fecha están en pleno restablecimiento los mecanismos de control social y político. Las redes venecubanas coordinadas por Ramiro Valdés siguen en plena actividad. El PSUV tiene incorporado a lo interno, como la MUD, el elemento división-aspiraciones-ambición. Puede solventar la situación a punta de inversiones para comprar precandidatos. La MUD tiene sus candidatos, pero su unidad a esta hora no es firme.

Y esto lo sabe y maneja el régimen. De allí la guerra permanente con unas oposiciones pacificadas con las que hace cuanto quiere. Le acaba de allanar un diputado en la AN en plena demostración de que no se trataba de un simple allanamiento a Richard Mardo, sino evidenciar que el régimen mantiene Maduro-allanadas todas las expresiones opositoras. ¡Qué historia amigos!

@ablancomunoz