El descubrimiento de Smartmatic
Cuando en 1999 la Asamblea Constituyente inició su tarea de diseñar «la mejor Constitución del mundo», los jefes de las comisiones parlamentarias empezaron a recibir papeles de trabajo contentivos de las «líneas de Chávez» en cada área. Su trabajo no era discutirlas sino incluirlas en la nueva constitución. Las líneas no eran guías generales sino órdenes del líder máximo a sus seguidores que debían ser acatadas sin discusión. Algunas de esas líneas venían de La Habana.
El texto referente al futuro sistema electoral y de las nuevas leyes y reglamentos que dirigirían futuros comicios fue redactado en Cuba a la medida del Plan Prócer. Entretanto La Habana movía sus fichas en el tablero venezolano para ponerlo en práctica. Fidel necesitaba dos hombres de absoluta confianza para desarrollar ese proyecto. Uno debería estar en la Constituyente para asegurarse que el texto enviado se incluyera sin cambios en la nueva constitución y otro debería encargarse de los aspectos operativos fuera de la constituyente sin conocer los detalles. La tarea de seleccionarlos recayó en Ali Rodríguez Araque, «El hombre de Fidel en Caracas».
Por recomendación de Fidel, Chávez había nombrado a Ali Ministro de Energía con la tarea de ordenar a PDVSA la entrega de petróleo en condiciones preferenciales a la isla. Simultáneamente Ali controlaba a los jóvenes que habían sido enviados a Cuba para ser formados como lideres comunistas en la Escuela Superior de Cuadros Ñico López (ESC). Esta escuela forma los futuros lideres de la revolución castrista y allí son invitados jóvenes prometedores de otros países.
Al recibir instrucciones de nombrar a los dos mejores hombres disponibles, Ali recomendó a dos de sus pupilos: Nicolás Maduro y Jorge Rodríguez hijo. A ambos los había conocido siendo adolescentes gracias a sus contactos con la liga socialista y luego los había enviado a Cuba a prepararse como lideres. Con el correr del tiempo cada uno fue probando su valía para el castrismo. Maduro un hombre absolutamente fiel y obediente fue sembrado como guardaespaldas de Chávez. Jorge cerebral y maquiavélico fue el jefe del comité de estrategia del MVR en las elecciones del 98.
El trabajo secreto lo harían discretamente, en paralelo con sus actividades en el gobierno. Nicolás iría a la Constituyente y Jorge se quedaría organizando el partido a la espera de instrucciones para iniciar la puesta en práctica del Plan Prócer cuando la nueva constitución estuviera lista. Ninguno estaba al tanto de todos los detalles del proyecto. Su conocimiento se limitaba a lo que tenían que saber para hacer cumplir su misión. Este procedimiento operativo de seguridad se conoce en el mundo de la inteligencia como «necesidad de saber» (need to know), para evitar la filtración de información clasificada como secreta. A ambos se les prohibió hablar sobre la tarea que se les había asignado.
El 24 de mayo el TSJ suspendió las mega elecciones de relegitimación de autoridades programadas para el 28 de ese mes porque INDRA no estaba en capacidad de realizarlas. Esas elecciones se hicieron fraccionadas posteriormente con el sistema de INDRA. La suspensión de las mega elecciones no fue una sorpresa para el gobierno. Ellos sabían que era imposible hacerlas con el sistema existente. Ese hecho fue usado como excusa para justificar el cambio del sistema de votación existente por uno completamente automatizado. Esta decisión no se tomo de inmediato porque no había tiempo para hacer una licitación y se decidió esperar a las siguientes elecciones presidenciales en el 2006 para ejecutar por primera vez el Plan Prócer.
Los años siguientes fueron muy conflictivos. En el 2002 ocurren el paro petrolero y el golpe del 11 de abril. A mediados del 2003 la oposición empezó a movilizarse con marchas, protestas y disturbios pidiendo un referéndum revocatorio. Este hecho encendió alarmas en Cuba y de la isla vino la orden de iniciar los preparativos para activar el Plan Prócer en caso que se aprobara el revocatorio.
En julio del 2003 Jorge Rodríguez fue llamado a Miraflores y recibió por escrito de manos de Chávez las primeras instrucciones para iniciar su misión secreta. Debía abocarse a buscar en forma discreta una empresa que vendiera e instalara computadoras a ser instaladas en las mesas electorales y las conectara a través de la red de comunicaciones de CANTV con la sala de totalización del CNE. Los ingenieros de la empresa debería tener experiencia en la instalación de sistemas abiertos, comunicaciones via intranet y estar dispuestos a proveer solo los equipos (hardware) y parte de los programas (software). Los códigos fuente y el sistema operativo serían provistos por otra compañía. El gobierno proveería el financiamiento necesario para cubrir las fianzas y las ganancias se prorratearían entre las dos empresas. Una vez seleccionada la empresa habría reuniones técnicas para preparar las especificaciones y otros detalles. De acuerdo con el nuevo estilo de contratar en Venezuela esto no representaba nada ilegal. Jorge no era un experto en telemática y se limitó a cumplir órdenes.
En agosto del 2003 en vista que la AN no se había puesto de acuerdo para nombrar a los nuevos rectores del CNE, el TSJ decidió designarlos. Para entonces el gobierno temía que la oposición impondría el referéndum y debían prepararse para la el peor escenario. En esa oportunidad Jorge Rodríguez fue nombrado como uno de los rectores del organismo. Al recibir el cargo fue encargado de organizar técnicamente el referéndum presidencial en caso que fuera aprobado. Para entonces ya Jorge cumpliendo instrucciones había contactado secretamente a una empresa que estaba interesada en participar bajo las condiciones exigidas. La empresa era SMARTMATIC. Por pura casualidad el descubrimiento lo hizo su hermana quien era amiga de uno de los ingenieros de esa empresa. La próxima semana continuare el relato.