La crítica y el trabajo intelectual
Retomando viejas lecturas alrededor de Max Weber, Alexis de Toqueville, Pierre Bourdieu, Norberto Bobbio o el también fallecido Gabriel Almond por señalar algunos consagrados, encontramos que sus escritos están mas vigentes que nunca. Estos clásicos de la sociología y la ciencia política cobran un papel estelar en el mundo globalizado que nos ha tocado vivir.
De manera que es gratificante releer a partir de las grandes transformaciones experimentadas en nuestra región latinoamericana, algunos de estos trabajos que repito conservan su frescura original y por ello los consideramos “clásicos”, además, las propuestas de autores densos, críticos y argumentativos como los citados anteriormente cobran un nuevo aliento, dado que sus reflexiones nos inducen no sólo a abordar la cuestión de la política, la democracia, el funcionamiento de la democracia y demás, sino y fundamentalmente nos hacen repensar el papel que cumplen nuestras ciencias sociales, fundamentalmente la sociología y politología contemporánea.
Cuestiones de sociología uno de los trabajos más agradables de leer del dilecto sociólogo Pierre Bourdieu, nos abre una nueva lectura en estos tiempo de cambios substanciales, de manera que su abordaje es sin lugar a dudas una aventura intelectual, y que paradójicamente conforman como muchos otros autores y libros la expresión de sus posturas, propuestas y fundamentalmente vivencias, no crean que los consagrados escriben sólo tratados y voluminosos estudios, también encontramos excelente libros que son ensayos, entrevistas y recopilaciones de trabajos generalmente inéditos, conferencias y demás, no tan rigurosos a veces como los grandes tratados pero que sin embargo nos dejan un exquisito sabor y aporte al leerlos.
En este sentido, creemos que parte del pensamiento sociológico y politológico contemporáneo, junto a los escritos y posturas de nuestros autores y escritores, deben tener a nuestro juicio una postura ante todo crítica y requisitoria, y que por tanto conforma un pensamiento y actitudes que afectan y chocan con muchos intereses y formas de pensar de algunos representantes, burócratas y demás, que ocupan determinadas posiciones de dirección en muchas instituciones de diversa índole.
Asumimos con responsabilidad que algunos escritos, declaraciones y posturas de estos autores y a veces de nosotros mismos, se presentan como irritantes e irreverentes , difícilmente podremos pedirles a quienes asumen posturas fáciles, justificadoras y genuflexas que comprendan y acepten de entrada nuestros libros, escritos, columnas y demás, los mismos no tienen otro compromiso más que ser críticos y comprometidos únicamente con la academia, la argumentación y en la medida de lo posible con la objetividad. El aportar opinión y el enseñar discernir y resistirse a la retórica es una acto de solidaridad publica o mejor dicho una suerte de apostolado que la mayoría de las veces no tiene buena tribuna y réditos materiales , pues hay que sustituir el slogan por el análisis, la alabanza por la crítica, la argumentación requisitoria por el facilismo cómodo de sofá.
En conclusión, estamos de acuerdo con lo que ha escrito oportunamente el colega Luis Madueño cuando precisa que debemos aceptar que la sociología y la propia ciencia política pueden ser legítimamente unas disciplinas que molestan en la medida que aparecen como ciencias críticas, que develan lo oculto y lo reprimido, enfrentan la realidad y por eso desencantan.
Desencantan en la medida que abre lo que está censurado y es fuerza de algunos pensamientos fundamentalistas por los que algunos estarían dispuestos a morir. Incluso a la sociología y ciencia política se les acusa junto a sus profesionales de desestabilizadoras y desestabilizadores , por el sólo hecho de contradecir y por tanto no estar al servicio de ningún poder, pues sus proposiciones y planteamientos cuando contradicen todo sentido común y cualquier forma de pensamiento demagógico, se exponen a los prejuicios ideológicos y es atacada de inclinaciones políticas partidistas. Sin embargo, nunca hemos dudado de que el trabajo académico e intelectual requiere trasparencia, sensatez, algo de pasión nunca fanatismo y una dosis elevada de crítica.
(*) Politólogo – Magíster en Ciencia Política E-mail: