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El envite
En la dirigencia chavistoide la conmoción remonta a cotas inusitadas y el temor a lo que pueda resultar de la Consulta Popular, la hace tomar medidas cada vez más humillantes para el pueblo.
Así pues, anuncia el pago de bonos extra, como si pudiera comprar nuestras conciencias; monta simultáneamente un simulacro de la espuria constituyente; la violencia represiva continúa implacable; la intimidación de funcionarios públicos es constante y la repartición de comida se transmuta en infamante acción para intentar doblegar voluntades, sobre todo en los estratos más necesitados. Estas son algunas muestras del absoluto desprecio del régimen por la dignidad y el sentir de la población venezolana.
La institución armada se resquebraja, el abismo entre la podrida cúpula militar y los auténticos soldados de la patria, bordea lo inmanejable y el clero venezolano asume posiciones cada vez más militantes, que seguramente serán también útiles para marcar el paso a las autoridades vaticanas. La juventud se yergue como paradigma de valor y la ciudadanía como ejemplo de conciencia cívica e inagotable espíritu de lucha.
Un cuadro de esta naturaleza no pasa, ni mucho menos, desapercibido en el exterior. El cuerpo diplomático acreditado en el país, seguirá informando sobre nuestra situación a sus respectivos gobiernos, las redes sociales continuarán transmitiendo al exterior la veracidad del diario acontecer, los venezolanos de la diáspora aportan lo suyo, diferentes mandatarios se muestran preocupados y noticieros mundiales reportan, casi a diario, sobre nuestra borrascosa coyuntura. Así que con una comunidad internacional cada vez mejor informada, se hace cada vez más patente su disposición de ayudarnos a retomar la senda democrática.
A nivel interno, la penuria de la gente ha llegado a límites intolerables, la aceptación del gobierno ha traspasado mínimos históricos, se encuentra acorralado en el poder y lo sostiene la certeza de sus fechorías, el afán de impunidad, la coacción de una camarilla de traidores y la presión de sanguijuelas cubanas, con necesidades ahora exacerbadas por los acontecimientos del Norte.
En estas circunstancias, la población se apresta para la Consulta Popular del 16 de Julio, que bien pudiera resultar en un ejercicio ciudadano de la mayor significación política, por lo que arrecian rayos y centellas en su contra, que sirven para indicarnos lo acertado de nuestro proceder.
Pero no podemos perder el foco y actuar siempre de consuno, para potenciar el propósito común que nos anima.
Todos los venezolanos debemos ser conscientes que el próximo domingo nos va la patria en el envite.