La cultura de los hipermercados
Si alguna inversión en los últimos años en los Andes venezolanos, y concretamente en Táchira y Mérida está generando indudablemente progreso, desarrollo, servicios y empleos, es precisamente la construcción de modernos establecimientos que han sido etiquetados como “hipermercados”, dado que en los mismos podemos conseguir prácticamente de todo. Es decir, la cultura de los hipermercado está dirigida a promover grandes establecimientos, además de surtidos, de fácil acceso, cómodos, bien distribuidos en cuanto a los servicios, líneas y departamentos, que permitan que un ciudadano común y corriente que acuda a los mismos pueda en un solo lugar o establecimiento adquirir productos, mercancías, artefactos, enseres y pare usted de contar.
De manera que el objetivo central de los llamados “hipermercados” Garzón, o Makros en Venezuela, Carrulla, Vivero o Ley en Colombia, Carrefour en Francia y El Corte Ingles en España, por señalar algunas de las cadenas más conocidas, es abastecer de todo a quien lo demanda con todas las facilidades en cuanto al mercadeo y abastecimiento, sirviéndose de modernas tecnologías no sólo en la manera de mostrar, ubicar, promover, pesar, empacar, ofertar y demás, sino incluso en la manera de comercializar, dándole al cliente o consumidor las más variadas comodidades para cancelar y además conduciéndole una serie de promociones y beneficios directos e indirectos.
Esos beneficios en su conjunto resultan desde el punto de vista del confort, precio y marketing sumamente atractivos no sólo para la ama de casa, sino incluso para el profesional de hoy en día donde el tiempo es sumamente valioso, de forma que en un gran establecimiento la persona pueda abastecerse, pagar incluso algunos servicios públicos, desayunar, almorzar o cenar de acuerdo al caso entre otros. Otro elemento sumamente llamativo es la comodidad de poder hacer comúnmente las compras, sea cual sea la índole de las mismas, desde un yogurt, pasando por un shampoo hasta un DVD durante las veinticuatro horas del día de forma ininterrumpida.
Por lo tanto en estos tiempo agitados en la manera de vivir que nos impone la globalización, los ciudadanos y este caso los clientes o consumidores optamos en primer lugar por el buen trato, por la calidad, por la excelencia, la garantía, el confort y demás ítems que estos hipermercados son capaces de dar, repito sobre todo a un publico variado (ama de casa, profesional, estudiante, empleado, obrero, etc) que requiere ser atendido y satisfacer sus necesidades.
En Venezuela hasta hace unos años jamás se pensó que era posible por ejemplo conseguir modernas farmacias, casi boutiques de medicamentos en los que aparte de tener la medicina requerida nos dan tremendos descuentos, asimismo estamos observando innovación en múltiples establecimientos y comercios, fundamentalmente aquellos dedicados al expendido de una amplia gama de productos y servicios como son los “hipermercados”. Por tanto esta competencia por ofrecer calidad, variados stoks, confort y demás jamás antes hubiese sido posible, y precisamente esto sucede sólo dentro del capitalismo y fundamentalmente dentro de la globalización, que si bien es cierto genera algunos efectos perniciosos deja abierto la posibilidad de competir, e innovar en una basta gama de comercios, servicios y demás.
De manera que Mérida debe recibir con beneplácito el que un venezolano como es el Sr. Garzón haya decidido creer en el país e invertir en el mismo: Primero en el Táchira y ahora en nuestra universitaria ciudad de Mérida. Dios quiera que estos ejemplos se multipliquen y más todavía permitan que logremos de forma indirecta mejores estándares de vida, motorizar nuestras economías y generar empleos directos e indirectos a tantas familias que los requieren. Es el momento de pensar en grande, de apostar al país y a la región. Bienvenidos señores del Hipermercado Garzón a la ciudad de santiago de los caballeros de Mérida.
(*) Politólogo