Generales en jefe: Las cloacas abiertas del chavismo
Hace apenas horas el ilegítimo Nicolás Maduro ascendió a General en Jefe de la Fuerza Armada venezolana a Gustavo González López, el jefe de la policía represiva del narco-régimen. Este personaje había sido indiciado por violador de derechos humanos por el gobierno de los Estados Unidos, el cual dijo que González López “Como Director general del SEBIN ha participado en, de forma directa o indirecta, en actos significativos de violencia o conducta que constituyen un abuso serio o violación de los derechos humanos, incluidos aquellos en contra de personas involucradas en protestas antigubernamentales en Venezuela a partir de febrero de 2014”. Esta basura humana acaba de ser promovido a general en jefe por el ilegítimo. En el acto de “promoción” Maduro dijo: “He decidido [promoverlo] por los años de servicio como soldado (…) y porque usted está con su humildad, su sencillez de pueblo, hijo de campesinos, padre de familia (…) y que pretende ser perseguido por la inmoralidad, he decidido ascenderlo a general en jefe del Ejército Bolivariano de nuestra patria (…) Cuente con todo mi apoyo y adelante en la batalla».
En este grosero acto de promoción podemos ver, al menos, dos graves violaciones a las leyes venezolanas por parte del reposero. La primera es que una promoción a General en Jefe no puede basarse en “años de servicio como soldado” o en la “humildad y sencillez de pueblo” del promovido y mucho menos porque sea “hijo de campesinos” y “padre de familia”. Aun suponiendo que todo esto fuera cierto estas razones serían suficientes para darle una medalla de buen ciudadano, no para promoverlo a general en Jefe.
Pero, repetimos, este personaje es un torturador, un violador de derechos humanos y por ello está siendo acusado por la fiscal general de la república. Y es para atacar a la fiscal que el personaje es promovido a General en Jefe. La segunda violación de las leyes que hace el reposero Maduro es que el promovido no se gana la promoción por defender a su Nación en contra de enemigos, en un campo de batalla, tal y como es requerido. Ese personaje no ha hecho otra cosa que ensuciar su uniforme al perseguir y apresar a venezolanos por protestar pacíficamente en las calles del país. González López es una basura pero quien lo promueve, el reposero, es más basura todavía.
GENERALES EN JEFE COMO ARROZ
Durante los últimos 15 años se han más que duplicados los generales en jefe venezolanos. El chavismo cursi ya tiene unos dos mil generales de todo tipo. Cualquier pelagatos anda por allí con sus charreteras de General o de Almirante. En nuestros primeros 190 años de país independiente Venezuela tuvo once generales en jefe. Desde 2003 tiene 15 nuevos Generales en jefe, ninguno de ellos héroe de batalla alguna que no sea la siempre victoriosa batalla por el destape de una botella de escocés de 18 años. Ellos (as) son: Lucas Rincón Romero, Jorge Luis García Carneiro, Raúl Isaías Baduel, Gustavo Rangel Briceño, Jacinto Pérez Arcay, Carlos Mata Figueroa, Jesús González González y Henry Rangel Silva. Luis Alfonso Acevedo Quintero, Almidien Moreno Acosta y Alberto Müller Rojas, de las filas del ejército, recibieron la distinción después de fallecidos. A esta lista se le suman Ramón Oswaldo Maniglia Ferreira, ascendido a almirante en julio de 2005, cuando ese grado era equivalente al de general en jefe, Gustavo González López, Vladimir Padrino López y Almiranta en Jefe Carmen Meléndez.
Entre estos guerreros de la gastronomía y del buen beber hay varios adulantes del finado Fidel y uno que le pidió la renuncia a Chávez, la cual aceptó. Dos o tres están señalados como narcotraficantes por el gobierno de USA; otros están señalados como violadores de los derechos humanos y al menos uno se ha desmayado en público.
Lo que hizo Chávez fue prostituir el grado, tal como prostituyó la Orden del Libertador y como prostituyó la espada de Bolívar, al otorgarlas a cualquier asesino o ladrón que lo visitara. Y esto es lo que el reposero ha continuado haciendo, al abaratar el grado de tal manera que darlo ya constituye una afrenta, más que un reconocimiento, al verse en tal compañía.
LA MILITARIZACIÓN DEL ÑAME Y DEL OCUMO
La diarrea de generales en jefe ha degenerado la Fuerza Armada pero no es el único instrumento que ha utilizado el chavismo para prostituirla. Hace poco tiempo el reposero decidió que a tanto general ocioso y apantuflado había que darles trabajo. Con el concurso de sus tutores cubano ideó asignarles la distribución de alimentos en el país. Así mataba dos pájaros de un tiro: les daba que hacer y los ponía donde “había”. El resultado ha sido un negocio redondo para los militares, quienes se ven, en promedio, más gordos que el resto de la población venezolana y controlan la distribución de los llamados CLAPS, bolsas llenas de alimentos de tercera calidad vendidos a precios de primera calidad. En aquel momento, el reposero designó a los siguientes generales para “comandar” cada rubro alimenticio:
Aceite: General de Brigada Jorge Pérez Mancilla. Director de Seguridad Aérea y Terrestre de la Inspectoría de la Aviación Militar Bolivariana.
Arroz: José Inés González Pérez. Director de Planificación y Presupuesto del Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
Avícola (Pollo y Huevos): Contralmirante Ángel Rueda Pinto. Director de Organización y Desarrollo de Seguros Horizonte.
Azúcar: General de Brigada Ludwing Palima Cisneros. Director de Investigaciones Penales y Financieras de la Guardia Nacional Bolivariana.
Carne de Ganado Bovino: General de División Luis Alejandro Jiménez Villaruel. Secretario Permanente de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral de la Nación.
Café: Contralmirante Juan Jiménez Peña. Segundo Comandante y Jefe del Estado Mayor del Cuerpo de Ingenieros de la Armada Bolivariana.
Caraotas: General de Brigada Reynzer Rojas Omaña. Jefe de Servicio de Policía Administrativa Especial y de Investigación Penal para el Resguardo Nacional Aduanero y Tributario.
Detergente, jabón de baño, champú, crema dental y desodorante: General de Brigada Fernando Prieto Ventura. Director de Bienestar Social de la Oficina de Gestión Humana del Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
Farmacéutico: General de División Juan Rivas Rojas. Director Conjunto del Apoyo al Desarrollo Nacional del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Harina de Maíz: Vicealmirante Freddy Lozada Peraza. Jefe de Abastecimiento de la Armada Bolivariana.
Lácteos: General de Brigada José Gregorio Pérez Malavé. Director del Régimen Especial de Seguridad del Ejército Bolivariano.
Maíz Amarillo: General de División Javier Antonio Rosales Duque. Director de la Oficina de Gestión Humana del Ministerio del Poder Popular para la Defensa.
Margarina: Contralmirante Adolfo Contreras Soto. Director de Logística del Segundo Comando y Estado Mayor General de la Armada Bolivariana.
Papel higiénico, toallas sanitarias y pañales desechables: General de Brigada Manual Vera Boada. Director de Puesto de Comando de la Aviación Militar Bolivariana.
Trigo: General de División Francisco Yánez Rodríguez. Presidente de la Junta Permanente de Evaluación de la Aviación Militar Bolivariana.
Pescado: Vicealmirante Luisa María Lozada Fergusson. Directora de Personal de la Región Estratégica de Defensa Integral Capital.
Carne de Ganado Porcino: General de Brigada Rubén Barreto Barrios. Sub Inspector General del Ejército Bolivariano.
Torta y frijol de soja: General de Brigada José Jesús Hernández Perales. Director de Resguardo Nacional Minero de la Guardia Nacional Bolivariana.
En la prensa internacional se ha reportado como los militares venezolanos especulan con los alimentos y se enriquecen a expensas del hambre del pueblo, ver: http://www.npr.org/sections/thesalt/2017/01/09/508986586/as-venezuelan-go-hungry-the-military-is-trafficking-in-food
PETROLEROS!
Pero, no contentos con especular con la comida, los militares han exigido y obtenido del reposero un control sobre contratos dados en la faja del Orinoco por PDVSA. Ello llevó a la creación de una empresa fantasma llamada CAMIMPEG, manejada por los militares con el propósito declarado de “participar en la actividad de producción petrolera” en Venezuela. Sin embargo, esta empresa no tiene tradición petrolera, no tiene tecnología, no tiene gerencia experimentada ni siquiera capital, porque lo que persogue es lograr tajadas de contratos en los cuales figure como intermediaria. Ver:
BOLIBURGUESES
Los militares han tomado por asalto la administración pública, ocupando posiciones claves. ¿Para qué? Para lucrarse y destruir nuestra economía. Así veíamos hasta hace poco (se rotan incesantemente):
General en Jefe Vladimir Padrino López en el ministerio de la Defensa
Almirante Carmen Meléndez (Política y Soberanía del País)
General Néstor Reverol (Relaciones Interiores)
General Rodolfo Marcos Torres (Alimentación)
General Luis Motta Domínguez (Energía eléctrica)
General Manuel Quevedo (Vivienda)
Almirante César Salazar Coll (Obras Públicas)
Coronel Ramón Celestino Velásquez (Eco socialismo y aguas)
General Gerardo Izquierdo Torres (Fronteras)
Añádase a esta lista los gobernadores de estado y diputados de la Asamblea Nacional plegados al régimen que son militares activos o, ya retirados, quienes estuvieron implicados en los golpes de estado de 1992 y arrastran ese estigma de golpistas en contra de la democracia venezolana, así como los generales relacionados con el narcotráfico o como violadores de los derechos humanos por el gobierno de los Estados Unidos, ninguno de quienes ha sido investigados por el régimen. Al contrario, basta que un militar sea indiciado de tales crímenes por USA para que los promuevan, como es el caso de González López.
Al paso que vamos la Escuela Militar deberá cambiar su pensum de estudios para adecuarse al nuevo rol proteínico y carbohidratico del generalato. En lugar de “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu se estudiará “la Manera de Cocinar” de Julia Childs. Los talleres sobre el sitio de La Róchele serán reemplazados por la biografía de Vatel. La Casa de los Sueños Azules será rebautizada como La Mansión del Pabellón con Baranda.
Los gloriosos generales del recado de olla y de la cocaína, los estrategas del pollo frito han acabado con Venezuela, colaborando con los civiles chavistas en este horroroso acto de destrucción.
Venezuela es una dictadura militar de corte fascista tutelada por Castro y debe ser intervenida con urgencia.