Opinión Nacional

Habemus arzobispo.

El nombramiento del nuevo arzobispo de Caracas, Monseñor Jorge Urosa Savino, pone punto final a la incertidumbre sobre quién asumiría el Arzobispado de Caracas, como arzobispo, después de la muerte del cardenal monseñor Ignacio Velazco.

La arquidiócesis había estado a cargo de monseñor Nicolás Bermúdez como administrador apostólico, quien por razones de edad y siguiendo lo establecido por el Código de Derecho Canónico, presentó su renuncia. El nuevo arzobispo llega a una arquidiócesis compleja, y aunque algunos esperaban su nombramiento, otros están a la espera de cuál será la nueva actividad pastoral en la iglesia caraqueña.

Desde el punto de vista eclesial, la iglesia en Caracas hay quienes considera que ha estado carente de un pastor, con pleno poderes, que le diera continuidad efectiva a la actividad dejada por monseñor Ignacio Velazco. La situación de crisis y desorden, que para algunos impera en la arquidiócesis, culminará con la llegada del nuevo arzobispo quien, además de considerársele una persona de gran espiritualidad, es un pastor con experiencia, capacidad de trabajo y con un gran interés por la organización pastoral de la Iglesia. Además, el impulso en el ámbito de la Doctrina Social de la Iglesia ha quedado visible en la labor que Cáritas Venezuela ha estado realizando en los últimos años, de la cual fue Presidente. El nuevo arzobispo asumirá una arquidiócesis con grandes problemas internos, con instituciones en crisis, con algunos sacerdotes que se han acostumbrado a imponer sus ideas, con falta de comunión en algunos de sus integrantes, pero, con una fuerza espiritual y pastoral latente en un gran sector de los sacerdotes y de los laicos. Un trabajo arduo, en especial si consideramos que solamente hay 610 sacerdotes y 1.942 religiosos para una población alrededor de los cuatro millones.

No obstante, otro frente es el tema político-social de Caracas. Las relaciones de la iglesia con el gobierno han venido en deterioro, aunque el nombramiento de Iván Rincón como nuevo embajador ante la Santa Sede ha tranquilizado a las partes, por lo menos públicamente. Si bien es cierto que las diócesis tienen su autonomía, la actividad desarrollada en Caracas puede influir en el resto del país. ¿Cómo asumir la propuesta socialista del presidente Hugo Chávez y de su gobierno revolucionario en aquellos aspectos contradictorios con la doctrina social de la Iglesia? Hay quienes pensamos que la experiencia y el conocimiento de la realidad caraqueña del nuevo arzobispo le ayudaran en su actividad pastoral.

Monseñor Jorge Urosa estudió en el Colegio «La Salle» de Tienda Honda, los de filosofía en el Seminario de Caracas y los de Teología en el «St. Augustine´s seminary» de Toronto en Canadá. Ordenado sacerdote en 1967, profesor en los dos Seminarios de Caracas y Rector del Seminario Interdiocesano «Santa Rosa de Lima». Fue presidente de la Organización de Seminarios Latinoamericanos, Obispo Auxiliar de Caracas y desde 1990 Arzobispo de Valencia.

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