Opinión Nacional

Ginés Pérez Hita

“Perdí una hija doncella
que era la flor de Granada,
al que la tiene cautiva
marqués de Cádiz se llama.

Cien doblas le doy por ella,
no me las estima en nada;
la respuesta que me ha dado
es que mi hija es cristiana.”
Ginés Pérez de Hita

LA VOZ DEL MAS GENUINO REPRESENTANTE DE LA NOVELA MORISCA

Derivada probablemente del romance fronterizo surge en el siglo XVI una especie narrativa netamente castellana: la novela morisca; inspirada en las luchas hispanoárabes, recoge aquel espíritu de delicadeza cortesana, de sutiles amores, de exotismo que dominó los romances moriscos. El género encontrará su expresión más acabada en la Historia de los bandos de los Zegríes y Abencerrajes, caballeros moros de Granada, de las civiles guerras que hubo en ella hasta que el rey don Fernando el quinto la ganó, también conocida por Guerras civiles de Granada (1595), de Ginés Pérez Hita.

Ginés Pérez de Hita nació en Mula, provincia de Murcia, hacia 1544 y murió en Lorca hacia 1619. Vivió largo tiempo en Murcia como zapatero, aunque en efecto tuvo buena instrucción. Cuando en 1579 se rebelaron los moriscos de las Alpujarras, participó en la guerra, como escudero del marqués de los Vélez, y conoció personalmente el escenario de su historia.

Pérez de Hita escribió una adaptación en verso de la Crónica troyana, el Libro de la población y hazañas de la ciudad de Lorca y El bello troyano (1592). Sin embargo, su obra más famosa es la Historia de los bandos de los Zegríes y Abencerrajes, más conocida como Guerras civiles de Granada, publicada en dos partes en 1595 y 1619. La primera, que abarca desde los últimos tiempos de la independencia de Granada hasta el fin de la reconquista, añade a la realidad histórica sucesos de amores según los romances moriscos. La segunda, que apareció en Cuenca, es menos interesante, se ciñe a los hechos de la rebelión de Abén Humeya, como son hechos vividos por él, la narración es más directa y dramática, pero pierde caracteres literarios y poéticos. Es de destacar también el respeto y la compresión de la cultura de los vencidos que manifiesta el libro. Al final de la obra, Pérez de Hita lamenta con valentía la expulsión total de los moriscos Empleando el recurso de aparecer como traductor de una libro arábigo, Pérex de Hita intercala sucesos novelescos, para lo cual se adentra por la ciudad granadina y sus costumbres, participa narrativamente en las peleas entre Zegríes y Abencerrajes, describe con colorismo las fiestas árabes, los juegos de cañas, los toros, la exquisita galantería mora. Cierto que idealiza, pero en esto no hace sino seguir a los romances fronterizos, que en ocasiones intercala o imita. Precisamente esta idealización de un mundo exótico es la que explica el éxito de la obra, que alcanzó más de treinta ediciones en el siglo XVII. Pérez de Hita ha sido la máxima fuente de inspiración sobre temas moriscos tanto en la literatura española como en la extranjera, siendo evidente su influencia en Lope de Vega y Calderón, en Martínez de la Rosa y Zorrilla, en Victor Hugo, Chauteaubriand y Washington Irving entre otros. Pérez de Hita sienta además en ese estilo pintoresco y expresivo las bases de la novela histórica. “Lo abundante y pintoresco del estilo –escribe Menéndez Pelayo-, hacen de las Guerras civiles de Granada una de las lecturas más sabrosas que en nuestra literatura novelesca pueden encontrarse”. El polígrafo montañés añade: “una obra como la de Hita, que con tal fuerza ha hablado a la imaginación de los hombres por más de tres centurias y ha trazado tal surco en la literatura universal, por fuerza ha de tener condiciones de primer orden”.

La paz pide una oportunidad.

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