General Padrino, sus declaraciones no convencen
Sus sorprendentes declaraciones, realizadas en una reunión de oficiales con la presencia del Alto Mando Militar y un número de efectivos de la Guardia Nacional, rechazando la inaceptable actuación de numerosos miembros de esa Institución, impactaron positivamente a la opinión pública, aunque con las inevitables reservas. Lamentablemente, una vez más, los hechos las han justificado. Venezuela, como usted muy bien lo sabe, enfrenta una gran catástrofe nacional a consecuencia de la desastrosa gestión de Nicolás Maduro y su gobierno. Esos errores han comprometido peligrosamente la paz de la República. Guardar silencio ante esta realidad, o peor aún, negarla, es criminal. Esa es la razón de la firme, pacífica y constante protesta ciudadana. Esas manifestaciones son protagonizadas por todos los estratos sociales, pero muy especialmente por jóvenes que, con admirable valor y patriotismo, enfrentan la cruel represión de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional, caracterizada por hechos que usted mismo ha calificado de atroces. Lo que no logro entender es que siendo usted la máxima autoridad militar de la Fuerza Armada Nacional haya recibido como respuesta la todavía más cruel y violenta represión del pasado 7 de junio, precisamente un día después de sus declaraciones. Creo que los venezolanos merecen una explicación de su parte. La opinión pública considera que existe una rivalidad entre usted y el general Reverol que compromete gravemente la unidad de mando de nuestra Institución.
Numerosos venezolanos mantienen que existen cubanos y bolivianos entre los efectivos que reprimen las manifestaciones pacíficas de la oposición. Siempre he negado esta posibilidad. Me parece tan absurdo que se utilicen nacionales de otros países para reprimir a venezolanos que me veo obligado a solicitarle aclarar el caso mediante la realización de una investigación puntual sobre tan delicado asunto. De todas maneras, usted debe reflexionar sobre la actuación de esos organismos del Estado. Han cometidos hechos “tan atroces”, como arrastrar con una motocicleta a un detenido durante las manifestaciones del 7 de julio, que es imposible evitar que surjan importantes dudas sobre la nacionalidad de algunos efectivos. Usted, como yo, conoce a profundidad la manera de ser de nuestro pueblo. La crueldad no es una de sus características. Al contrario, si algo demuestra el venezolano es su tendencia a ser bondadoso con el detenido o con cualquiera que se encuentre en dificultades. Justamente, ayer en la noche circuló por las redes la fotografía de un supuesto carnet militar de un oficial del Ejército de la República de Bolivia, acompañado de una credencial diplomática, que según se afirma fue encontrada en el suelo en el momento de mayor represión en el municipio Chacao. Emplear efectivos militares extranjeros en el territorio venezolano, para reprimir a nuestro pueblo, tipifica el delito de traición a la Patria.
En una interesante polémica entre los hermanos Villegas en Globovisión, se discutió el tema de la identidad de los presuntos culpables de los asesinados y heridos ocurridos en las manifestaciones. De todas maneras, la abrumadora cantidad de evidencia audiovisual existente, la cual seguramente ha estado también a su disposición, revelan la ineludible carga de responsabilidad que recae en miembros de la Guardia Nacional, de la Policía Nacional y de las bandas paramilitares del oficialismo, quienes han hecho uso de las armas a su disposición para causarle el mayor daño físico posible a los manifestantes. Para mayor vergüenza, hemos presenciado en los últimos días a miembros de esos cuerpos literalmente atracando a manifestantes y no manifestantes, con mayor incidencia en damas, que han sido despojadas impunemente de sus pertenencias. El número de víctimas sigue creciendo de una manera angustiante y dolorosa. Sin lugar a dudas, no debe haber la menor impunidad. Es imprescindible imponer todo el peso de la ley a los presuntos autores de dichos crímenes. Sin embargo, lo que deducimos diariamente de las declaraciones de importantes personeros gubernamentales y adeptos al gobierno es la aviesa intención de tergiversar los hechos para generar la impunidad de los responsables.
No escapará a su criterio que toda esta situación de violencia ha sido provocada por la grave situación política, social y económica generada por el ineficiente y corrupto gobierno de Nicolás Maduro. Lamentablemente, ha sido la Fuerza Armada Nacional, representada por la Guardia Nacional, el principal instrumento de represión para impedir la justificada protesta de nuestro pueblo. En este contexto, cabría preguntarse: ¿Por qué razones Venezuela se encuentra en una situación de tanta gravedad? ¿No hubo forma de encontrarle alguna solución negociada que evitara conducirnos a esta hecatombe que actualmente estamos enfrentando? ¿Es realmente una solución a todos los problemas nacionales, incluyendo la violencia, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente comunal violando flagrantemente la Constitución Nacional? Son preguntas que usted y los miembros activos de la Fuerza Armada Nacional deben responderse con total objetividad. Esta crisis económica y social tiene su origen a finales del gobierno de Hugo Chávez. Los expertos en esa área preveían una importante caída en los precios petroleros que comprometerían el ingreso nacional. Sin importarle las consecuencias incrementó irresponsablemente el gasto público ante la cercanía de las elecciones presidenciales.
Al asumir fraudulentamente la presidencia, Nicolás Maduro, al igual que su predecesor, en lugar de tomar las medidas necesarias para iniciar la recuperación y saneamiento de las finanzas públicas, comenzó a violar permanentemente la Constitución para mantenerse en el poder. Esto ocurrió bajo la mirada complaciente y cómplice de todas las instituciones del Estado, incluyendo a la Fuerza Armada Nacional. Esa inaceptable situación condujo a los venezolanos, en el año 2015, a votar mayoritariamente por una Asamblea Nacional predominantemente opositora, en rechazo a los desafueros del gobierno. La historia posterior es harto conocida por todos: los demás poderes en manos del partido de gobierno, se dedicaron a obstaculizar sistemáticamente el funcionamiento de la nueva Asamblea. En virtud de tantos atropellos gubernamentales, la oposición democrática decidió utilizar el referendo revocatorio como una salida constitucional a la crisis. Mediante mil argucias ilegales logró que el referendo revocatorio fuese anulado por decisión de unos tribunales penales sin competencia para asuntos electorales. Se constituyó entonces una Mesa de Diálogo, con presencia del Vaticano. El régimen jugó con el tiempo para no llegar a nada. Por último, decidió convocar inconstitucionalmente a una Asamblea Nacional Constituyente comunal, violando todas las normas legales sobre esta materia, para dejar sin efecto la Carta Magna vigente y continuar imponiendo arbitrariamente su voluntad.
Reconozco, que ni usted ni el Alto Mando Militar necesitan de una explicación detallada de la muy grave situación nacional. Solo la preocupación que siento por el destino de Venezuela y de la Fuerza Armada Nacional me obliga a hacerlo. No es posible que se siga violando la Constitución Nacional con el beneplácito de quienes están en la obligación de defenderla comprometiendo cada día más el honor, el prestigio y la credibilidad de la Institución Armada. Esos jóvenes, que dolorosamente han fallecido, pudieron haber hecho una vida útil para Venezuela y su familia, pero salieron a protestar convencidos, con toda razón, que luchaban por evitar que en Venezuela se impusiera una dictadura de tendencia totalitaria que comprometiera su porvenir. Esa certeza también la tiene nuestro pueblo. Su trágica vida le ha hecho comprender que si Nicolás Maduro continúa en el poder será imposible recuperar el destino de Venezuela. Lo más doloroso para mí es escuchar a los venezolanos decir, con toda razón, que este gobierno, como consecuencia de la total impopularidad de Nicolás Maduro, sólo se sostiene por el respaldo que le ofrece la Fuerza Armada Nacional. Es inexplicable para mí que ustedes oficiales activos, formados en principios de libertad y democracia, respalden a un régimen que se caracteriza por la corrupción, la incapacidad y la permanente violación de la Constitución Nacional. La tragedia de Venezuela está a la vista. Es importante que ustedes también entiendan que de continuar Nicolás Maduro en el poder será imposible encontrar solución a los gravísimos problemas nacionales y en consecuencia la violencia se extenderá por todo el país correspondiéndole a la Fuerza Armada Nacional reprimir a su propio pueblo. Eviten esta tragedia. Sean ustedes factores fundamentales en un gran acuerdo nacional que permita superar la crisis venezolana. Ustedes tienen la última palabra.