OpiniónOpinión Nacional

Los guerreros del asfalto

Son los nuevos héroes de la libertad de Venezuela, que lucha para librarse de la invasión castrista, permitida por los chavistas traidores de la patria. Los guerreros están en la calle sin descanso, batallando por la nueva independencia.

Están al frente, tragando gas y recibiendo perdigones… representan la juventud venezolana, la que el socialismo del siglo XXI no pudo contaminar, la que lucha por la democracia y exige sus derechos. Han tomado alas, vuelan con su conciencia, sin discursos grandilocuentes, la sencillez hecha libertad.

Son los gorriones de la primavera venezolana, jóvenes con alas, van y vienen, corren, escapan, vuelven, son heridos, pero regresan, inspiran a un pueblo unido para enfrentar la barbarie, representada en esos ojos rencorosos que pintaron los rojos por las calles de Venezuela.

Las huestes, injustas y poderosas, vestidas de verde o de rojo, en tanquetas o en motocicletas, intentan como asesinos que son, asustarlos, enjaularlos, reprimirlos o eliminarlos… sin lógralo. Simplemente porque esos gorriones de libertad, son las voces de la naturaleza humana… la voz del pueblo que canta, trina y grita ¿Quiénes somos? Venezuela, ¿Qué queremos? Libertad.

La Soberanía Nacional está en peligro, debemos escucharlos… aprender de ellos. No conocieron sino este desastre, pero están convencidos que no quieren seguir viviendo igual, están dispuestos al mayor sacrificio… luchan para cambiar las condiciones de vida a las que nos han sometido los chavistas, no podemos dejarlos solos.

El régimen les teme, sabe que enfrenta un ejército de guerreros con ideales, que trae un mensaje de libertad, sabe que no van a renunciar a sus derechos. Podrá existir el temor, la herida física, el dolor, pero se saben libres para resistir… para tener dignidad, para no someterse al yugo; no son inmunes al miedo, luchan a pesar de él, tienen la seguridad que existe algo mejor y no están dispuestos a renunciar.

Han caído muchos, demasiados para perdonar el crimen, la cifra se acerca a los 80 fallecidos, mártires que tendremos que honrar. Hay miles de heridos y detenidos, muchos de ellos menores de edad, el ejemplo que han dado hoy, tendrá eco en la Venezuela de mañana.

A Maduro, Tarek, Tibisay, Reverol o Padrino, una tragedia de estas dimensiones parece importarles poco, si es el precio a pagar por guardarle fidelidad a los Castro. Su único objetivo mantenerse en el poder para seguir financiando el régimen de la Habana, como compensación personal, carta blanca para que se enriquezcan de manera fraudulenta, al límite de lo inimaginable.

Por eso Venezuela se ha convertido en una tierra de nadie, donde cada banda pretende hacerse con su tajada, unos con la corrupción del estado, desde los contratos con PDVSA, sobreprecios, vacunas, comisiones, estafas, hasta el robo descarado. Los que se enriquecieron con las divisas, desde empresas de maletín, dólares para la importación, hasta alimentar el mercado negro del dólar paralelo.

Los militares, con la explotación del arco minero, las cementeras, la ruina de las empresas del estado, el contrabando, el tráfico de drogas… y su célebre banda de narco soles. Los financistas del terrorismo, los Tarek y el manejo de fondos para el extremismo islámico, el hezbollah, Irán, y el suministro de uranio.

Todos revueltos en el mismo lodo: sobrinos, generales, diplomáticos, funcionarios, enchufados, terroristas, guerrilleros y colectivos, con yates de lujo, aviones privados, quintas en el imperio, cuentas bancarias en paraísos fiscales, guardaespaldas y whisky de 18 años, todos juntos metiendo mano.

Sin ningún tipo de valores morales que respetar, no se detenían ante nada, hasta que se encontraron de frente con los guerreros del asfalto, jóvenes… algunos muy jóvenes para tomar la responsabilidad de un país sobre sus hombros, pero que han decidido asumir los desafíos del momento, son muchachos y muchachas responsables, plenos de energía y valientes… muy valientes.

El proyecto de Chávez y Maduro fue reducirnos a la miseria, confiaban en que las necesidades y el miedo bastarían para someternos. Al primero lo despacharon en la Habana para colocar al sustituto formado en Cuba. El segundo más incapaz, más bruto, una ofensa al intelecto del venezolano, pero más servil, no necesitan alguien que piense, tan solo que obedezca… cínico y sanguinario.

Allí lo tenemos bailando con Cilia, sobre la sangre de nuestros jóvenes, una danza macabra que presagia lo que viene, hace 17 años que enfrentamos una lucha entre la Venezuela buena y la minoría roja-infierno que representa el mal. Jamás gobierno alguno había sido tan repudiado.

El régimen tiene armas, guardias, policías y paramilitares, cercenó la libertad de prensa con su ley mordaza y la expropiación de medios, destruyó el aparato productivo para controlar los alimentos y el empleo. Se apoderaron de todos los privilegios, se hicieron tiranos y explotadores y nos alejaron de la civilización.

Pero no pudieron apagar el espíritu de nuestro pueblo, ahora están nerviosos, su fuerza se desvanece ante la vista de todos… los guerreros del asfalto les están ganando la batalla, la opinión pública internacional y el temor que se refleja en sus rostros y en sus decisiones carentes de lógica, son la prueba. Vencida la fuerza bruta están jugando la última carta de las dictaduras… el miedo… para paralizar conciencias.

Pero llegó esa hora en que el miedo cambia de campo, ahora lo sienten los que no quieren perder lo robado, los chavistas que tienen sus familias fuera, los que han cometidos delitos, los que están buscando donde instalarse allende de nuestras fronteras, los que tratan de deslindarse del régimen, los que tiemblan cuando los EEUU los coloca en la lista.

Enfrentan una realidad imprevista, el pueblo perdió la paciencia y dejó atrás la resignación, decidió luchar contra la degradación democrática. Del Este y el Oeste el clamor es el mismo, el pueblo indignado se juntó en el asfalto, llenó las calles y pide a gritos que Maduro se vaya, la gente no está dispuesta a seguir sometida, no se deja engañar, no cree, ni respeta al régimen.

Todavía pueden hacer mal, endeudarnos más, destruir lo poco que queda de las inversiones de la antigua PDVSA, permitir la entrada de mercenarios, terminar de robarse el oro y lar reservas internacionales, meter más gente presa, torturar, violar derechos y asesinar, como vienen haciéndolo.

La lucha de estos últimos días ha demostrado la valentía de los venezolanos, adelante van lo guerreros, protegen, animan, inspiran, son la representación del espíritu de sacrificio, representan la esperanza de la Venezuela buena, saben lo que hacen, siguen el destino que tienen que cumplir.

Están defendiendo los derechos de todos nosotros, para lograrlo no se amilanan ante los obstáculos, muros, tanquetas, salvajismo oficial. Lo enfrentan, siguen adelante a pesar del dolor, de las cicatrices y de los errores, se levantan, secan sus lágrimas, crecen, maduran, construyen barricadas, saltan murallas y destruyen barreras… continúan dando la cara, son los héroes de la patria.

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba