Opinión Nacional

DIOS ES AMOR

A John, Kevin, Jason, Miguel, Filippo, Jorge….
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Que Dios les de el Amor y la Vida que ningún crimen puede matar

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“Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1ª carta de Juan 4,16). Así empieza la primera y reciente encíclica de Benedicto XVI, recalcando que ellas “expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y su camino”.

Pocas palabras hay tan manipuladas y falseadas como DIOS y AMOR. Difícil definirlas e imposible prescindir de ellas, porque se refieren a lo esencial de la humanidad, en cuanto distinta de otros animales. Si Dios no es amor es maldición para los humanos, pues se reduce a Ley externa que manda hacer, pero no da el gusto de vivirlo y además amenaza con castigo eterno. Si el Amor no es más fuerte que la muerte, ésta y los gusanos tienen la última palabra sobre las ilusiones y éxitos de la humanidad. Hoy en la plaza pública DIOS parece devaluado y el AMOR convertido en mercancía cuya compra-venta produce negocios multimillonarios, incluyendo la pornografía en Internet, el tráfico de menores, la prostitución y el turismo sexual. Por eso el Papa empieza abordando el problema de lenguaje y la relación ambigua pero inseparable entre “Eros” y Ágape”, la atracción sexual entre el hombre y la mujer y el amor de donación y de entrega al otro (agapé), que se hace presente en la pareja, así como y en el amor entre padres e hijos, entre hermanos, amigos… y siempre que afirmamos a los otros y compartimos su vida .

Hay diversas imágenes de Dios: el Gran Arquitecto del Universo, la Suprema Razón, la Causa de las Causas, la Fuente Originaria de la Energía Cósmica, el Origen de todo Bien y Sabiduría, el Poder Supremo…Todo eso puede ser verdad, pero la pregunta más vital y existencial proviene de manera inevitable del misterio mismo del ser humano y el deseo de dar sentido a lo que nosotros hacemos de nuestra vida. Aunque la actual cultura, de racionalidad instrumental y de mercancía glorificada, quiera pasar la página y enterrar ciertas preguntas sobre el misterio humano, en el fondo de nuestras conciencias y en el corazón del debate de nuestras sociedades, surge imborrable la molesta pregunta bíblica “¿Dónde está tu hermano Abel?”. Aunque Caín no quiera oírla. La gente sigue haciéndose la pregunta que un experto de la Ley de Moisés le planteó hizo a Jesús: “Maestro que debo hacer para ganar la vida”. Nadie quiere perder este juego que no tiene ni prórroga, ni segunda vuelta. Jesús responde con un cuento, con una parábola donde el samaritano, desde su condición de extraño, se hizo hermano del judío, y concluye: Si quieres ganar la vida que no perece, hazte hermano del otro. “Haz eso y vivirás”. Caín se hizo enemigo de su hermano hasta matarlo. El samaritano, hermano del enemigo. Ahí se juega la respuesta a Dios. “Pues, quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”(1ª carta de Juan, 4,20)

No discutimos de Dios como de un ser extraño, sino sobre quién es El en nosotros ¿Nada ni nadie?¿El Dios de la guerra santa que destruye a los enemigos y nos anima a matar? ¿El Dios fiscal implacable de nuestras faltas? ¿O el misterio humano se resuelve positivamente cuando se tiene la experiencia de Él como AMOR gratuito de entrega, que también se hace presente como vivencia, pregunta y anhelo de plenitud en las diversas formas de amor humano?

Ha sido sana cierta liberación de maniqueísmos represivos frente al sexo, pues nos acerca a la verdad de la condición humana, pero el problema no está en lo sexual, sino en el imperante hedonismo individualista de nuestra cultura, que no permite vislumbrar la propia donación amorosa como camino de la felicidad. La cantidad no suple la calidad, la comercialización desvirtúa lo que es gratuito, y el sexo mercancía, que se ofrece en el mercado actual con toda su variedad y multiplicidad, no puede comprar la donación personal sexuada en la pareja. El don mutuo y la afirmación incondicional del otro es la presencia del Dios-amor en el mundo. El amor-donación, en sus diversas formas es también el encuentro con la humanidad, vence al odio y a la muerte y es creador de vida y de humanización.

Hoy Jueves Santo celebramos a Jesús que ofrece la vida, que le van a quitar como a un malhechor. La cruz nos recuerda que entregarse por amor es dar la vida y asumir el sacrificio por el otro. La gente se impresiona cuando el sacerdote se arrodilla para lavar los pies, como lo hizo Jesús en la Ultima Cena, expresando lo que significa toda su vida como amor y servicio. En Jesús se nos revela de manera corporal y visible quién es Dios. La Eucaristía hace realidad perenne el amor que es más fuerte que la muerte, pues al que fue asesinado como malhechor el Padre lo ha resucitado y nos lo ha ofrecido como sentido y salvación para de la humanidad. En la Eucaristía, dice Ratzinger en otro libro,”el agapé de Dios nos llega corporalmente para seguir actuando en nosotros y por nosotros”.

Erich Fromm dice que “sin amor la humanidad no existiría ni un solo día”. Una cultura que destierra al Dios-amor cultiva el crimen y la muerte. Los hechos están a la vista, en Venezuela se está sembrando odio y cosechando muerte. Afirmemos el amor y la vida.

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