Universidades pertinentes
En estos últimos años se ha armado tal alharaca por parte de algunos sectores y personeros del gobierno que no tiene otro objetivo que el poner en tela de juicio lo que las universidades públicas y privadas están haciendo. Hemos señalado hasta la saciedad que nadie desconoce las fallas y distorsiones que las universidades en un momento dado puedan albergar pero de allí a despotricar y descalificar a nuestras casas de estudios nos parece una actitud desproporcionada y temeraria.
Nuestras universidades en su gran mayoría poseen institutos, centros de investigación, departamentos, laboratorios, profesores e investigadores de altísimo nivel y desempeño en todas las áreas. Acreditados por los distintos sistemas de promoción al investigador, aunado a proyectos de investigación de mediano y alto impacto que junto a la docencia y extensión se constituyen en una sumatoria de buena calidad y de responsabilidad con el país.
Por ejemplo hospitales como el universitario de LUZ en Maracaibo o el de la ULA en Mérida son auténticos portales de todo lo que hace sólo en el campo medico. Asimismo sucede en otras áreas y especialidades donde la Universidad no sólo imparte docencia, investiga sino hace extensión como es el caso de las escuelas de ingeniería que están colaborando con proyectos y asistencia técnica en PDVSA, INTEVEP, en las empresas básicas, etc. En el caso de la ULA basta señalarse la participación que nuestra Universidad tiene en proyectos de envergadura como el Sistema Masivo de Transporte de Mérida (TROLEBUS) o sin ir muy lejos en el Central Azucarero Agroindustrial Ezequiel Zamora (CAAEZ) sólo por señalar dos casos de extraordinario desempeño.
De tal manera que muy por el contrario con ciertas posturas o más bien antiposturas, la Universidad como casa de estudios, como centro de discusión, como espacio de debate, pluralismo, reconocimiento del otro no puede perder su esencia democrática, crítica y sobre todo su condición autonómica y responsable responsabilidad con el país, con la sociedad y con cada venezolano que demanda ayuda, asesoria, asistencia y otros.
Creemos que las universidades deben ponerse a derecho y en mayor sintonía con el país. Es decir, reasumir su rol en todas las áreas humanísticas, culturales, científicos – tecnológicas y esto implica un trato justo, institucional y decente de parte del gobierno actual y de sus colabores, que muchas veces denigran a niveles intolerables para nosotros como ciudadanos y como miembros de una comunidad de intereses espirituales y materiales que es el fundamento de las Universidades.
En el país existen algunos estudios y propuestas alrededor del estado actual de nuestras casas de estudios, creemos viable hacer una revisión – más no desconocimiento o peor aún atropello de nuestras universidades- de los parámetros en que se sitúa la pertinencia de nuestras casas de estudio, básicamente en función de la adecuación entre lo que la sociedad venezolana espera de las universidades públicas y lo que éstas últimas han venido haciendo.
Hay quienes se adhieren que es impostergable adaptar nuestras estructuras orgánicas y estrategias educativas de modo que nos confieran un alto grado de agilidad y flexibilidad para una respuesta rápida y efectiva, que permita encarar el devenir confuso y por momentos lleno de incertidumbres, que sociedades como la venezolana muestran en la actualidad, la cara de crisis de nuestra sociedad y sus ciudadanos indiscutiblemente que puede revertirse con el concurso de la cultura, la ciencia y la tecnología, el talento e ingenio entre otras variables condensadas todas en las universidades que siguen siendo unas de las instituciones de mayor prestigio, peso especifico, credibilidad y pertinencia en la actualidad. Queda mucho por hacer y eso depende de ciertas condiciones objetivas, y lógicamente del coraje y concurso de quienes nos dirigen allá y aquí.