Sobre el Día Mundial de la Libertad de Expresión
La iniciativa para promover el Día Mundial de la Libertad de Prensa partió de la Conferencia General de la UNESCO que eligió esta fecha para conmemorar la Declaración de Windhoek, Namibia para el «Fomento de una Prensa Africana Independiente y Pluralista». La resolución de 1991 titulada «Fomento de la libertad de prensa en el mundo» invitaba a los presidentes de países a adherirse a la medida aprobada el 3 de mayo de 1.991 y reconocida dos años después por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Por su parte, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, en apoyo a la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, adoptó una Declaración de Principios, donde explícitamente se sostiene que la consolidación y desarrollo de la democracia depende de la existencia de libertad de expresión.
Así se establecen principios y considerandos que sustentan la necesidad de fomentar y respaldar el derecho a la libertad de expresión como punto de partida para el sostenimiento y defensa de otros derechos fundamentales. Apenas en una somera lectura de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión vemos que “(…) garantizando el derecho de acceso a la información en poder del Estado se conseguirá una mayor transparencia de los actos del gobierno afianzando las instituciones democráticas”. Asimismo se considera que “la libertad de expresión no es una concesión de los Estados, sino un derecho fundamental”
También se establece en el artículo 5 de esta Declaración, que “La censura previa, interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación (…), debe estar prohibida por la ley. Las restricciones en la circulación libre de ideas y opiniones, como así también la imposición arbitraria de información y la creación de obstáculos al libre flujo informativo, violan el derecho a la libertad de expresión.”
Por otra parte, su noveno artículo sentencia: “El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada.”
Del mismo modo su último artículo es concluyente al establecer que “La utilización del poder del Estado y los recursos de la hacienda pública; la concesión de prebendas arancelarias; la asignación arbitraria y discriminatoria de publicidad oficial y créditos oficiales; el otorgamiento de frecuencias de radio y televisión, entre otros, con el objetivo de presionar y castigar o premiar y privilegiar a los comunicadores sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas informativas, atenta contra la libertad de expresión y deben estar expresamente prohibidos por la ley. Los medios de comunicación social tienen derecho a realizar su labor en forma independiente. Presiones directas o indirectas dirigidas a silenciar la labor informativa de los comunicadores sociales son incompatibles con la libertad de expresión.”
El Día Mundial por la Libertad de Expresión se celebra el 3 de mayo de cada año, sin embargo, las violaciones al ejercicio de este derecho inalienable son muchas y continuas. Hay Estados firmantes que en ocasiones parecieran olvidar que la suscripción de un tratado internacional de este tipo, es más que un compromiso político momentáneo entre gobiernos. La coexistencia con estos acuerdos debe hacer que los países sean celadores, guardas y custodios de las libertades de sus pueblos. Y la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión se transforma en juez condenatorio para los transgresores de sus principios.