La vida eterna, por Fernando Savater
Acabo de leer La vida eterna de Fernando Savater y editada por Ariel. Trata de las religiones: en qué consiste creer, en qué creemos y no creemos y qué vinculación guardan estas creencias con el afán de inmortalidad. Pero también se habla de la diferencia entre credulidad y fe, de las implicaciones políticas que tienen ortodoxias fanáticas, del papel de la formación religiosa en la educación de las democracias laicas… Y sobre todo, de cómo puede vivirse en paz ante lo inevitable, sin caer en el nihilismo ni en la desesperación ni tampoco en excesos de esperanzas. Savater es catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense y autor de numerosos ensayos filosóficos, literarios y políticos. Un ciudadano comprometido en la lucha contra el terrorismo, y amenazado de muerte. Escribe bien, su cultura es muy grande y su erudición todavía mayor. No se trata de un panfleto sino de una seria y amena reflexión sobre un punto clave de nuestra existencia, aunque pretendamos soslayarlo con un «no tengo tiempo para pensar en esas cosas». Pero la sociedad, muchísimas personas y hasta Instituciones que nos afectan sí actúan desde esas coordenadas. Y creo que es inteligente, desde la honestidad científica y académica, abordar estos temas con el mayor respeto a los creyentes, muchos de los cuales no saben ni qué creen ni en quién creen. Más bien creen en la creencia en Dios. Aunque no hayan vacilado durante siglos en organizar las vidas de los demás y hasta en perseguirlos hasta la muerte. Sobre todo desde las filas de las religiones monoteístas: Judaísmo, Cristianismo e Islam.
Sin dejar de reconocer las positivas aportaciones que han hecho a la cultura y a las civilizaciones sin las cuales éstas no serían lo que son ni podríamos comprenderlas.
«No son los argumentos racionales sino las emociones las que hacen creer en la vida futura», Bertrand Russell en Por qué no soy cristiano pero hay muy buenas referencias a la obra de José Antonio Marina Por qué soy cristiano.
Algunas citas, a vuela pluma: «El fanatismo religioso es el mayor caldo de cultivo para la mayor amenaza actual a la civilización, que es el terrorismo. La mayor parte de las matanzas en el mundo – ya sean en Irlanda, Kosovo, Israel, Palestina, Cachemira, Sri Lanka, Indonesia, Afganistán, Filipinas…- son consecuencia del desacuerdo religioso. No hay personas más peligrosas sobre la Tierra que las creen que están ejerciendo la voluntad del Todopoderoso. Esta convicción es la que impulsa al terrorista a asesinar al que no piensa como él» Arthur Schlesinger, antiguo asesor de J.F. Kennedy.
«Tan recomendable me parece el coraje para enfrentarnos a la mafia clerical en países como España, como repudio la saña de quienes se empeñan en demoler a toda costa las creencias particulares que encuentran en ellas consuelo, estímulo para la solidaridad y una vía de comprensión en el puzzle caótico de los saberes de nuestro siglo. Es oportuno recordar el dictamen de Madame du Deffand: «Hay que abrirles los ojos a la gente, no sacárselos» (Pág. 193)
«Por encima de todos los demás, el culto al dinero es el elemento de comunión más sólido y universalmente acatado en las sociedades occidentalizadas: conseguirlo, conservarlo, aumentarlo, multiplicarlo, invertirlo juiciosamente son las tareas mejor reputadas, las que requieren menos explicación o justificación. Elemento fantástico y eficaz por excelencia, basado en la fe, es decir, en el crédito, define la calculabilidad racional de la vida moderna y sirve como referencia poco o nada discutible de casi todos los valores, tanto de la acumulación egoísta como del desprendimiento altruista. El lenguaje del provecho económico es el más internacional de todos, el que cualquiera entiende sea cual fuere su identidad cultural. Es una comunión que no cuenta con ateos ni incrédulos y apenas tiene herejes…» (Pág. 159)
«Nuestro texto sagrado no es ya la Revelación divina sino la Declaración de los derechos del hombre. La democracia representativa es nuestro tabú pero hace falta mucho menos tiempo para reemplazar un tabú que para abatirlo» Régis Debray cit Pág. 158.
«La lógica impone someterse a las ideas universales, la ética nos ordena cumplir con el deber de respetar las normas morales y así encontrar ya que no la dicha, al menos la dignidad» Spinoza, cit Pág. 94
«Tener mentalidad religiosa consiste en sustentar lo que perciben nuestros sentidos en algo inverificable pero que intuimos como imprescindible para explicar la realidad» David Hume, cit Pág. 76 La razón psicológica de la creencia en Dios es el conjunto insatisfecho de los deseos humanos, en substancia, la inmortalidad. «Hombre yo creo que hay Algo…» A lo que nuestro autor responde «Vaya, que hay Algo es cosa en la que todos estamos de acuerdo. De lo que se trata es si creemos o no que hay Alguien» Pág. 90
«La búsqueda de las verdades de nuestro conocimiento y su reivindicación siguen pareciéndome dignas del más civilizado esfuerzo. Lo afirmo como educador, porque la búsqueda, la defensa, ilustración, difusión y controversia de la verdad es lo que asemeja a la filosofía y a la educación» concluye Savater.
Profesor de Pensamiento Político y Social (UCM)
Director del CCS