Opinión Nacional

Polémica jurídica

“Se puede decir de los hombres lo siguiente: son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que son, huyen del peligro, están ávidos de ganancia; y mientras les haces favores son todos tuyos, te ofrecen la sangre, los bienes, la vida y los hijos cuando la necesidad está lejos; pero cuando ésta se te viene encima vuelven la cara. Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio”.

Nicolás Maquiavelo

A CARLOS ESCARRÁ LO IMPULSA EL ODIO Y LA VENGANZA.- A Carlos Escarrá se le salió la clase en la última sesión de la Asamblea Nacional. Obrando fuera de libreto, se montó en la tribuna de oradores y sin freno alguno mostró su vieja ambición de convertirse en el gran jefe del Poder Judicial. En un discurso cargado de groserías se mandó a pedir destitución y cárcel, nada menos que la de Uribana (Barquisimeto), a los siete integrantes de la Sala constitucional, lamentándose por cierto que tal medida no pudiera también abarcar al resto de los magistrados de las otras Salas. Esto sacó de madre el punto del orden del día que era el debate sobre la sentencia que la Sala Constitucional dictó modificando el artículo 31 de la Ley impositiva. El debate fue abierto por el diputado Roberto Hernández quien propuso un pronunciamiento de rechazo a la sentencia. Seguidamente vino Iris Varela, quien denunció la existencia de una mafia judicial que, según sus palabras, encabezan el magistrado Luís Eduardo Cabrera, una alta funcionaria del Ministerio Público y una abogada. Siguió Calixto Ortega quien se sumó a la protesta por la sentencia discutida. Luego dos diputados más lo hicieron y cerró Carlos Escarrá. Comenzó recordando cuanto la revolución le debe a los integrantes de la Sala Constitucional por cada una de sus decisiones, e incluso llegó a decir que gracias a uno de estos fallos Hugo Chávez es Presidente, más sin embargo, contradictoriamente de inmediato se lanzó en una andanada de insultos contra los magistrados, imputándoles toda clase de fechorías, para concluir con una solicitud de que se conminara al Poder Moral a pronunciarse sobre la comisión de faltas que implicasen destitución, y que entonces se devolvieran las actuaciones a la Asamblea donde los esperaría, e hizo una mímica de un beisbolista en posición de bateo, entonces fue aplaudido. Tomó aire, puso cara de circunstancia y gritó el lema de moda: “!Patria, Socialismo o muerte!”. En esta crónica debemos puntualizar que Carlos Escarrá fue un abogado litigante de escasos éxitos. A raíz del proceso bolivariano se empató con el “miquilenismo” que lo llevó a ser el segundo de abordo en la Procuraduría cuando Javier Elechiguerra. Luego apareció como magistrado de la Sala Político Administrativa donde rápidamente provocó un conflicto con la Sala Constitucional que le costó su salida. Desde entonces juró vengarse. Volvió al chavismo y a punta de adulación logró ser incluido en las listas a candidatos al parlamento como suplente por Aragua. Gracias a la retirada del proceso electoral de la oposición alcanzó una curul, esa desde donde ahora se pretende erigir en el gran juez de jueces. De tal manera que un soterrado sentimiento de venganza, una ambición desmedida y un error de cálculo lo impulsaron a la antes comentada actuación en la tribuna de oradores, a intentar el descabezamiento del TSJ, pero, en la Asamblea ahora recuerdan que este señor no hace mucho lanzó la idea de que resulta necesario la renovación de todos los poderes, incluso del legislativo, y, gracias a la carencia de abogados de brillo en las filas del chavismo, fue designado por Hugo Chávez como miembro de la Comisión Coordinadora para la reforma constitucional, donde comparte asiento, por cierto, con la Presidenta del TSJ y de la Sala Constitucional Luisa Estela Morales Lamuño, quien sería una de las que según Escarrá, debiera ir para la cárcel de Uribana. En el Tribunal Supremo recuerdan que no hace tanto tiempo el magistrado, ahora jubilado, Angulo Fontiveros, acusó penalmente a Escarrá por difamador, y lo puso de carreritas, solo la intervención conciliadora de los demás magistrados pudo frenar aquello. Le colmó la paciencia al penalista, cosa bien difícil de lograr. Recordamos también que Escarrá se explayó en ofensas contra el padre Jorge Piñango, quien fue asesinado en extrañas circunstancias en un hotel de la ciudad. El diputado se fue al programa “La Hojilla” en VTV, y se largó en insultos contra el cura muerto. Esto provocó un impasse con la Conferencia Episcopal, y también casi produce su expulsión de la Universidad Católica Andrés Bello, donde da clases a los muchachos de pregrado. El decano de Derecho, Jesús María Casal, haciéndose eco de la generalizada indignación que en aquella casa de estudios produjo el bajo ataque de Escarrá contra el asesinado sacerdote, exigió su destitución de la cátedra. Para evitarse problemas con el gobierno, la UCAB mandó al decano a hacer un post doctorado en el exterior y se limitó a una reprimenda a Carlos Escarrá. Todo esto evidencia lo conflictivo que es el diputado, su inclinación a la descalificación, al insulto bajo y a la falta de escrúpulos que lo domina. Carlos Escarrá lo que quiere es la silla que ahora ocupa Luisa Estela Morales Lamuño en aquella Comisión Presidencial. Desea que le dejen por su cuenta la reorganización del poder Judicial para hacer igualito que hizo Luís Miquilena, para llenar todos los puestos con gente suya. Es mentira que su interés sea combatir la corrupción porque él es un corrupto, siempre lo fue. Lo fue cuando abogado, que compraba jueces para que le firmaran los proyectos de sentencia que les llevaba. Lo fue cuando estuvo en la Sala Político Administrativa, donde vendió sentencias. Carlos Escarrá es un bandido de marca mayor. Es cierto que en el TSJ hay un desastre. Allí se han formado grupos que defienden intereses propios, hay magistrados corruptos y los hay incapaces. Allí se eterniza una guerra de todos contra todos y muchos andan por la libre haciendo lo que les da la gana. Existe un generalizado nepotismo, es decir, allí hay que producir un relevo. Eso lo reclama un país que no tiene confianza en la justicia, pero si esta misión queda en manos de Carlos Escarrá, Dios nos agarre confesados, estos males se multiplicarán por siete. Quien esto escribe tiene muy mala opinión del magistrado Jesús Eduardo Cabrera, pero no vacilo en afirmar que ante Carlos Escarrá, Cabrera es un serafín, un angelito. El discurso soez de Escarrá pidiendo la cabeza de los magistrados de la Sala Constitucional concluyó con una solicitud de que se acordara remitirlos al Poder Moral para que de allá le vinieran convertidos en redonda pelota que él esperaría con bate cual Sammy Sosa, para reventarlos a palo, no fue aprobado, así se ha cansado de aclarar el diputado Roberto Hernández, pero allí quedaron todos esos insultos, las descalificaciones vertidas ante el país pesarán en todas y cada una de las decisiones que firmen estos magistrados, además a nadie se podrá aplicar sanción alguna por repetir lo que les gritó Escarrá a pleno pulmón, ante las cámaras, en tribuna de oradores. La credibilidad de los magistrados integrantes de la Sala Constitucional quedó herida de muerte con ese discurso, y la única manera que existe para reivindicarse es ordenando el enjuiciamiento del diputado por vilipendio, y no cesar hasta sacarlo del parlamento, no se si para Uribana, pero cuando menos para una escuela donde le enseñen urbanidad y a limpiarse esa sucia bocota que a menudo genera conflictos innecesarios.

IMPUTARON NUEVOS DELITOS A PROCESADOS POR EL CASO MICROSTAR. Un nuevo delito fue imputado al presidente de la empresa Microstar, Gustavo Arraiz, y a Eligio Cedeño, Presidente de Bolívar Banco, en virtud de la investigación sobre presuntas irregularidades en el otorgamiento de 27 millones de dólares a este consorcio por parte de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) para la importación de equipos informáticos que nunca ingresaron al país. El acto de imputación se realizó por ante el Tribunal 3º de Control, a solicitud de la Fiscalía. En ese sentido, el fiscal 66 nacional, Gerardo Peña, designado también para este caso, imputó a Gustavo Arraiz por la presunta comisión del delito de obtención fraudulenta de divisas, con el agravante de haber solicitado y obtenido ilegítimamente montos superiores a 450 salarios mínimos urbanos, establecido en los artículos 7 y 9, respectivamente, de la Ley Sobre Régimen Cambiario, vigente para el momento de los hechos. Por su parte, Eligio Cedeño fue imputado por la presunta comisión del delito de obtención fraudulenta de divisas con el agravante de haber solicitado y obtenido ilegítimamente montos superiores a 450 salarios mínimos urbanos, a título de cómplice necesario, previstos y sancionados en los artículos 7, 9 y 10, literal A, en concordancia con el artículo 84 del Código Penal. Araiz y Cedeño fueron imputados en noviembre del año 2005 por la presunta comisión de los delitos de contrabando y defraudación tributaria. Ambos imputados están privados de libertad y permanecen recluidos en la sede de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) hasta la presentación del acto conclusivo. La Fiscalía está a la espera de la ejecución de la orden de aprehensión en contra de Giomar Fratipietro, quien fungió de intermediaria en la entrega de los recursos al consorcio Microstar para el pago de las divisas solicitadas a la Comisión de Administración de Divisas.

TRAS ROLAND CARREÑO.- El viernes pasado, la empresa “Solo Modelos”, representada por Johan Arguello, presentó la solicitud de un auxilio judicial, con la intención de acusar penalmente al periodista de Globovisión, Roland Carreño. Según la solicitud, “Solo Modelos” se dispone a acusar penalmente al Carreño por la supuesta apropiación indebida de 83 millones de bolívares. La representación de la empresa niega rotundamente que esta solicitud de enjuiciamiento contra Carreño tenga que ver con retaliación política.

SE LE VOLTEÓ EL SANTO.- Nada más y nada menos que en “La Romana”, el exclusivo sitio de República Dominicana, donde solo van los ricos y famosos se celebró la boda de la hija de doña Esther Bigott de Loaiza, Esther García Bigott. Lo llamativo de este acontecimiento social, fue que a pesar de haber sido invistados con mucha antelación, ninguno de los altos funcionarios de este gobierno revolucionario, del Ministerio Público, y hasta del Poder Judicial dejaron con los crespos hechos a doña Esther y su hija. No se atrevieron a presentarse en la fiesta. Entre la primera invitada estuvo la presidenta del TSJ, Luisa Estela Morales Lamuño, además de la ex Procuradora Marisol Plaza, la Fiscal Luisa Ortega Díaz y Carmen Vargas, pero ninguna fue. Se decía que esta sería la boda del año, pero lamentablemente para Esther Bigott de Loaiza, no lo fue. Los finos licores y demás exquisiteces, adquiridos con el dinero percibido como honorarios en el caso Bandagro, así como los grandes ingresos por el manejo de las grandes cuentas del Seniat, quedaron fríos, lo que revela que a esta señora el santo se le volteó. Ya nadie del gobierno quiere atenderle llamadas. Todos les sacan el cuerpo. Sus quince minutos de fama ya pasaron. Ahora huele mal.

FOTO LEYENDA.-

Carlos Escarrá fue un abogado litigante de escasos éxitos

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