¡Qué maravilla!
El malandrato gobernante creó una patente que ostenta una particular lógica en el binomio discurso- actuación que se da en la Política como oficio; entonces pudiera colegirse después de analizar cualquier muestra de sus peroratas delirantes y desordenadas, como los hechos tercos contradicen y dejan en completa orfandad su cháchara embustera; el campeón de todos es “mentira fresca”, ubicado en la cúspide de la pirámide, imponiendo el modelaje negativo cuesta abajo en la rodada.
Ningún capitoste del régimen tiene a sus hijos viviendo en el país. ¡Qué maravilla!
El país que habitamos antes de los infaustos 18 años perdidos como nación, era uno concebido como un Hogar con futuro para todos; entonces los políticos, sus familiares y demás conciudadanos encontraban la vía y los medios para el progreso, se propiciaba la formación de empresas con oportunidades y ofertas de trabajo decentes para que nos asentáramos en esta tierra de gracia con una posibilidades de ascenso social. Esto unido a un sistema educativo bastante bueno, de ello da cuenta el contingente de profesionales que están dando la talla en el mundo entero.
Los enchufados expoliadores de las riquezas del país, tienen a sus hijos viviendo afuera, huyendo del caos de la falta de agua, de luz, de hospitales operativos, la delincuencia desbordada. Con esta prole sale del país la fortuna mal habida de sus padres, exhibida en propiedades lujosas, automóviles y caballos de carrera y de paso; en contraste con esas vidas regaladas, la otra juventud sin oportunidades al arrebatárseles criminalmente las condiciones para desarrollarse en su lar, encuentran su futuro robado en Maiquetía, y han integrado un contingente importante al lado de los profesionales y técnicos que el país formó e invirtió horas hombre de educación de primera, verbigracia los ex trabajadores de Petróleos de Venezuela; todos ellos encarnan la fuga espectacular de cerebros que potencian las sociedades desarrolladas del planeta.
El contraste es claro, entre la legión de los enchufados y su prole que salen del país con el dinero robado a darse la gran vida y los jóvenes y profesionales que salen para superarse con su trabajo y hacerse de un futuro.
Ante nuestros ojos se despliega un modelo inviable en el que sus constructores y conductores no confían en las condiciones de un país inhóspito, y por ello sacan a sus hijos, pero inmoralmente se lo imponen a los hijos de los otros.
La ley entra por casa y Chávez fue el primero en salir a curarse afuera.
El malandrato que acabó con Venezuela cierra las opciones de su futuro político, cuando comete parricidio al suplantar la obra maestra de Chávez la “ Constitución del 99”, por una constituyente espuria fundamentada en un delito flagrante.