Sociedad-Educación: el nuevo lenguaje
La Educación en cierto sentido,es el saber de los saberes.Es la búsqueda
del conocimiento a través del conocimiento mismo. De alguna manera,el aprender
nos conduce a enseñar lo que sabemos y el enseñar nos permite probar
cuánto sabemos; representando geométricamente esta idea esencial del concepto
Educación, diríamos que es una recta expandiéndose al infinito en una dimensión
y dos orientaciones simultáneas, dos sentidos que se extienden sin excluirse,y que
al avanzar en descripción y alcance extienden sus fronteras y delinean el horizonte
para las dos acciones al unísono, en virtud a que sus resonancias estimulan sin cesar
el amplio espectro de conocimientos que encuentra a su paso.Enseñar en una
primera acepción es mostrar, mostrar lo que hemos encontrado en nuestro recorrido
por el universo que ha crecido tanto en las inconmensurables distancias del espacio
exterior como en las infinitésimas aproximaciones del micro y el nanomundo,adonde
hemos enviado nuestras sondas exploratorias para captar información, para llevar
nuestro “tacto electrónico” al contacto con lo desconocido,aquello que alguna vez
pudimos “ver” con otros ojos, los propios pero alimentados de otra conciencia,o con
la ausencia de ella, desprevenidos ante un suceso cercano que pasó desapercibido a
nuestros sentidos.
De alguna forma reproducimos la manera ancestral en la cual conocemos
la realidad que nos circunda,nos vinculamos a ella a través de nuestras sensaciones
para luego “relatar” nuestra experiencia ,haciendo representaciones abstractas del
objeto de estudio, en la búsqueda de un mapa operativo que nos revele sus funciones;
las actividades que más satisfacciones nos brindan son la exploración y la creación;
el hallazgo y la invención nos producen “alegría” en el intelecto; hay una pequeña
fiesta en nuestro ser cuando descubrimos algo nuevo que no conocíamos, alguna
respuesta a un problema que no resolvíamos; cuando nuestro cosmos nos muestra una
faceta que ignorábamos de él, nuestro espíritu toma champaña, celebra con burbujas
de saber esa “novedad” que ha aparecido en medio de una circunstancia al azar,
donde quizás no habíamos proyectado conseguirla. De alguna manera,el “sistema
orgánico de conocimiento” que somos los humanos ,experimenta gozo, satisfacción,
al “comunicarse” con el objeto de estudio y “conocer” atributos y características del
mismo; de tal manera que celebramos “la comunicación” del “ser” y el ”objeto” en
una profundidad como no la habíamos percibido antes.¿Qué origina tan extraña y a la
vez ,tan común sensación del “nuevo” conocimiento?¿No son tan “inanimadas” las
cosas que nos rodean? la respuesta a estas interrogantes, las encontramos quizás en
la recién formulada Teoría de las Supercuerdas, candidata número uno de las ciencias
físicas hacia la obtención de la Teoría Unificada que tanto desveló a Einstein y que
tanto ocupa al cerebro mas privilegiado de la Tierra, el del físico británico Stephen Hawkings, heredero en Cambridge de la cátedra que en su momento regentara Newton. Según
esta teoría, existe un fenómeno que es común tanto a la materia orgánica como a
la inorgánica:se trata de su capacidad para emitir vibraciones; estas vibraciones, estas
ondas, denominadas “cuerdas ”,son el medio a través del cual se transfiere la información en el
universo.
Aquí surge una maravillosa idea que nos invita a reflexionar sobre la
grandeza de este hecho:las respuestas siempre han estado con nosotros, al lado de
nuestras preguntas y las soluciones al lado de los problemas; son dos continentes del
mismo contenido indisolublemente vinculados. Encontrar a una es toparse con la otra
y,en una desconcertante ley que supera nuestro entendimiento, el efecto percibido
retroinforma a su causa y la cambia,la modifica, hace evidente la mutación que revela
su metamorfosis.De tal manera que en una maravillosa dialéctica fenomenológica
que desborda el entendimiento de las teorías cognitivas tradicionales, causa y efecto
transmutan sus locaciones en lo que pareciera evidenciar un relativismo conceptual
que trastoca la visión determinística de los valores de verdad de la lógica sobre la
cual hemos fundamentado la creación de nuestra visión mas acuciosa, la electrónica
digital, a través de los circuitos booleanos.
Así que los problemas aún no resueltos,entre ellos enfermedades como el
cáncer,el sida y otras de naturaleza viral o bacteriológica, pudieran encontrar solución
en el terreno de la comunicación, en virtud a que todos los entes y objetos inanimados
manejan un “pentagrama” de vibraciones a través de las cuales se comunican con el
exterior.Sería a través de la “inteligencia” de pseudoestímulos estratégicos, como
podríamos enfocar problemas como los señalados.De alguna manera, desde el punto
de vista de la salud,la bioquímica y la fisiolología nos han enseñado como las funciones de los órganos vitales se realizan en respuesta a ciertos estímulos enzimáticos que
codifican y descodifican las “señales de comunicación” que son emitidas y recibidas,
en todo caso transferidas e intercambiadas entre los entes involucrados.
En su esencia,la Educación es la Comunicación del Saber. Ambas instancias,
el Saber en si mismo y la Comunicación como proceso para el entendimiento y
comprensión de los fenómenos bajo estudio, constituyen el objeto del Ser Educativo.
Para educar es preciso “estar ”;conocer cuáles son las particularidades de lo que
se enseña, pero por sobre todo, cual es nuestra relación con aquello que se nos
enseña. Lo menos aprendido es lo menos practicado, lo menos ensayado.No es
posible comprender bien la naturaleza de las cosas si no tenemos la capacidad para
el aprendizaje múltiple que se desprende de las emisiones de las cuerdas a través
de las cuales,“viajan” los paquetes de información cuya transmisión y tratamiento
manifiesta la existencia del objeto.