Opinión Nacional

Globalización y desarrollo sostenible

Dos grandes temas copan la escena internacional de la sociología humana. Ellos son la globalización y el desarrollo de las naciones. Muchas han sido las respetables personalidades que se han referido a la primera como un proceso de carácter económico y cultural que impone la sociedad industrializada dominante sobre la sociedad no desarrollada dominada. Se establece una ecuación de poder que tiende a mantener sus valores en el tiempo, en tanto se privilegien los mecanismos del dominio.

Sin embargo, otra vasta corriente de pensamiento considera ineludible la experimentación del proceso globalizante como un producto más de la evolución social de la Humanidad y cree que está íntimamente vinculada con la tecnología, la innovación del conocimiento, las telecomunicaciones y todo invento o descubrimiento de la investigación humana. En este sentido, creo que vale la pena observar bajo una pupila diferenciada a la Globalización, y encontrar que las dos visiones de la misma están tan comprometidas con sus perspectivas situacionales, que quizás solo quieran o deseen ver lo que sus preceptos “racionales” les indiquen, en virtud a que emplean herramientas diferentes para realizar esta tarea y quizás les falte el esfuerzo adicional para aproximarse a sus sentidos que brindan una realidad compartida por todos. Vale decir, que la tangibilidad de los hechos supere la percepción de las creencias. Para ello necesitamos comprender y no ridiculizar, para ello necesitamos sopesar y no excluir a priori una opinión contraria, para ello debemos calificar y no descalificar la posición que advertimos opuesta a la nuestra.

Sin lugar a dudas, aplaudimos el avance tecnológico en todas sus formas. Mas han hecho la electricidad, el teléfono y la penicilina por el avance de los pueblos que las miles de guerras que se han verificado en la Historia de este planeta.Mas le vale un invento genial a la Humanidad que una guerra aniquiladora para imponer una forma de pensar. En esta sociedad mundial contemporánea, hemos dejado de ser islas.El aprendizaje de nuevas geografías, el acceso al análisis y la comprensión de los procesos históricos de otras naciones, la posibilidad de compartir con seres humanos de otras culturas, de otras lenguas, de otras etnias y de admirarlos por su maravillosa dimensión humana a la que tanto valoramos, dista mucho de la posición esquiva, reservada y excluyente que se tenía con lo extranjero. La satanización de lo diferente, de lo desigual, de lo contrario a la norma, al dogma o a la moda, llegamos a percibirlo en el pasado como un valor cultural, como algo esencial a nosotros.

Si la tecnología de la electricidad y el transporte no hubiera aparecido con sus cambios sociales gigantescos, posiblemente la guerra de secesión norteamericana se hubiera prolongado tanto como los conflictos del medio oriente, donde es necesario reinventar el concepto de soberanía para poder resolverlo, una soberanía sin exclusión del otro, un nuevo estado hecho de naciones diferentes, pero compartiendo el mismo espacio sin exclusión, sin verdades absolutas que nieguen la existencia del otro.

Ese pasado deterministico, lleno de heredades salvajes y patrimonios incruentos, lejos de quedar atrás por los avances científicos, educativos y sociales que hemos tenido, aún permanece como una lección que el mundo político pretende seguirle imponiendo al resto de las sociedad para mantener su poder. Para hacer que la sociedad sea predecible, para moverla según dicten las ambiciones personales o grupales de verdaderas pandillas enfermas de poder, efervescentes en su acción lesiva contra la integridad y dignidad del ser humano.

Solo la ignorancia puede esclavizar a los valores de la Libertad. Esos valores de la Libertad son universales, son patrimonios de toda la Humanidad.Constituyen el aporte mas importante de eso que llamamos Civilización, en cualquier lugar del planeta. Lo que necesitamos llevar a todas partes para defender sus postulados y fomentar su goce y disfrute pleno, es el Conocimiento y la Tecnología. Esos son los reales agentes liberadores de las sociedades y de los seres humanos.Mas allá del género, la raza, el idioma, son el Conocimiento y la Tecnología los factores que permiten alcanzar una mejor calidad de vida, un mayor bienestar. Precisamente porque no están vinculados al género, a la raza, al idioma que los produce. Son herramientas que permiten la creación de medios para el progreso de la Humanidad. No pretendemos decir que son puros por su excelso origen. El Conocimiento y la Tecnología, puestos al servicio de la aniquilación del contrario, han brindado los mas abominables resultados. Los campos de concentración nazi, los campos de concentración soviéticos, las bombas de Hiroshima y Nagasaki, los gases letales para aniquilar a pueblos enteros, los ataques suicidas a las torres gemelas, los bombardeos de Irak contra Kuwait y los kurdos, de Israel contra los palestinos, de los Estados Unidos contra Irak y contra Afganistán , en todos observamos una terca y reiterada conducta humana que en lugar de pedir cuentas a individuos, se las pide a naciones enteras que son inocentes del despeñadero de la violencia que fomentan sus líderes escondiéndose tras las máscaras de sus países y disfrazándose de ellos para cometer todo tipo de crímenes y atrocidades, llegando a expandirlos al resto de su tribu particular, dando rienda suelta a la aniquilación de la vida que no reporta ninguna riqueza sino que, por el contrario, se traduce en pobreza espiritual y en enfermedad en el alma de los pueblos ..

El otro concepto básico para entender la acción de las naciones es el Desarrollo Sostenible.Concebido como el proceso de capacitación colectiva para generar una mejor calidad de vida, el Desarrollo Sostenible necesita de una Educación más sólida, de un Estado más inteligente y de una Sociedad mas libre. Porque solo la conjunción de estos tres factores puede generar el éxito de un país. Constituyen una relación triangular en la que se apoyan mutuamente y requieren la cooperación contribuyente para fundamentar sólidamente el destino de una nación.

En este punto, no se puede ser mezquino y poco solidario. El ego es efímero y los auténticos líderes que el planeta necesita son aquellos que piensen no en el poder de una nación sobre la otra, sino en la convivencia de todas bajo un clima de ayuda y colaboración permanente para proyectar, propiciar y producir una mejor calidad de vida para todos.

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