Sistemas de salud y sociedad
Uno de los temas indispensables de abordar en una Sociedad, es el tema de la Salud. Porque la Salud del individuo y todo lo que ella significa, representan el tesoro mas preciado de una Nación. Hay que acotar igualmente, que quizás sea el aspecto del desempeño público que mejor refleja la autoestima de un Pueblo, de una Sociedad y de una Cultura. Y justamente, a esto último quisiera referirme, para que hagamos una reflexión colectiva sobre los sistemas de salud que tenemos y los que deseamos.
La discusión sobre este tema en particular en nuestro país usualmente se degrada hasta el punto de seguir cayendo en los lugares comunes de siempre, que terminan por invalidar los diferentes puntos de vista que finalizan inexorablemente en la lamentable descalificación de todos los actores. Lo bueno que representaría adoptar la crítica para mejorar, de manera constructiva, entre nosotros resulta con mucha frecuencia en la negación de todo acuerdo, porque pareciera que tuviéramos el atributo de solo escucharnos a nosotros mismos cuando tenemos una diferencia con un conciudadano, cuyo punto de vista diferente no compartimos.
Cuando se dice que el Estado es el responsable de la crisis hospitalaria, de la precaria asistencia al paciente sin recursos o del resurgimiento de una enfermedad endémica, se dice solo una verdad a medias, porque nos falta la sinceridad o la valentía para admitir que como Sociedad todos somos responsables de las fallas que tiene nuestro sistema de salud, al cual generalmente asistimos en ocasiones para solicitar los servicios de la medicina curativa y no de la preventiva, acudiendo al centro de salud solo cuando estamos enfermos, cuando es mas costosa nuestra atención en procura de la salud que en un “determinado” momento perdimos. Al no mejorar como Sociedad la inversión en la medicina preventiva, hemos convertido a la medicina curativa en una acción “de emergencia”, la cual, por cierto, se la pasa en emergencia porque cuando es requerida, usualmente no cuenta con los recursos, equipos e insumos necesarios para atenderla.
Podríamos ser más explicativos de esta realidad si no la tenemos clara. Veamos:
Vamos al odontólogo solo cuando tenemos una caries dolorosa o se ha roto una pieza dental, vamos al Psicólogo cuando la anomalía conductual ya necesita de la terapia psiquiátrica, vamos al médico solo cuando la enfermedad fue impaciente con nosotros y no quiso esperar más para manifestarse. Vamos al neumonólogo cuando los bronquios han colapsado de tanto transportar la nicotina y el alquitrán que nos dejó en los pulmones y dejamos de ir porque, con cual derecho el especialista nos ha dicho que debemos dejar de fumar. Vamos al hepatólogo cuando la cirrosis ha marcado inexorablemente al hígado por nuestra afición al alcohol. Despotricamos de los fiscales porque nos detuvieron por nuestro manejo irresponsable y así, pare usted de contar las infracciones ciudadanas que cometemos día a día De esa manera, le estamos diciendo al Estado, que es hijo y alumno de la Sociedad que lo conforma y legitima para que la sirva y honre, que tiene una Sociedad irresponsable por atender y que asuma una mayoría de edad que ella, la Sociedad Madre, no quiere asumir. Y resulta ser que el ejercicio del valor se encuentra en el ámbito social, y si estos no se desarrollan con responsabilidad en la Sociedad, no cabe en forma alguna solicitar que existan en el Estado. Pero queremos tener un Estado responsable con una Sociedad irresponsable.Un Estado proveedor con una Sociedad improductiva.
Por ello es que es tan necesario, aplicar un poco algo que podría denominar con el nombre de reflexión inversa, así como se habla en el ámbito de la tecnología de ingeniería inversa. El ejercicio que propongo es que comencemos a pensar que quizás en la comodidad del pensamiento lineal que acusa primero sin juzgar previamente en forma comprensiva a la realidad, se encuentra el origen de nuestros males de los cuales tanto nos quejamos. La Sociedad necesita madurar para crear el Estado que administre adecuadamente sus recursos.La Sociedad necesita crecer en valores ciudadanos para obtener la respuesta que aspira en el ámbito público.
El Trabajador de la Salud, incluyendo al Gerente (porque la Gerencia tambien es un trabajo que debe incorporar valores en su desempeño, ya que debe velar por su desarrollo a lo largo de toda la secuencia laboral de la gestión) debe exhibir, además de conocimiento y experticia, lo que llamaría “alegría de servir”, deseos altamente acendrados en su personalidad de ser útil y solidario con las personas que van a solicitar de su ayuda y cooperación para reestablecer su condición saludable.
Para ello el Sistema de Salud debe “saludarse” tambien a si mismo. Propiciar una mejor atención económica, física, intelectual y espiritual para cada uno de sus trabajadores. Conceder un buen trato, con responsabilidad, reconocimiento, respeto a la integridad de ese trabajador de la salud que en muchas oportunidades no tiene los recursos, insumos y equipos para desarrollar su trabajo de manera eficiente y dar una atención digna al paciente que la requiere. Es muy posible que el propio trabajador de la salud, sea profesional o no, manifieste carencias emocionales, afectivas y conductuales muy marcadas que no son señaladas porque no es el deber ser “público”. Pero a veces, el asador del herrero es de palo, como reza el adagio popular. Cuando resulta ser, que deberían ser los mejores atendidos, para que esa atención se llevara generosa a los pacientes. Recordemos, estimados amigos, que el ser humano solo puede dar lo que recibe y recibe de acuerdo a lo que ofrece. Para recibir hay que dar, para dar, hay que recibir.
El trabajo creativo, productivo, entusiasta, genera la riqueza que la Sociedad necesita para vivir mejor en todos sus órdenes y que el Estado necesita para cumplir adecuadamente con sus funciones de servicio a favor no de intereses personales o grupales, sino a favor de todo el Pueblo al cual se debe y se deberá siempre.La Educación es la herramienta llamada a proveer el conjunto de capacidades y habilidades complementarias en su diversidad con el talento de cada ciudadano. La Salud física y mental es el capital indispensable para abordar cualquier proyecto de desarrollo humano. Sin ella como condición, todas las expectativas, proyectos e ideas se derriban y son irrealizables.
La riqueza petrolera nos ha dado crecimiento más no desarrollo. Por muy elevados ingresos petroleros que tengamos, la improductividad del trabajo individual hará siempre que las necesidades sociales sean cada vez mayores porque no se resuelven a nivel del individuo donde deben ser resueltas, sino tienen que esperar que el Estado benefactor tenga el tiempo y la disposición de atenderlas en una cola cuyo servicio final no está garantizado sino, todo lo contrario, está sometido a una azarosa condición circunstancial .El petróleo nos ha dado recursos para encarar nuestras necesidades, pero no son suficientes si no estimulan en la población la creación de un trabajo individual y colectivo de alto valor agregado que haga a cada ciudadano fuerte y saludable, con seguridad económica y seguridad social, fruto de su trabajo, de sus estudios, de su conocimiento y no de la existencia del recurso petrolero que es una circunstancia ajena a su condición vivencial como persona.