Opinión Nacional

Sexualidad Inmersa en Tabúes que Inútilmente Intentan Estandarizar lo Natural

El sexo no es más que la muy eficiente manera en que la naturaleza ha logrado que las especies (animales y vegetales) sobrevivan a través del tiempo aún en presencia de un constantemente cambiante ambiente—y lo logra produciendo seres únicos, sin duplicado, debido a que cuando cada forma de vida (vegetal o animal) nace; comienza a existir un genoma individual que hasta ese momento no existía—lo que dota a la especie a la cual pertenece esa forma de vida de una oportunidad adicional de supervivencia en caso de que las condiciones ambientales cambien drásticamente; y / o le permite usufructuar los beneficios para esa especie, de recursos a su disposición, que antes no utilizaba—con algunas y muy escasas excepciones: aquellas nuevas formas de vida, cuyo genoma en vez de proporcionarle ventajas les crea limitaciones.

La sexualidad, no es más que la expresión del mandato sexual genético contenido en cada genoma; lo que los humanos hemos devenido en llamar comportamiento sexual—y en el caso de los seres humanos éste es tan diverso y variado, que aún desafía el completo entendimiento; aún por parte de expertos sexólogos, psiquiatras y sociólogos—y la realidad científica conocida hasta ahora es ignorada por una inmensa porción de la humanidad; en no pocos casos debido a los tabúes sobre la sexualidad humana que hemos heredado de nuestros antepasados; quienes durante 597 de los 600 siglos que llevamos existiendo en el planeta Tierra; no dispusieron de otra explicación de lo natural, que la proporcionada por la magia y la religión; y en los tres siglos de existencia que tiene la ciencia, aún no completa su tarea de explicar la sexualidad humana—y mucho menos del resto de las miríadas de otras especies (animales y vegetales) que existen.

Hasta la palabra tabú—y su significado—los obtuvimos de tribus polinesias.

El comportamiento sexual humano varía desde la extrema mojigatería, hasta la más descarada y sociópata de las aberraciones; lo que ha llevado a toda comunidad humana que ha existido, a promulgar e imponer a juro, normas de todo tipo que han variado; y continúan variando, de cultura a cultura—y muy probablemente tienen mucho que ver, con el origen de los numerosos tabúes sexuales humanos que aún existen hoy.

Sin ninguna duda; existen comportamientos sexuales humanos, que toda sociedad debe prohibir, porque ocasionan claros perjuicios; morales, físicos, y / o psicológicos, a las personas que los practican, y conducen por errados caminos a las sociedades que los toleran—como ejemplos, pueden citarse al incesto, a la pederastia y a la violación—sin embargo, existen otros comportamientos sexuales humanos; poco ortodoxos—o contrarios a las normas generalmente aceptadas—que cuando son practicados entre adultos mutuamente conscientes y condescendientes—no son asunto de nadie más que de la pareja en particular; es decir, sólo deben ser gobernados por las decisiones de la pareja—mientras dicho comportamiento se mantenga en la estricta privacidad—y no trascienda hacia la sociedad en general.

Este “trascender hacia la sociedad en general”, necesita ser aclarado, diciendo que esto no debe incluir al hecho del conocimiento accidental o fisgón por parte de terceros, de tal comportamiento—porque de lo que se trataría es de apartarnos de aquellos heredados tabúes sexuales, que en vez de beneficiar a la sociedad y / o a las parejas que practican determinados comportamientos sexuales no ortodoxos, lo que hacen es hundir en el ostracismo social y producir perjuicios morales y psicológicos en las parejas que lo único que están haciendo es obedecer el mandato genético sobre comportamiento sexual natural que existe en sus respectivos genomas, sin causar ningún perjuicio a la sociedad en general—como ejemplo de esto, puede citarse a la homofobia existente todavía en numerosas sociedades, a pesar de que ya la ciencia ha comprobado que la homosexualidad, no es consecuencia del hedonismo ni de ninguna aberración: Ver: Ebru Demir y Barry J. Dickson; Instituto de Biotecnología Molecular de la Academia de Ciencias de Austria; Fruitless Splicing Specifies Male Courtship Behavior in Drosophila, Revista Científica Cell, Vol 121, pp. 785-794, 3 de junio de 2005.

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