La convivencia global
Uno de los espacios temáticos más visibles de la actualidad, porque el mundo de hoy está cada vez mas inmerso en él, lo constituye la globalización .Esa globalización, me atrevería a señalar, forma parte minúscula de un fenómeno todavía mayor, al cual podríamos llamar bajo la denominación de creciente universalización. Esa vocación de trascender al mundo en el que hemos vivido, ya fue expresada a través del arte en el Renacimiento y las ideas emergentes que surgieron en la Ilustración francesa y el Iluminismo alemán, para no referirnos a las múltiples evidencias de la antropología y la arqueología, que nos revelan esa vocación temprana del espíritu humano a descubrir lo que se encuentra mas allá de su entorno inmediato.
Observemos que la asamblea francesa, quizás el primer foro donde los grandes temas filosóficos e intelectuales se debatieron ampliamente en un espacio de concurrencia popular que ya contaba con el recurso del impreso para difundir los debates y acuerdos alcanzados, produce su mayor logro bajo la denominación de Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en donde se asume a todo el colectivo humano, sin distingos de raza, genero, procedencia, color, nación o religión. Una nación, la francesa, en vez de producir un documento local o nacional, lo cual sería irreprochable y profundamente legítimo, decide trascender su condición territorial limitada, elabora una constitución inspirada en las vertientes del derecho natural , y proclama su defensa no solo en el plano mundial, sino en el universal , porque los principios que lo rigen se encuentran en la esencia de la persona humana, en el desarrollo de su vida y pensamiento, en el espíritu humano, el gran tesoro de la especie, el que lo hace trascender en medio de todas las criaturas vivas que conoce. Una constitución que proclama los derechos del individuo, de la persona, a la que coloca en el centro de todas las instituciones , en su núcleo, creando un Estado que asume bajo juramento defender ese orden jurídico para servir al régimen de libertad, igualdad y fraternidad que se proclama.
Pero la sola proclamación de la ley, no garantiza su aplicación ni su sabia administración. Hace falta una cultura jurídica especial. No la que tienen los jueces y abogados, los expertos, los doctos de la ley. Sino antes bien, la que tiene la población, el ciudadano común, que no necesita que el jurisconsulto le reconozca o no un derecho, ya que él no lo discute, lo ejerce porque lo conoce, lo ejercita, lo vive, en una ejecución respetuosa y garante del ejercicio del derecho de sus conciudadanos. Ese saber en manos de la población es lo que llamaríamos bajo la denominación de cultura jurídica social.
Una acuciosa observación del mundo en que vivimos, nos diría que las comunidades desarrolladas y felices, no lo son en función a su tamaño, riqueza o poder.Lo son en función al volumen de cultura social jurídica que manejan.Es decir, que estamos una vez más, y perdóneme el lector el lugar común, ante un problema de educación. Pero no de la tradicional, de la que le gusta mostrarse como modelo o prototipo. Sino antes bien la que se vive en el saludo, en el trato, en la conversación común del día a día, en donde se aprende más y mejor que en un salón de clase. Ciertamente, el problema es un problema de actitud y éste nace de otro que es de comunicación. Y el de comunicación nace de un tercero, el de valores, los cuales se encuentran en el epicentro no declarado de los grandes sismos que sacuden a la sociedad contemporánea. ¿Pero será el asunto y todo lo que él conlleva, un problema exclusivo del subdesarrollo? La actualidad, la que no nos permite quedarnos en rémoras del pasado, nos indica que no es así. Veamos el problema de inmigración en Europa o en los Estados Unidos y observemos como estamos muy distantes de tener un mundo realmente desarrollado.Quizás, lo que tengamos sea un mundo mas populoso, mas congestionado, con mayor crecimiento en todos los órdenes. Es decir, un mundo crecido. Donde hay naciones que producen riqueza mucho mas efectivamente que otras, porque cuentan tanto como un sector oficial como privado que se comprometen juntos para elevar la calidad de vida de la población. Esa producción de riqueza cuando proviene del trabajo en la población y mas aún, cuando ese trabajo se ve potenciado por la producción de innovación, de tecnología, de valor agregado, gracias a una cultura fabril que permite crear las condiciones para que las cosas ocurran y no esperar a que las cosas ocurran creando condiciones. Vale decir, cuando existe el espíritu para vencer a las circunstancias, las circunstancias pasan y los logros quedan.Muy bien, pero no podemos quedarnos con la mitad del desarrollo, el crecimiento y decir que es desarrollo, como no podemos quedarnos con medio ambiente y no asumir al ambiente como un todo y no solo la mitad.
Hace falta un desarrollo filosófico.Un desarrollo de ideas para convivir.Una propuesta que no es de poder, sino una propuesta de cultura.Una propuesta que no es para confrontar, para combatir o para pelear.Se trata antes bien, de dejar atrás la Historia de las Guerras, muy gloriosa, sí, pero muy dolorosa y sangrienta, y la sangre, hoy día, en la conciencia de un hombre libre de verdad, dejo ya de ser placet de grandeza y sinónimo de honor.Es lo contrario. Significa lo opuesto. Es la devaluación del alma.Es el empobrecimiento y envilecimiento del espíritu de los pueblos.Es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida que se propaga cuando no hay la profilaxia de valores que impida su expansión.
Tenemos una sociedad enferma, no solo en el subdesarrollo, sino tambien en las naciones que llamamos desarrolladas, que consumen la violencia casera en forma masiva y que acunan a sus niños con la violencia como nana en los videojuegos para formar los soldados con los simuladores de las armas del futuro, cuando lo que debemos formar es a los atletas que desarrollen física y mentalmente una humanidad mas sana y menos violenta a través de la practica masiva del deporte, la ciencia y el arte en todas sus expresiones, cambiado el arma por un violín, por un libro, por una computadora, por un pincel ,por un guante o por un balón, enseñando que solo en la cooperación del trabajo mancomunado y en la comunicación efectiva que permite el intercambio sin dolor de los tesoros del conocimiento , crecen los afectos y los efectos de una cultura realizada con impacto positivo a nivel universal.
Las ideas como las razas, hay que mestizarlas para hacerlas mas valiosas.Las que permanecen estáticas, inamovibles, en un solo sitio, se adaptan tan bien a su momento y circunstancias que desaparecen cuando estas cambian.La verdad como la energía, no se crea ni desaparece, pero si se transforma.Vive en la transformación ,en el cambio, en lo que no permanece en el mismo sitio.Las culturas se enriquecen cuando entran en contacto con otras.; así permanecen y se convierten ya no en herencias nacionales sino en patrimonio de toda la Humanidad. Lo que se aísla pierde su capacidad para sobrevivir.Se debilita, porque solo el intercambio fortalece.En todas las áreas del quehacer humano. No es el apartheid, la segregación, el odio a lo diferente lo que puede hacer mejor a una sociedad.Al contrario, es el mestizaje el que fortalece, el que aumenta las defensas biológicas y culturales, el que otorga fortalezas en la población tanto físicas como mentales, porque le concede mas opciones a una cultura para desarrollarse.Es la variedad la que puede producir variedad y aumentar las posibilidades y multiplicar los caminos. Lo único, lo único que sabe hacer es clonarse asimismo y hacer una copia fiel y exacta de si mismo.Hasta que el ambiente lo obliga a desaparecer.