Bravuconadas
El Ministro Navarro declaró que no acepta bravuconadas para referirse a la actitud asumida por los padres de los alumnos de escuelas privadas frente a su arbitraria decisión de limitar a 15% el aumento de la matrícula escolar. Es patético oírle hablar de bravuconadas a quien ríe las bravuconadas del rey de los bravucones.
Más patética es la farsa implícita en la descalificación de un aumento mayor porque con la educación no se comercia, hecha por el vocero de un gobierno que ha eliminado toda forma de control del gasto público y trata la conciencia del pueblo como una mercancía.
Porque el mayor daño, Ministro, que se ha hecho a la educación en el país en esta década no es la ineficacia con la cual la conducen, ni el aumento de la deserción escolar, es el estimulo a la creación en el pueblo de un espíritu de pedigüeños, que no será fácil erradicar.
En la historia de ministros de educación venezolanos los ha habido muy buenos, buenos, regulares, malos y muy malos. Usted no está en ninguna de esas categorías, porque usted es singular. Usted es enemigo de la educación porque sabe que a través de ella el espíritu se libera.
En el marxismo que usted profesa, bajo el título de socialismo del siglo XXI que llama el presidente, no es la religión el opio del pueblo, porque del culto presidencial hacen ustedes una religión. Para usted el verdadero opio del pueblo es la educación y por eso se apresta a combatirla, combatiendo a todo el que se dedique a ella.
Es sabido que el ejemplo es el mejor maestro y como se trata de la creación en el pueblo del espíritu de pedigüeños, todo el gabinete hace de la mendicidad práctica cotidiana. Mendigan el cargo y el favor del presidente. En esto también usted es singular, pues ha logrado que todos los ministros cooperen en lo que es su función o responsabilidad específica, lo que no es la regla en Venezuela, donde cada ministro se desentiende de lo que corresponde a sus colegas del gabinete.
Sin embargo también me pasa por la cabeza, cuando lo observo a usted y a los demás miembros del gabinete, junto al alto mando militar, dirigentes del partido de gobierno y algunos otros invitados asistir a esa cátedra en vivo de la mendicidad que es el programa “aló presidente”, que no es usted quien conduce los lineamientos de la política educativa, que usted es simplemente un miembro más de la tropa que tiene por objetivo militarizar a Venezuela, es decir, lo contrario de civilizarla que es objetivo fundamental de la educación.