Testimonios y política
Juan Carlos Zapata, periodista y escritor, nos presenta su última obra: DOÑA BARBARA con Kalashnikov. Es una conjunción de novela, reportaje y testimonios con perspectivas políticas. Juan Carlos es de Guasdualito. Ha vivido y, por supuesto, conoce al Alto Apure y sus alrededores tachirenses o en sus extensiones hacia Amazonas. Es el mundo del Orinoco y del Meta, de los llanos, del ambiente donde Gallegos construyó Doña Bárbara. Juan Carlos recorre estos parajes y da testimonios de lo que acontece en ellos. Veamos.
En Guasdualito gobierna las FARC. En la zona del Arauca el ElN y las FARC se disputan el dominio de ese territorio. La zona del Alto Apure y el Municipio Feo los límites con el Táchira son tierras de la guerrilla. En toda esta inmensidad funcionan los grupos guerrilleros, los paramilitares, el narcotráfico, el hampa común, las escuelas de sicariatos donde “aprenden” el arte de matar menores de 13 años. Es el relato de las víctimas con nombre propio y apellido. La forma como ajustician humildes ciudadanos.
Cita a Joaquín Villalobos: “Las FARC hicieron del secuestro, la extorsión y el narcotráfico sus principales actividades, son los mayores secuestradores del planeta”.
Es una lectura apasionante. El autor derrocha coraje, valor. Recorrer estas páginas es adentrarse en la actualidad cuando Chávez al fin declara que no es la época de la lucha armada y cuando junto con Fidel piden, al igual que decenas de millones de personas en todo el mundo, que esta organización narcoterrorista libere a los secuestrados sin condiciones. Aun cuando Fidel les recomienda que continúen con las armas.
Zapata no se queda en el testimonio, muestra su desacuerdo con toda una política. Es partidario de la paz. De las relaciones normales entre Venezuela y Colombia. Es contrario a los caudillos militares. Al referirse a Gallegos expresa: “Desde los veinticinco años viene confirmándose en sus posiciones contra el caudillismo y a favor del papel necesario de los partidos y el papel restaurador de la educación y los intelectuales”.
El espacio termina. No me queda menos que recomendar ampliamente la lectura de esta nueva obra de un joven escritor preocupado por su tierra, por su país. “Ya Gallegos soñaba, con medio siglo de anticipación, que los partidos no sólo se midieran en elecciones justas, sino que el vencido ofreciera al día siguiente de la derrota electoral,” su cooperación desinteresada en obsequio de la patria.”.Soñaba con democracia. Que atrás quedaran los caudillos militares.
