De Vargas a García Arocha
En 1827, el Libertador Simón Bolívar y el sabio José María Vargas reformaron los estatutos de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, fundada por mandato de Felipe V en 1721. Esos estatutos, conocidos como los Estatutos Republicanos de la Universidad Central de Venezuela, permitieron entre otras cosas que un médico, el doctor Vargas, asumiera como su primer rector.
Casi doscientos años han pasado, y hoy una mujer asume por primera vez el puesto que ocupó Vargas, y que han ocupado figuras tan ilustres como Luis Razetti, Plácido Daniel Rodríguez Rivero, Santiago Vera Izquierdo, Francisco De Venanzi, Miguel Layrisse& para mencionar sólo unos pocos. La lista de rectores, en su mayoría, es un rol de intelectuales de primera línea y alta estatura moral.
Cecilia García Arocha dejó ver su potencial para convertirse en rectora desde que asumió como secretaria en la junta directiva que presidió el Dr. Antonio París y en la que tuvo un destacado papel, con sus compañeros, en defensa de la autonomía universitaria. Mostró su temple en el manejo de casos delicados y difíciles como los que se han vivido en estos últimos años de intervencionismo oficial.
El triunfo de Cecilia García Arocha en las elecciones universitarias es un triunfo de la mujer venezolana, de su inteligencia, constancia y capacidad de trabajo. Los decanatos de Ciencias Económicas y Sociales y Farmacia también estrenaron decanas por primera vez, las profesoras Sary Levy y Margarita Salazar respectivamente. No me cabe duda de que el siglo XXI será el siglo de la mujer en el mundo, y Venezuela no será excepción, porque cuenta con mujeres preparadas como Cecilia, Sary, Margarita y tantísimas otras que hoy se destacan en todos los campos.
La defensa de la autonomía, el pensamiento plural y los nobles ideales están en agenda de la Rectora, quien evocó las palabras de Andrés Eloy Blanco sobre el doctor Vargas en su discurso de toma de posesión: «Vargas es una hora, es una hora en un reloj, una hora pasada presente y futura, cíclica, declinante y vigente, en órbita sobre nosotros, una hora que suena con periódica angustia en la conciencia venezolana».
«La casa que vence las sombras» tiene en Cecilia García Arocha «la hora presente» que enfrentará con sabiduría, valor y decisión a los Carujos del siglo XXI.
