La venidera CELAC
Como era de esperarse, el panorama hemisférico estos días, empieza a cuajarse de declaraciones, producidas por la pirotecnia diplomática castro-chavistoide.
La Declaración emitida por ALBA-TCP, siglas que quieren decir: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, organización que reviste la importancia de tener el nombre más largo de la historia, apoyó, por supuesto, la posición del gobierno y prometió participar, al más alto nivel, en la venidera reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en El Salvador, el martes de la próxima semana.
La CELAC tiene 33 miembros, los mismos que la OEA, más Cuba, menos Canadá y Estados Unidos. Es, esencialmente, un foro articulador para la convergencia de acciones e intereses comunes y un mecanismo de diálogo y concertación política, que trabaja sobre la base del consenso.
Pero no sabemos cómo se determina el quorum de la reunión, ni hasta dónde llegaría el binomio Habana-Caracas, para facilitar un consenso, que sirva para contrastar la CELAC con la OEA, pues precisamente para eso, se ha solicitado la reunión. De asistir una sola tendencia, el tándem dictaría el documento, pero su valor político mermaría, al estar viciado de origen.
Aunque nunca es desdeñable, la capacidad iconoclasta del eje castro-chavistoide, lo que podría asegurarse, es que cualquier documento que se apruebe, la dupla lo esgrimiría como prueba irrefutable, que los países al sur del Rio Grande, pueden reunirse en armonía, siempre y cuando, no esté presente el coloso del norte y como fehaciente demostración de haber tenido razón, al autoexcluirse de una organización, marioneta del imperialismo. Todo está aún por verse, pero la reunión puede ser muy interesante, especialmente, si cuenta con asistencia variopinta.