¿Qué le pasa al Movimiento Estudiantil?
No es la vida apaciguada la que ha caracterizado a los movimientos estudiantiles, ni la planificación en las aulas de una escapada a los problemas reales de un país. Tampoco se circunscribieron a permanecer encerrados en sus salones de clases mientras su nación se derrumbaba. Nuestro movimiento estudiantil tardó en manifestarse pero lo hizo oportunamente, antes del referendo pasado. Fue una alborada auspiciosa para el resto de la sociedad civil, era como la parte que faltaba para que toda Venezuela reaccionara. Así ocurrió para obtener ese triunfo del 2D, ahora que se quiere pisotear y desconocer esos resultados, vemos con asombro como los estudiantes poco se pronuncian.
Las salas de clase no sólo fueron el sitio natural de los estudiantes, en nuestro tiempo enarbolábamos la consigna “estudiar y luchar,” bajo persecución de los cuerpos de seguridad del Estado. Nos cerraron los centros de estudiantes y tuvimos que aglutinarnos en los barrios compartiendo las mismas privaciones y desafueros contra el pueblo. Con o sin razón ese movimiento estudiantil actuó con nobleza y valor, jamás intermitentemente ni cediendo su escenario histórico, aún enrumbados en una causa evidentemente equivocada. Cuando las guerrillas emergieron, fue el movimiento estudiantil su primer proveedor.
Actualmente es cuando los estudiantes deben estar más activos que nunca, mientras los políticos se devanan chuscamente por sus candidaturas y el país necesita de un esfuerzo superior para rescatar la libertad.
¿Qué le importa al amigo Yon Goicoechea haber perdido quince kilos por salvar la democracia? En este momento los estudiantes deben preocuparse más por las libertades públicas que son parte de su futuro, que por estar gloriando candidaturas. Los movimientos estudiantiles siempre gozaron de autonomía y de mayor peso moral que cualquier otra organización, y ellos no pueden renunciar ni sacrificar ese capital político en una Venezuela que los quiere y necesita.
Así que, Yon vuelve a tus convocatorias de antes, reúne a tus compañeros, incúlcales los deberes primarios del movimiento estudiantil, organizándose. Abriéndose paso en las calles; gradúense primero de luchadores, aunque por ello tengan que aplazar temporalmente sus grados académicos.
“Conchas” y solidaridades les sobrarán de parte de toda la ciudadanía y si sus aspiraciones ulteriores son mantenerse en la política habrán recorrido un amplio camino cuando el país regrese a su normalidad. Lo imperdonable en este periodo seria el enclaustramiento o burocratización del movimiento estudiantil, o unos estudiantes introvertidos y con eventuales apariciones públicas.
Muchas de las consignas usurpadas por el oficialismo, les corresponden por naturaleza al movimiento popular y particularmente al estudiantil. En lo siguiente los estudiantes no deberían darle mas treguas a la seudo revolución. Las calles son del pueblo y no de la policía oficialista y opresora. Allí se ganan las victorias, de esta manera se impone el respeto ciudadano, sin que esto constituya un enfrentamiento con ese ejercito mercenario que posee el régimen. Si el movimiento estudiantil marca las pautas de la disidencia, nadie se quedará en sus casas esperando milagros, y la desmoralización será total en los supuestos revolucionarios.
Empero, las tareas del movimiento estudiantil no serán fáciles, tal como creo haberlo esbozado en mi libro “Chávez no es un problema teórico” dedicado precisamente a ellos y a la resistencia. Por eso, todos los venezolanos esperamos una reacción pronta y sostenida de los estudiantes, no permitiendo que las elecciones regionales las capitalice Chávez a manera de referendo. Ni consintiendo se irrespete la voluntad popular con las nuevas leyes aprobadas en el “paquetazo”. Yon, no le pares a los quince kilos que rebajaste, sigue con tu “dieta” impuesta por el autoritarismo y vuelve a reunir a tus compañeros con carácter apremiante para que no abandonen más las calles, hasta tanto no recobremos la libertad. Salud.