Abreu y el sistema cosechando frutos
Hace unos quince años o más años escribí en «El Diario de Caracas» de aquella época dos o tres artículos elogiando de manera entusiasta la labor que llevaba a cabo José Antonio Abreu con el sistema de orquestas infantiles y juveniles. Ya en aquella década de los 90 Venezuela comenzaba a dar señales inquietantes de mediocrización, de deterioro intelectual y social. Pensé que era necesario alentar a quienes luchaban contra la corriente.
Para mi sorpresa recibí un día una llamada telefónica del maestro Abreu, preguntándome si podía verlo en su oficina (creo que estaba en el Centro Simón Bolívar) a tal hora de tal día. Así lo hice . Abreu me dió las gracias por mi apoyo y me pidió caminar con él el breve trecho hasta el Teatro Teresa Carreño. Al entrar al recinto, ví que se encontraba allí la Orquesta de Jóvenes, en pleno (para un ensayo). En retrospectiva, quisiera pensar que quien la dirigía en ese momento era Dudamel pero ciertamente no pudiera asegurarlo. Quien fuese, sin embargo, era excelente. Abreu les dijo a los jóvenes que yo escribía en apoyo del sistema. Todos se pararon al unísono y me saludaron. Luego se sentaron a tocar algo para agradecerme: creo recordar que era el Ballet La Estancia de Ginastera. No importa realmente. Fue una de las ocasiones más memorables de mi vida.
Hoy, muchos años después, Abreu cosecha en grande lo que sembró: Dudamel, las giras internacionales, el entusiasmo y la admiración de millones, el premio Príncipe de Asturias, todo ello y mucho más, todo bien merecido. Hace poco traté de comprar boletos para la familia, para ver esa orquesta en Washington, en Abril del 2009 (dentro de seis meses!) y me dijeron que estaban agotadas las localidades. Pensé con melancolía y con alegría en el día, hace quince años, que esa orquesta había tocado «para mí». Ya ni siquiera podré sentarme a oirla como un espectador común y silvestre pero me alegra enormemente que Abreu y su legión de jóvenes hayan despegado en vuelo hacia la gloria.
A mí siempre me quedará el recuerdo de una mañana maravillosa y el orgullo de hablar de este programa maravilloso y decir, donde quiera que pueda hacerlo: así es la gente de mi país!