¡Obabáme!
Negro consentido, negro de mi querer ¡Párame! El Blanco Diablo del Norte el de arbusto por apellido nunca quiso saber de mí. ¡No sabes lo que me duele la indiferencia, la apatía imperial!
Te cuento. Acá todos me quieren, si dejaran de quererme me moriría. Por eso, de tiempo en tiempo formulo la pregunta, convoco el referendo afectivo, exploro almas y conciencias y me lanzo al vacío para sentirme luego reanimado, tonificado, reelecto, al saber que disfruto de las querencias de mi gente como si fuera la bendición de mi abuelita, la que crecidamente me ha querido a mí.
Negro, no tengo ¡por ahora! nada contra ti, soy mitad negro como tú – zambo me dicen los de sangre azul -, en mi estirpe indómita arde el congo y el mandinga y el carabalí, como yuca y ñame y sardina y pescado de río que tiene espinas como las que debo tragarme cuando UDS anuncian una amenazante declaración oficial.
¡Te lo juro por el mismo Cristo! El de nosotros los sincréticos, el tuyo de los Bautistas y el de todos los demás, sólo quiero que me quieras, que me acojas, que te ocupes de mí, que me nombres, que me mires, que no prescindan en el llegado momento de mí.
Barack ¡Obabáme! Si lo haces te cantaré una copla del llano mío, de mi sabana sin fin, te recitaré y te declamaré como a ninguno le he solfeado igual.
¡Vamos a estar tan cerca el uno del otro en estas citas cumbreras de fraternidad sin igual ¡
Al llegar al principesco puerto de la trinitaria isla, le daré a uno de tus edecanes un humilde papelito escrito en mi inglés fundamental ¡jauaryú! en que el te demando lo fundamental, que si algo llega a pasar no me internen en la cubiche base militar.
¡Obabáme, por favor!
Kofi Alberto Bamako Jiménez, nacido en viernes en Guayabal, en el Estado Barinas, escolta de la Guardia Presidencial.