Italia en Guadalajara
«En fin, lo que provoca es hacer las maletas e irse para Guadalajara»
Mientras en Venezuela se presenta una «feria del libro internacional», chucuta y en minúsculas porque recoge una sola tendencia, la roja rojita (¿se podía esperar otra cosa?), los mexicanos se preparan para dar al mundo un ejemplo de civilización, pluralidad, apertura, humanismo, visión de futuro y erudición en su máxima expresión, cuando abra sus puertas la XXII Feria Internacional del Libro de Guadalajara el próximo 29 de noviembre. Esta Feria, con mayúsculas, se ha labrado un bien ganado prestigio como una de las citas culturales más importantes de América Latina y el evento editorial de mayor relevancia en lengua española.
Este año, la Feria de Guadalajara contará con la participación extraordinaria del primer país no hispánico y no americano: Italia será la invitada de honor.
Sin complejos de que como Colón era italiano hay que derribar sus estatuas y acabar con la influencia del Viejo Mundo en México, sin actitudes xenófobas como las que se encuentran por estas latitudes contra los italianos y otros extranjeros que han traído tanto progreso a nuestras tierras desde hace quinientos años, sin resentimientos ni sentimientos pasados de moda por lo atrabiliarios, atrasados y caducos, los mexicanos ofrecerán a los centenares de miles de visitantes a su Feria una representación de la «italianidad» y su presencia profunda, permanente y enriquecedora en nuestra cultura latinoamericana. Será una ocasión perfecta para exaltar, como bien se lo merece, todo lo que es «made in Italy». Ofrecerán además un programa literario y académico que incluye doce exposiciones de gran envergadura, entre ellas la presentación de «Italidea» conceptuada como «una nueva idea de Italia» y la de la Colección Farnesina, arte contemporáneo de los mejores artistas italianos de las décadas recientes. También las innovaciones en el cine italiano, espectáculos de música y teatro y la presencia de un centenar de personas de la elite intelectual italiana.
En fin, lo que provoca es hacer las maletas e irse para Guadalajara, para encontrar allá lo que aquí estamos dejando ir, perdiendo y rechazando, y decirles a esos queridos italianos «aquí estamos, amigos, no nos abandonen… Los necesitamos para la reconstrucción de Venezuela».
PD: Vayan a votar, después no se quejen de los resultados.
