Comercio 1
Recordemos a Francois Marie Arouet – Paris, 21/11/1694 – 30/05/1778) mejor conocido como Voltaíre, filosofo y un representante de la ilustración. ¿Cuál es la noción más común sobre el comercio? Hay varias. Tomemos una: El comercio enriquece a los ciudadanos que lo practican y contribuye a desarrollar su libertad, y esta libertad, a su vez, ayuda a expandir el mismo comercio, que, a su vez, favorece, sin duda, a la formación del Estado.
Por el comercio se creó, poco a poco, la fuerza naval de Inglaterra, que hizo de los ingleses, en un tiempo ha, los reyes de los mares. En el presente tienen un buen número de barcos de guerra. La posteridad se asombrará de que una pequeña isla que sólo posee un poco de plomo, estaño, greda y lana de mediocre calidad haya llegado a ser, mediante su comercio, tan poderosa, que en 1723 pudo enviar tres flotas simultáneamente a tres extremos diferentes del planeta: una a Gibraltar, ciudad que conquistó y mantiene por la fuerza de las armas; otra a Porto-Bello, para arrebatarle al rey de España los tesoros de las Indias, y la tercera al mar Báltico, para evitar el enfrentamiento entre las potencias del Norte.
Cuando Luís XIV hacía temblar a Italia, cuando sus ejércitos, dueños ya de Saboya y de Piamonte, se preparaban a tomar Turín, el príncipe Eugenio, en el último rincón de Alemania, debía acudir en ayuda del duque de Saboya, pero no tenía dinero y sin él no se pueden tomar ni defender las ciudades; se vio obligado a recurrir a los comerciantes ingleses, quienes en media hora le prestaron cinco millones; liberó Turín, venció .a los franceses y escribió estas líneas a los que le habían prestado el dinero: «Señores, he recibido vuestro dinero y me enorgullezco de haberlo utilizado a vuestra entera satisfacción».
Todas estas cosas enorgullecen con justicia a un comerciante inglés y le hace compararse, con alguna razón, con un ciudadano romano. Por eso el hermano menor de un par del reino no tiene a menos ser negociante. Milord Towsend, ministro de estado, tuvo un hermano que se contentaba con ser mercader en la «City». Cuando Lord Oxford gobernaba Inglaterra, su hermano menor era empleado de comercio en Alepo, donde permaneció hasta su muerte.
Esta costumbre, que por desgracia parece empezar a perderse, resultaba monstruosa a los alemanes empecinados en sus cuartos y que no entendían cómo un hijo de un par de Inglaterra no sea más que un rico y poderoso burgués, y no como en Alemania, donde todos eran príncipes; se han contado hasta treinta altezas del mismo nombre y poseyendo como únicos bienes su orgullo y sus escudos de armas.
En Francia podía ser marqués quien lo deseaba; cualquiera podía llegar a París desde una distante provincia, con suficiente dinero para gastar y un nombre terminado en «ac» o en «ille», y permitirse decir: «Un hombre como yo, un hombre de mi categoría…», y despreciar soberanamente a un negociante.
El comerciante era tan tonto que al oír hablar con frecuencia despectivamente de su profesión, terminaba por avergonzarse de ella. Sin embargo, no sé quién es más útil a un Estado, si un noble todo empolvado, que sabe exactamente a qué hora se acuesta y se levanta el rey, que se pavonea como un gran señor mientras representa el papel de esclavo en las antecámaras de un ministro, o un comerciante que enriquece a su país, que desde su escritorio da órdenes a Surata y El Cairo, y contribuye a la felicidad del mundo. Recuerdos de Voltaíre. ¿Qué pasó con el comercio en los últimos 10 años del presente régimen robolucionario para algunos venezolanos? ¿Dónde están los comerciantes que apoyaron al retirado y absuelto teniente coronel golpista para que “tomara” el poder? ¿Están mejor o peor? ¿Todavía existen? ¿Qué ha pasado con ellos? ¿Defenderán el derecho al comercio o se fueron del país? ¿Dónde están? ¿Queda alguno? Si, multimillonarios, seguramente ¿O dejaron unos administradores? ¿Dónde están los comerciantes con responsabilidad social? ¿Dónde están los comerciantes que hacen patria? Sufriendo el acoso y la extorsión permanente ¿Dónde están los comerciantes que luchan por la libertad de comercio, de expresión, de pensamiento? ¿Puede existir un comerciante socialista, comunista, colectivista? ¿Usted que opina?… Es hora de que aparezcan y se comprometan en la lucha abierta por la libertad… de no hacerlo, adiós comercio y adiós vida…
“La pasión de dominar es la mas terrible de todas las enfermedades del espíritu humano”. Voltaíre (1694 – 1778, François Marie Arouet, filosofo y escritor Francés).