¿Quieres tener más días como ayer?
Esto es lo que mi amigo Gerver Torres suele preguntar. Es una pregunta a la vez sencilla y profunda. Para contestarla hay que recordar -y sentir- cómo nos fue ayer. También nos obliga a resumir las expectativas que tenemos sobre nuestro futuro, el de nuestros seres queridos, y lo que creemos que va a pasar con nuestro trabajo, nuestra comunidad y hasta nuestro país.
La respuesta a esta pregunta no sólo dice mucho sobre quien la contesta sino sobre el mundo en general. De hecho, Torres no sólo cuenta con las respuestas que le damos sus amigos, sino que también sabe cómo la han respondido cientos de miles de personas en 150 países. Torres es senior scientist (analista jefe) en Gallup, la conocida firma encuestadora que desde hace tres años viene haciendo esta pregunta alrededor del mundo.
Los últimos datos fueron recogidos antes de que la crisis económica estallara en toda su magnitud y aún no sabemos cómo han cambiado las respuestas a raíz del traumático impacto del crash. Sería lógico suponer que quienes han perdido su trabajo o han visto disminuir sus ingresos significativamente no quieran repetir un día como ayer.
Suena lógico, pero no es seguro que así sea. Uno de los más sorprendentes e importantes hallazgos de Torres y sus colegas es que el bienestar material es un factor relativamente poco importante en determinar quiénes desean tener más días como el que tuvieron ayer. Ni el nivel de ingresos, ni el estar o no empleado son factores de gran peso en las respuestas.
«Si tú estás en el 20% de la población con mayores ingresos, la probabilidad de que respondas que sí deseas tener más días como ayer es sólo 17% mayor que la probabilidad de respuestas afirmativas que nos dieron quienes están en el 20% de la población con menores ingresos», dice Torres y añade: «Encontramos que ni la religión, ni vivir en el campo o en la ciudad, la edad o la condición matrimonial son un factor significativo en la manera como responde la gente».
Si bien a nivel mundial la mayoría de los encuestados (66%) indica que desea tener más días como ayer, las respuestas positivas tienden a ser más frecuentes en los países más pobres. En América Latina el 75% de las repuestas son afirmativas mientras que en Europa el promedio es del 63%. El 82% de los habitantes de El Salvador, por ejemplo, desean más días como ayer en contraste con el 53% de los alemanes o el 54% de los italianos. En Honduras (uno de los países más pobres del mundo) el 81% de los encuestados quieren repetir días como ayer mientras que en España los «sí» llegaron al 73% -mejor que el promedio europeo, pero peor que Honduras, México (81,5 %) o Colombia (75%). El 69% de los chilenos contestaron afirmativamente mientras que el país con menor porcentaje de respuestas afirmativas (38%) fue Georgia (antes de la invasión rusa).
¿Cuáles son los principales factores que llevan a las personas a desear que su futuro se parezca a su día de ayer? «Las respuestas están vinculadas con emociones y estados de ánimo relativamente independientes de las condiciones materiales», me contesta Torres. «Por ejemplo, quienes se sienten tratados con respeto duplican en el «sí» a quienes no se sienten bien tratados por los demás; las personas satisfechas con su trabajo tienen una probabilidad 40% mayor de responder que desean repetir el día de ayer de la que tienen quienes dicen estar insatisfechos con lo que hacen».
Pero quizás el hallazgo más importante de Torres y sus colegas es el siguiente: la probabilidad de que una persona desee vivir más días como el de ayer se duplica entre quienes dicen reírse con frecuencia. Éste es un buen antídoto contra la crisis; no cuesta nada y está al alcance de todos. Y nunca hay que subestimar el valor de una buena carcajada.