Por qué Caracas retrocede
Hoy, cuando el conocimiento se ha transformado en el factor de producción más importante, se sabe que las ciudades juegan el papel fundamental en el desarrollo nacional y que su buen desempeño dependede la buena integración social y de la calidad de su capital humano y del medio urbano.
Cada vez que se revisan los datos comparativos de desempeño de ciudades, sea en el ámbito mundial o en el regional, tropezamos con la desoladora evidencia de la sistemática pérdida de posiciones de nuestra capital.
Citemos un solo ejemplo: en la clasificación del año 2002 de la revista América Economía de las mejores ciudades de América Latina para hacer negocios, en la cual las variables de calidad urbana juegan un rol clave, Caracas ocupaba el lugar 25 entre 37 ciudades, por debajo de Bogotá que se ubicaba en el 16 y por encima de Medellín en el 32; en la medición de 2009 Caracas había caído al lugar 49 entre 50 ciudades, mientras que Bogotá subía al 6, afirmándose como una de las ciudades líderes de la región, y Medellín al 25.
El fenómeno no deja de sorprender porque Caracas es una ciudad de tamaño manejable (la mitad de Bogotá), capital de uno de los países más ricos del continente y que no hace demasiado era la envidia de muchos por la calidad y modernidad de sus infraestructuras y equipamientos.
Hoy, cuando el conocimiento se ha transformado en el factor de producción más importante, se sabe que las ciudades juegan el papel fundamental en el desarrollo nacional y que su buen desempeño depende de la buena integración social y de la calidad de su capital humano y del medio urbano, tres aspectos en los que Caracas no ha hecho sino retroceder en los últimos diez años.
En los 80 el Metro fue el orgullo de los caraqueños, pero hoy no sólo está atrasado en el avance de las obras sino que además, como finalmente han reconocido sus propios directivos, se encuentra al borde del colapso; los importantes esfuerzos realizados por municipios como Chacao y Baruta, con el 12% de la población de la capital, poco pesan frente al desastre de Libertador y Sucre, con 85% de la población y en manos de la “revolución” durante diez años.
En materia de capital humano es imposible olvidar la razzia gubernamental contra Intevep y el CIED, los centros de investigación y formación de Pdvsa, que conllevó la pérdida del 70% del personal más calificado; en paralelo se registra el acoso de las universidades de más prestigio y el intento de sustituirlas por vergonzosos remedos y las acciones dirigidas a politizar la investigación en el IVIC, además de la aplicación generalizada de la Lista Tascón como filtro para el ingreso de personal en la administración pública.
Como lo ha registrado Newsweek, el talento se ha convertido en el principal producto de exportación de Venezuela. En lo referente a la integración de la sociedad basta con oír los paranoicos discursos del Presidente insultando de la manera más soez y tildando de “enemigo de la patria” a quien se atreva a discrepar.
Esos son los tres principales retos que los caraqueños debemos enfrentar si queremos vivir en una ciudad digna e inclusiva, de la cual todos podamos sentirnos orgullosos y donde vivir sea un gusto y no esta suerte de tortura china a la que hoy se nos somete en nombre del “socialismo del siglo XXI”.