Imaginación política y poder
El 27 de marzo la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) (presidido por Maikel Moreno) difunde las sentencias número 155 y 156, donde este poder público se abroga las competencias de la AN violando principios elementales de derecho y del debido proceso. Con estas sentencias el TSJ consolida la dictadura en Venezuela
Ante este nuevo atropello al Estado de Derecho, la reacción internacional no se hizo esperar. Es así como Panamá, España, Bolivia, Argentina, México, Chile, Perú, EE.UU. Colombia, Canadá, Brasil, Rusia, la Unión Europea entre otros paises, calificaron como un atentado contra la democracia la decisión de la Sala Constitucional del TSJ.
El viernes 31 de marzo 2017 se produce la sorpresiva reacción de la Fiscal General de la Republica, Luisa Ortega Díaz, quien manifiesta lo siguiente: “Considero un deber histórico ineludible, no sólo en mi condición de Fiscal General de la República sino como ciudadana de este país, referirme a las recientes decisiones signadas con los números 155 y 156 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. En dichas sentencias se evidencian varias violaciones del orden constitucional y desconocimiento del modelo de Estado consagrado en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, lo que constituye una ruptura del orden constitucional. Es mi obligación manifestar ante el país mi alta preocupación por tal evento”.
Esta manifestación de la Fiscal General provoca que ese mismo viernes 31 de marzo 2017, el Presidente de la República Nicolás Maduro desde el evento Venezuela Digital 2017 convoque El Consejo de Defensa de la Nación para este mismo día en horas de la noche.
La reunión del Consejo de Defensa de la Nación (a la cual no asistió la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz), emite un comunicado en horas de la madrugada del sábado 1 de Abril 2017, anunciando al país un conjunto de decisiones entre las cuales se destacan las siguientes:
1. “Exhortar al Tribunal Supremo de Justicia a revisar las decisiones 155 y 156 con el propósito de mantener la estabilidad institucional y el equilibrio de poderes mediante los recursos contemplados en el ordenamiento jurídico venezolano”
2. “Insistir en nuestra disposición al diálogo fecundo y exhortar a la oposición venezolana a incorporarse sin demora al diálogo nacional promovido por el Jefe de Estado y acompañado por Unasur, el Papa Francisco y los expresidentes Martín Torrijo, Leonel Fernández y Rodríguez Zapatero”
Pero allí no termina este día sábado 1 de Abril 2017 para el Gobierno pues, en horas de la tarde de este mismo día el Presidente Nicolás Maduro recibe en el Palacio de Miraflores a la Fiscal General de República Luisa Ortega Díaz.
Con anterioridad a todo el anterior embrollo descrito anteriormente, es decir, el 17 de marzo 2017 el Presidente de la República había alertado que existía un grupo de traidores que estarían trabajando en un plan reformista contra su Gobierno y contra el socialismo. “Alerta pueblo, alerta chavistas (…) que a Nicolás Maduro le quieren meter una puñalada por la espalda, traidores de nuevo cuño para asumir un proyecto reformista para entregar la revolución bolivariana al capitalismo internacional”. Ante esto cabe preguntar ¿Estaría Luisa Ortega Díaz entre los traidores a los cuales hacía alusión el Presidente de República?
Todo lo relatado hasta acá, abona sobre la incertidumbre política del país y agrega nuevas interrogantes sobre los desafíos planteados y la capacidad de la dirigencia política de la oposición, para conducir un proceso político con evidente ausencia de identidad colectiva, vale decir, las direcciones políticas de los partidos de la oposición no han podido o no han sabido en los 18 años de chavismo, crear una expresión social con objetivos definidos de interacción colectiva y con conciencia del carácter geopolítico que hasta ahora le ha hecho posible a la elite política cubana sostener al régimen.
Emile Durkheim (sociólogo francés) sostenía que eran los símbolos de las representaciones colectivas de la sociedad, lo que permiten darle significado y valor a los hechos sociales. Pero lamentablemente las direcciones políticas de los partidos de nuestra oposición, han dedicado el mayor tiempo en todos estos años, a la materia eminentemente electoral y, han descuidado la construcción de una política que transite por caminos diferentes a los transitados desde los inicios de la década de los ochenta.
La Venezuela poschavista impone un desafío a nuestra imaginación para desarrollar una política económica y social que reivindique a los sectores populares de la población y a nuestra golpeada clase media. Si las direcciones políticas de los partidos, no son capaces de pronosticar como evolucionará la economía después de la destrucción chavista, entonces estarían demostrando, que no están capacitados para dirigir la Venezuela poschavista.
«En este momento hay un liderazgo político desgastado y hay otros que no acaban de engancharse con las necesidades concretas de la gente (…) los venezolanos necesitan una buena brújula” (sacerdote jesuita Luis Ugalde)
Las direcciones políticas de los partidos de la oposición, no pueden continuar descansando sólo en los operadores electorales y los activistas de sus respectivos partidos, la coordinación de sus estrategias políticas, pues, necesitamos establecer urgentemente un equilibrio entre política y poder, y el activismo político tradicional de los partidos no reúne el perfil requerido para esta responsabilidad.
Estamos en un momento donde se requiere de formación y de nivel político para administrar y coordinar nuestra imaginación política, pues, esta última es nuestra única ventaja frente al poder del chavismo y la capacidad geopolítica y geoestratégica de la élite política cubana.