Complacencia es complicidad: el peor justificador
Con mayor frecuencia constato en muchas dimensiones de la sociedad venezolana una escalada de complacencia personal e institucional que raya en la más supina complicidad. Todo puede ser permitido o excusado en función de razones transversales o colaterales que nada o poco tienen que ver con el fondo del asunto, con la esencia del cuestionamiento.
El reiterado incumplimiento de las responsabilidades o atribuciones asignadas a alguien suele ser justificado a la luz de razones que nada tienen que ver con la conducta concreta que se exige y evalúa.
Razones variopintas y solícitas como: él es ciertamente muy ineficaz pero siempre llega a la hora; el Gerente no viene nunca pero es muy cariñoso; el Presidente no gobierna pero no se pueden negar sus buenas intenciones; el Director no se ocupa del asunto pero tiene a escuderos y segundones que hacen el trabajo; el Profesor no sabe la materia pero no raspa a nadie; el Cajero es lento pero chistoso; el Médico no llega a la hora pero es muy humano; es un mal marido pero quiere mucho a sus hijos.
En fin, los peros justificadores son muchos y variados, se usan como argumento colateral que disculpa irresponsabilidades e ineptitudes de los que son redimidos por una comunidad complaciente y encubridora que hace de la permisividad a ultranza un signo de amistad e incondicionalidad.
Pedirle a alguien que cumpla con su encomendada y aceptada responsabilidad es cada vez más un acto de traición, una razón para la exclusión y el escarnio, sobre todo si se trata de hombres sacrosantos, de próceres y líderes, de insignes y eminentes personajes cuyas acciones siempre son justificables por estar en las más elevadas dimensiones de lo humano, por estar llamados a excelsos destinos.
¡No se atreva pues humilde ciudadano, funcionario, empleado, profesor, investigador, dependiente, burócrata, oficial de menor rango, capataz o caporal a exigirle a su Glorioso Superior que haga lo que debe hacer!
¡Sea siempre deferente y servicial en esta multiplicada sociedad de cómplices!