La república de Roñoquero y Mamblea
Roñoquero y Mamblea saladilleros y proverbiales personajes zulianos del Maracaibo tradicional, genios de la invenciòn y famosos por sus anécdotas, registradas en torno a su reconocida capacidad de relatar la mentira mas inimaginable posible, lo cierto del caso es que la vecindad se reunía para celebrar entre palos y alegrías las historietas de un mundo inexistente hoy, y al mismo tiempo para sancionar al ganador de cada lance de lo imposible.
Jamás pensaron estos emblemáticos de la tierra del sol amada, que aquella ingenua imaginación transmutaría en al siglo XXI en una república, donde la mentira es la práctica permanente del gobernante, donde un Jefe de Estado ordena a sus ministros y resto de poderes públicos darle rienda suelta y de qué manera, a su inventiva, para fabricar las más inverosímiles versiones de un país que no existe, teniendo como premio, honores, reconocimientos y la buena vida para garantizar lealtades.
Comenzando por el propio Jefe de Estado, en su discurso del pasado 27/03/2017, no sabíamos si estábamos en la otrora Radio Rochela de los lunes o en las proverbiales cadenas presidenciales, cuando anunciaba con fanfarria incluida y aplauso frenético de la galería, la bienvenida a la inversión extranjera y la garantía de seguridad jurídica, en un país donde se ha expropiado a placer centenas de empresas extranjeras y nacionales, sin pago ni indemnización alguna por ej. En el caso de las petroleras en 2009, de Agroisleña, entre otras, o en la actualidad con las panaderías asaltadas por colectivos en nombre de la revolución. Lo que nos ha convertido en una nación de fama mundial, por encabezar el mayor número de juicios y condenas ante tribunales internacionales por incumplimientos de convenios en montos de miles de millones de dólares.
A 18 años de “revolución” el Presidente acaba de descubrir que tenemos una economía rentista y se debe iniciar un proceso de sustitución de importaciones, cuando se ha promovido grotescamente una economía de puertos, que ha convertido en cementerios al parque industrial nacional y al agro, pulverizando casi dos millones de empleos y desaparecido decenas de miles de empresas.
Ahora bien el ejemplo del mandatario nacional es seguido perrunamente por sus ministros, cuando el Ministro del Trabajo asiste a la OIT en Ginebra a anunciar los logros de la clase obrera venezolana, donde se ha rescatado el poder adquisitivo del trabajador, aun cuando la canasta básica ya alcanza el millón de bs., debiendo emigrar millones de jóvenes adonde puedan subsistir, sufriendo humillaciones, deportaciones, y regresando muchos de ellos desmoralizados y maltratados a una patria y un régimen que les fulminó su futuro.
La lista de genuflexos es larga e interminable ya que comprende a todos los poderes públicos, pero no se puede dejar de mencionar a la minúscula e inefable canciller de la república, quien produce pena ajena al hablar de soberanía, cuando la actual relación de Cuba con Venezuela reproduce la enmienda Platt que sancionaba las ominosas relaciones de principios de siglo XX entre EEUU y Cuba.
A diferencia de Roñoquero y Mamblea quienes fueron símbolos de tradición y humor, estos alevosos del siglo XXI reproducen solo tragedia y desmoralización, hasta que el pueblo decida derrotar a la mentira como política de estado.
