Niño Jesús, de urgencia extrema
Permíteme pedir a tu Padre que te bendiga y te proteja, dadas las hondas, duras, perversas circunstancias de estas nuestras tierras, pero donde se te cantan los mejores villancicos del mundo, poemas- música, música- poemas. Son así. Pero en especial daré un ejemplo único, un villancico que es íntimamente tuyo, porque creo que su hechura es de una mamá, como María, tu mama, como Isabel, la mamá de tu primo, Juan, que de haberla conocido te la habrían cantado para que la vivieses en tu oído, como la mas alta bienvenida, mas bella, mas buena que la de los pastores que gritaron que había nacido el rey a quien adorarían. Aquí no, aquí es mas bello, nos rendimos de amor y reclamos de ti el amor. Solo el poeta Pessoa pudo escribirte algo mas para tu condición de Niño de verdad, al invitarte a jugar y, como en juego de sublime pureza, levantar la falda a las muchachas cuando ya lo ojos tuviesen un destino que mirar. Como diría el poeta León de Greiff, poner la flecha donde la clava el ojo. Permíteme, a pesar de que en estos lares se cultiva el odio, como juego de monstruos, de víboras como juego satánico, quiero recordarte el estribillo y una estrofa de esa maravilla de canto poema, colmado de devoción, de amor, d ternura, de fe en ti, razón por la cual te escribo con más urgencia, pero con un introito que te haga distender:
Niño lindo, ante ti me rindo /Niño lindo, eres tú mi Dios/Niño lindo, ante ti me rindo,
niño lindo, eres tú mi Dios Con tus ojos lindos /Jesús mírame/y sólo con eso/
y sólo con eso me consolaré…
Apenas, pues, hace muy pocos días, Analítica me editó mi carta anual a ti, pero me he visto en la necesidad de responder a un grito de mi alma, que me recordó que en la anterior fui desagradecido contigo u omití detalles trascendentes víctima del olvido o poseso del miedo que aterra la conciencia, pues el terror es la mas y única y eficaz inversión del régimen para su guerra a muerte contra lo bueno y bello; de ello hablaremos luego o quizá no necesario sea, si me honras con releer el anterior texto. De ingratitud me acusa mi alma y mi razón me consuela explicando el olvido y sus razones. Como sabes este año has sido generoso conmigo. Para cada hijo mes has dado luz si necesaria era, y transitar sin miedo recorran los caminos y superen los fantasmas del terror que los acecha a cada esquina. Fantasmas, Oh!, qué digo, son hechos, de allí que tu grandeza mayor sea, porque hasta ti, a tu Padre y a tu Par el Espíritu Santo, han de preocuparse por determinar que los espacios del bien se han reducido Has dado a mis hijos la salud y la fortaleza para andar erguidos, inhiestos, libres del peso de la angustia y con capacidad de buscarte firme, rectos como la encina con sus ojos abiertos, escudriñando el firmamento. Has dado el aire para que el impulso arrulle las alas en el vuelo y las metas del hijo, de la hija, se vean mas cerca, a la altura prudente para mirar la grandeza del cielo sin dejar la tierra y pueden sin cansarse mantener el vuelo, orientarlo y subir o descender si necesario fuera. Todavía te espera aún una tarea que de tu amor y bondad urgido espero, que a mis hijos que a diario el stress los condena, habla con ellos, que si se van sepan lo que aquí dejan y si quedan sepan lo que aquí falta. A mis hijos, que por las complejas armonías y disonancias que la vida impone, han hecho del universo su nicho, su vital espacio, has dado el amor que permanece inmenso y unidos sin espacios ni tiempos, las almas juntas nos decimos, feliz navidad, como el primer día de nuestro primer tiempo inagotable. Creo poder decirte gracias por ayudarme a amar y por saber quien soy, incluso qué no soy, en ese juego que a Dios lo ha hecho eterno. Me has dado lo que nunca bien tuve, la capacidad de reconocer al otro, en mi empeño de acercarme hasta ti y saber, además, cuando soy tonto útil, bajo mi única búsqueda tratando de lograr conocerme a mí mismo, tal dijo un predecesor tuyo, pero que es viable tan solo si conozco al otro. No he sido solo, mi terapeuta se ha encargado de ayudarme en esto. Y si algo puedo con dignidad decirte, heme aquí, con la belleza de este aguinaldo nuestro: La vida, bien mío/ y el alma te ofrezco/ gustoso te ofrezco/ rendido a tus pies.
Pero, como si el mundo se hubiese detenido, llegas a estas tierras en su hora más aciaga. Monstruosa fue el infanticidio que ordenó Herodes el Grande, pero su maldad tuvo límites, aquí tenemos un Herodes Enano, engendro de Tomás Funes y Boves, al revés y al derecho da lo mismo; el embustero mas grande del mundo, idólatra de si mismo y a tal punto que al verse en el espejo se besa y se dice, mas bello que Narciso soy. La penúltima vez que de él supe, fue en la teatralización de un pesebre vivo. Carlos, apologista del modelo, funge de San José, Iris, antípoda de la diosa egipcia a quien conociste en tu viaje a Egipto, chiquitico, para huir de Herodes, suplantaba a María, y él, de Niño Jesús. La mula y el buey se habían ido aterrorizados, buscaban a Herodes para decirle donde estaban los suplantadores. Y esta vez, la última, se sintió la reencarnación en él de Dracon y Luis XIV. Soy el estado yo, yo soy el estado, lo presido, lo mando, lo dirijo, soy yo y las leyes son las que me garantizan ser yo. Así dice. Leyes adecuadas parra que nadie piense, más duras que el tratamiento a los herejes, con trinbunales más crueles y aberrantes que los de la Inquisición y jueces como los de Hitler, esclavos, pero más ignorantes. Ley de la talanquera, ley del silencio o mordaza, ley para no pensar o ley de la educación universitaria… ley para lo que me dé la gana con la ley. Además para esta madrugada como parte de la ley esa, de hacer lo que le da la gana, se va a decretar presidente vitalicio y por si fuera poco, se declarará inmortal.
Esta vez, como nunca urgido estoy de tu venida. Quiero tus travesuras y la velocidad con la cual los niños hacen las cosas, tanto mas puesto que tu vida fue demasiado breve, pero tuviste tiempo suficiente para fracturar el tiempo de la historia formalmente en dos grandes eras, antes y después de ti. Pero apúrate. No olvides que a poco tiempo y menos espació te crucificarán, no sin antes haber sido objeto de la difamación, escarnio público, del irrespeto mas aberrante, llamarte socialista y afirmar que viniste a redimir a los pobres, lo cual hay es una perversidad colmada de mala fe, de satánica manipulación, pero, además afianzarse en ti para emplear el odio, la fuerza, la violencia, tal como dicen, fueron tus armas para acabar con la discriminación, la injusticia. Dile a tu Padre que es tiempo de difundir mil veces la verdad y cada quien lo haga en su valor eterno: Tu Papá. Tu Padre, El Padre nuestro, te mandó a este mundo a redimir al hombre, a salvar al hombre, y libre de culpas, acercarlo hasta Él, a través de Ti. Dile que aproveche su ira y como a Adán, a Caín, y a la Serpiente es tiempo de que los maldiga, en la única palabra con la cual mi Terapeuta está en desacuerdo con tu Padre, pero en fin, que su Ira verdad se haga y que no espere mas.
Sabes por qué pido esto? Por amor a los niños, a los jóvenes a quienes se codena a vivir muertos. A estar mudos, a no cantar, ni reír, ni de alegría llorar, ni sufrir por amar, ni amar por amar. Y si dejas que esto ocurra así, verás que cuando vengas ya no habrá nunca niños con quien puedas jugar.