Pdvsa requiere de inversiones superiores a $20 mil millones para elevar su producción
La situación de la industria petrolera nacional es muy delicada. El flujo de caja de la estatal de hidrocarburos, Pdvsa, está altamente comprometido, un hecho que se suma al descenso dramático de la producción de crudo.
Esa combinación de factores negativos, inédita en los últimos 25 años, obligan a que la principal empresa responsable de la entrada de divisas al país requiera de inversiones por encima de los 20 mil millones de dólares, de acuerdo con las estimaciones del director del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Francisco Monaldi.
La caída de la producción de petroleo de los últimos años, retrotrae a Venezuela, según Monaldi, a los mismos niveles productivos que el país tenía a principio de los noventa, antes de la apertura petrolera.
«El flujo de caja de Pdvsa está muy golpeado a pesar de los incrementos de precios de los últimos meses y es tan bajo como 800 mil barriles, cuyo flujo de caja entran directamente a la tesorería de Pdvsa, porque los demás barriles están vinculados a los mecanismos de pago que tiene Venezuela con otros países», precisó Monaldi en el foro Perspectivas 2017 realizado por el IESA.
Alarmas encendidas
La inversión en el sector petrolero nacional cayó de forma más pronunciada en 2016, pues el número de taladros operativos cayó 25%; una situación que implicó un mayor impacto en el descenso de la producción nacional de más de 10%.
«La producción de Venezuela está alrededor de los 2.2 millones de barriles de crudo diarios, eso incluye todos los hidrocarburos. Eso significa una caída de más de un tercio de la producción con respecto a su pico; se trata de un colapso de la producción con una caída de mas de 10% en 2016. La inversión el año pasado cayó significativamente porque el número de taladros operativos cayó alrededor de 25%».
Uno de los elementos más alarmantes de la caída de la producción nacional es la pérdida de mercado en EE.UU., que ha llegado al mínimo de los últimos 25 años, lo que representa un descenso de 7% en 2016 en el mercado norteamericano.
«Hemos incrementado las importaciones a Asia; tenemos un compromiso con China que aunque renegoció la deuda con Venezuela, básicamente con el incremento reciente de precios del crudo los chino requieren que Venezuela envíe más barriles y Venezuela está cada vez más comprometida».
Monaldi estimó que la producción de Pdvsa solo puede repuntar de forma significativa si logra concretar inversiones por encima de los 20 mil millones de dólares, un escenario que obligaría a la empresa a acudir a diversos esquemas de financiamiento con accionistas.
Salvada por la poca participación privada
La producción de Pdvsa ha estado apoyada desde 2009 por el esquema de inversiones mixtas. La productividad de las empresas mixtas es lo único que ha presentado incrementos significativos en la industria nacional: 62% desde 2009. Un hecho que contrasta, según Monaldi, con la producción propia de la estatal de hidrocarburos.
«La producción convencional es la que mas ha caído en Venezuela. La producción en la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) hasta el año pasado venía subiendo, pero no de manera importante. Lo que ha colapsado es la producción propia de Pdvsa en Venezuela, que hoy está por debajo de la mitad de lo que era su pico, y las empresas mixtas son las que han incrementado su producción en los últimos años, tanto como 62% desde el año 2009. Hoy en día un poco mas de la mitad de la producción se hace en asociación con las empresas mixtas, lo que nos da una idea del colapso, por un lado, y de la suerte, por otra parte, de que se haya mantenido alguna participación privada en el sector petrolero».
Monaldi destacó que el número de taladros operativos en los campos venezolanos son insuficientes para los proyectos nacionales, una tendencia a la baja desde el año 2015.
Venezuela, de acuerdo con datos presentados por el especialista, es el país con la peor percepción en la región por parte de los inversionistas, por detrás de países como Colombia, México e incluso Brasil, y el penúltimo en el mundo, por detrás de Ecuador.
«Los proyectos de la FPO ya no es posible implementarlos como proyectos faraónicos, como lo había planteado Chávez. Ahora vamos a tener proyectos básicamente de dilución de crudo y eso tiene costos más reducidos. Las consecuencias de las desastrosa política petrolera de este Gobierno han hecho a que Venezuela sea el país en la región con la peor percepción por parte de los inversionistas. Es el penúltimo en el mundo, muy por debajo de otros países como Colombia, México e incluso Brasil, que ha tenido una política petrolera con muchos problemas».
Una luz al final del túnel
A pesar de la situación de la industria de los hidrocarburos nacional, Monaldi afirmó que con los precios actuales los proyectos pendientes de Venezuela en materia petrolera son económicamente viables.
«El punto que tiene que mantenernos con cierto optimismo es que los proyectos de Venezuela, casi todos, son viables económicamente con los precios actuales».
Sin embargo, la delicada situación de la estatal de hidrocarburos, pese a la mejora de los precios que pueden significar un respiro para su flujo de caja y frente a factores externos que retan a la industria del petróleo en el mundo, amerita la aplicación de una política razonable, que permita subir la producción nacional de forma sostenida.
Monaldi estima que si se ejecutara una administración eficiente y racional Venezuela podría incrementar su producción en 100 mil barriles de crudo diarios, solo si Venezuela hiciera las inversiones correctas.
«Han raspado la olla en términos de todos los activos y el flujo de caja que han comprometido, y la situación a futuro es complicada, porque además hay factores externos de la propia industria petrolera que son muy retadores: el cambio climático; el tema de que nuestros crudos pesados son menos competitivos; los canadienses invaden el mercado de EEUU. Sin embargo, eso no quita que Venezuela siga siendo atractiva, por la oferta, por la dotación de recursos -muy llamativa en crudos convencionales y no convencionales-, y que con una política petrolera razonable se pueda subir la producción de manera importante por un buen tiempo, en un promedio de unos 100 mil barriles diarios, si se hicieran las inversiones correctas, para volver a tener una producción en una década como la que teníamos hace dos décadas, con unos 3 millones de barriles. Es un escenario muy oscuro, pero con una luz al final del túnel».