Noticias débiles y fuertes

1.- Uno de los columnistas de habla hispana que admiro ­ y envidio­ se llama Juan José Millás ( Valencia, 1946), quien se cuenta entre los más brillantes escritores y periodistas españoles de la actualidad.

La premura y la compacidad del lenguaje periodístico– lo que los gringos dieron en llamar “journalese”, y en España, con bastante acierto  sonoro, tradujeron como “periodiqués”  – deja fuera en cualquier perfil presuroso de Millás lo que su escritura tiene de satírica  incorrección política, de batalla contra la trivialización de la cultura y, en especial,  de articulismo de opinión llevado a sus más altas cotas de escritura memorable. Millás, anoto de pasada, es originalmente  novelista.

Y una de sus mejores novelas se llama Papel Mojado, concebida en 1983 para lectores adolescentes, pero que  aún se sigue reimprimiendo, acaso porque en realidad se trata de un texto de interés sumamente universal y para todas las edades.

 Pero si por algo Millás es digno de leer con sumo provecho por las nuevas generaciones de periodistas y lectores de páginas de opinión  es por haber dado a luz un género tan difícil de escribir como fácil de leer : el articuento.

Es, por supuesto,  debatible que el articuento sea una novedad. Ha habido en el pasado, remoto o reciente, quienes han cultivado con acierto esa cruza feliz de crónica y pieza de opinión.  

Lo cierto  es que Millás domina soberbiamente el articuento y  une a su nunca fingida humildad una maestría que, en cada una de sus piezas, discurren con donosa espontaneidad en el decir y velocidad de vértigo en el pensar.  De uno de sus mejores libros ( “Cuerpos y prótesis”, Santillana, 2000), he espumado una frase acerca del oficio del articulista semanal.  

Dice Millás: “En tiempos duros conviene permanecer atentos a las noticias débiles”.

2.-

Más adelante, Millás argumenta que “en tiempos en los que es difícil encontrar significados importantes en las palabras y actitudes de los contemporáneos, hay noticias […] que no pueden pasar ante nuestros ojos, por breves que sean, sin que las recortemos y   clavemos con un alfiler , al modo en que se disecan los insectos, al corcho de nuestro cuarto de trabajo.”

“De esa manera –continúa– , cada vez que oigamos algo que no nos concierne, aunque lo digan de tal modo que parezca que en ello nos va la vida, podremos volver los ojos hacia ese suelto insignificante, que es como volvernos hacia adentro, para distinguir lo contingente de lo necesario”.

3.- Pero el consejo de Millás a los articulistas no resulta fácil de seguir.

En efecto, ¿qué resulta hoy día una noticia débil? ¿Cómo discernirla? Tengo clavadas en mi corcho algunas noticias recientes

Una noticia que creí “semidura” o “semidébil”, según se mire,  es esta: el miércoles pasado, la alta gerencia de General Motors anunció que dejará de producir los famosos “vehículos deportivos utilitarios” (SUV, según sus siglas en inglés)  comercializados bajo la marca “Hummer”.

El anuncio sigue al fracaso de las negociaciones para vender los activos de esa línea de producción a  “Industrias Pesadas Suchuan Tengzhong”, una gran fabricante china de automóviles. Al leerla en el New York Times me dije :” aquí hay lomito para una crónica jodedorcita sobre los boliburgueses”, a quienes ya imagino ordenando a la Subgerencia de Malandraje Drástico salir a merodear restoranes de Las Mercedes para robar por encargo a otros boliburgueses y así poder disponer de repuestos “Hummer”.

Noticia que juzgo un poquitín menos débil dura es esta: en enero pasado, apenas  seis meses después de las últimas bravuconadas belicistas de Chávez, Chile se convirtió en el segundo socio comercial de Colombia, al desplazar ­ – o más bien, ocupar rápidamente – el lugar que durante décadas correspondió a Venezuela como destino de las exportaciones colombianas.  La fuente es la revista “Semana”, órgano del Imperio y de la oligarquía colombianas, por supuesto.

El caso es que, según fuentes de alto nivel de ambos países, Colombia ha recibido de Chile en los últimos años una inversión directa acumulada de 6.160 millones de dólares, de modo que el hermano país no sólo no está de rodillas ante el Gran Integrador bolivariano,  sino que el comercio bilateral entre aquellos dos países “ de derecha” ascendió en los últimos meses a 2.800 millones de dólares: ¡más del monto que significaban hasta hace poco  nuestra relación comercial con el país vecino! La congelación de relaciones comerciales no le he hecho ni coquito a los oligarcas del país de al lado.

Por su parte, el Financial Times, en un recortico  que tengo desde ayer en el corcho , reporta que las exportaciones de crudo saudita a los Estados Unidos han descendido en un millón de barriles diarios y esto por vez primera en veinte años…exactamente la misma cantidad de barriles diarios que ahora China compra al país árabe.

En medios financieros petroleros,  un millón de barriles diarios menos excede un importante “nivel sicológico” que hacía de la dependencia del crudo ligero – o “dulce”, como prefieren llamarlo los expertos–saudita era para los gringos un urgente problema a resolver. La caída en la demanda de Estados Unidos obedece , desde luego, a  la caída global del consumo y a un aumento sustancial de las compras a Canadá y África, fuentes para EE.UU. cada día más fiables. 

Con lo que arribo a las novecientas sesenta y pico palabras sin referirme a la renuncia del compañero Henri Falcón al PSUV. ¿Es  esta una noticia débil o fuerte? No lo sé, pero lo cierto es la primera vez que alguien – opositor u oficialista– le “rompe el servicio” a Chacumbele, al ofrecer una noticia en domingo y amanecer el lunes dueño de la atención de los medios.

Pero me parece que, al momento de escribir esta entrega, Falcón está como quien dice  “ en primera y sin outs”. N’a Guará.