La vocación sin distancia de la educación a distancia
La Educación ha sido desde el comienzo de la civilización, el instrumento social por excelencia para permitir la vida de la misma Sociedad, tal como se conoció en la antigüedad y como la conocemos hoy en día. A pesar de que el individuo es mortal, a través de la Educación, los saberes de los individuos son transferidos de una generación a otra, creando una suerte de genética de conocimientos que señala ciertamente la evolución cultural del hombre a partir de un mismo diseño biológico, el del homo sapiens, especie que inventa la transformación del entorno y lo coloca como complemento ideal a su propia naturaleza, a diferencia de las especies que le antecedieron, las cuales dependían de lo que ocurriera o no en el ambiente para poder sobrevivir.
Así, aun en su corta vida sobre La Tierra, el hombre fue testigo de excepción de cambios dramáticos en la fauna y la flora que le rodeaban .Un ejemplo claro de ello, lo constituyen sin duda , los voluminosos paquidermos como el mamut y el mastodonte, así como el perezoso colosal conocido como el megaterio, presentes en el norte, centro y suramérica, los cuales desaparecieron hace 8.000 años, cuando las condiciones ambientales les fueron adversas ante la ocurrencia de un cambio climático que ocasionó la última extinción masiva de especies en el globo.
Hoy día, podemos tener una visión mas integrada del proceso educativo de la que tuvimos, incluso, antes de los comienzos de este siglo XXI.
De esta manera podemos percatarnos que la Internet representa, mutatis mutandi, el cambio climático de la tecnología que le permite a la Educación superar el espacio físico en el cual estaba confinada y entender como progresivamente ha sido una aspiración del sistema educativo, diseñar una forma y metodología de aprendizaje capaz de asimilar volúmenes cada vez mas amplios de información, que al encontrar sus referentes fuera del aula , requería que fuera lo suficientemente poderosa como para traspasar esas barreras y acceder al espacio cognitivo aún encontrándose muy lejos de su fuente primaria. De esa manera podemos comunicar nuestra poderosa imaginación en tiempo real con la de otros seres humanos, aproximándonos a una auténtica red neuronal que nos conecta a todos.
En cierta forma, la fotografía, la radio, el cine, la televisión y el video, fueron construyendo el prototipo de “hommo informáticus” en el que finalmente nos convertimos al acceder a la red. Pero, no basta la tecnología. A la misma hay que diseñarle una filosofía educativa ampliamente colaborativa, que permita ordenar la información y hacerla constructiva, con la finalidad de elaborar un conocimiento menos parcelado pero igualmente válido y efectivo como lo fue el utilizado con anterioridad en medio de sus limitaciones.
Ciertamente, tenemos una expectativa más escéptica con respecto a la validez de lo que encontremos. Ya no se trata, como en antaño lo planteábamos, de la búsqueda de la verdad a través de la razón. Hoy en día, con la observación de los fenómenos aparecen nuevas lógicas y nuevos comportamientos, se evidencian nuevas funciones que no se habían reconocido con anterioridad, y esta fenomenología comienza a prefigurarnos un nuevo mundo entrelazado por conexiones casi infinitas, que prácticamente no permite la indiferencia del mundo consigo mismo, sino antes bien, se nos revela una suerte de organismo total, que responde a un estimulo multi plural y diverso. La linealidad tan aceptada como modelo es a todas luces insuficiente y los infantes nacen con una personalidad que es respetada desde la primera página de sus libros de vida.
La Educación a Distancia, cual naturaleza, aspira a una mejor comprensión de sus interrelaciones. Quiere observar de cerca como surgen los nuevos paradigmas del conocimiento, cuando desde lejos operan las informaciones de los contenidos convertidos en entes autoreplicantes, capaces de asumir su propia valoración en evaluaciones comprensivas y colaborativas, permitiendo que la formación personal sea mucha mas integrada con la función de comunicación. Ya no se trata de acertar la imprecisa ruleta rusa del ser o no ser, donde estuvimos poblados de incoherentes convicciones entre lo verdadero o falso. Se trata ahora de lograr hacer funcionar la embarcación sin atavismos de una complejidad a la cual podemos describir en todos sus matices.
La Diversidad aparece como nuestra real Unidad. Porque es la coexistencia de lo diverso lo que posibilita la presentación de la Unidad funcional. Y es de nuevo la prolija comunicación de las partes lo que prodiga la integralidad del Todo.
Entonces podemos acceder a una nueva historia educativa. Podemos percibir la formación peripatética de Sócrates, Platón y Aristóteles desde una perspectiva distinta. más natural, menos acartonada, mas libre de expresar lo que tiene que expresar. Entonces los diferentes modelos del conocimiento ya no son rígidos. Ya podemos entenderlos sin negar los unos con los otros. La perspectiva de los espacios mutados y de los escenarios flexibles nos permite aprender desde la perspectiva cambiante de la fenomenología. De acuerdo a la velocidad de nuestro viaje, así será nuestra percepción. Y todo lo relativo de la cuanticidad a diversa escala tambien se encuentra en consecuencia camino a ser comprendido.
Las fundamentaciones de la Educación a Distancia están allí. Los diversos intentos por generar teorías de aprendizaje más ambiciosas tambien lo están, siendo adecuados a la necesidad como motivante y desencadenante de la turbina evolutiva de la nueva globalización del conocimiento hacia una auténtica universalización.
Somos testigos del abordaje del ser humano a las naves espaciales. Llegó la hora que su herramienta formativa tambien llegue a ellas.En el futuro próximo, en un tiempo menos lejano del que pensamos, tambien en el espacio se formarán nichos de conocimiento y el vehículo motor de todo ello lo será sin duda, la Educación a Distancia.
Igualmente, asi como podemos visualizar el futuro educativo, igualmente podemos colocar ahora a su pasado en una retrospectiva diferente a la tradicional y observar, si detallamos con cuidado, que cada avance cualitativo de la Educación ha estado vinculado a un recorrido orientado hacia la Educación a Distancia.
Desde el paseo de los jardines en el Academus ateniense, pasando por el taller experimental de Herón en Alejandría o el de Arquímedes en Siracusa, recorriendo los ingeniosas ayudas de instrucción de Al Jazarí en la Edad Media, las clases itinerantes de los misioneros franciscanos y capuchinos en la conquista, el taller transdisciplinario de Leonardo en una maravillosa fusión de arte y ciencia en el Renacimiento, las maquetas de Bramante en Florencia, la formación de monitores con Lancaster a finales del siglo XVIII, los mapas conceptuales de Simón Rodríguez, la reconfiguración de toda una gramática de un idioma para articular a distancia todo el conocimiento de la cultura hispano parlante en Andrés Bello, las plantaciones de la Universidad de Gotinga en Alemania donde nació la cuántica y la relatividad hasta los garajes asociados a la Universidad de Stanford en Silicon Valley, los laboratorios del MIT y los parques tecnológicos de Monterrey, todo apunta a que la Educación a Distancia ha llegado para quedarse en el momento cósmico de la expansión de la raza humana en todos los órdenes.
