La caída de la tasa de ganancia, agudiza el conflicto geopolítico
La caída de la tasa de ganancia es uno de los síntomas de la crisis del mercado, por cuanto afecta una de las variables más importante del capitalismo, como lo es el beneficio, lo cual afecta el crecimiento de las economías capitalistas, en tanto el supuesto fundamental de la reproducción ampliada del capitalismo es la ampliación correspondiente a la posibilidad de venta en el mercado. Ahora bien, algunas empresas en la caída de la tasa de ganancia pudieran lograr ampliarse, no por la extensión absoluta de los límites del mercado, sino por la concurrencia de otras empresas que ocupan el espacio dejado de las empresas que salen del mercado producto de la competencia, de modo que unas empresas aprovechan la salida de otras dentro del mercado.
Adam Smith atribuía el descrecimiento de la tasa de ganancia a la intensificación de la competencia, es decir, para Smith el crecimiento de la competencia obedecía a la productividad, la cual provocaba la extensión del mercado por el lado de la demanda y la previa acumulación de capital por el lado de la oferta. Estos factores según Smith, eran los determinantes del nivel de la división del trabajo, es decir, el nivel de producción, empleo y bienestar de una sociedad. Para Smith el crecimiento de la competencia entre los numerosos capitalistas que surgían con la expansión capitalista, reducía el nivel de la tasa de ganancia. Siendo que la tasa de ganancia es clave para la acumulación, su caída es una amenaza para reemplazar el capital constante, por cuanto la reiteración del proceso reproductivo se hace imposible. Mientras esta era apreciación de Smith, David Ricardo sostenía que la caída de la tasa de ganancia es debido a los rendimientos marginales decrecientes de la productividad de la tierra. Vistas estas referencias, revisemos capsularmente lo ocurrido el 15 de septiembre del 2008 con el banco de inversión estadounidense Lehman Brothers.
Esta crisis comenzó en el 2002, cuando el entonces Presidente de los EE.UU. George W. Bush manifestó que parte del sueño americano era tener una casa propia y pidió entonces ayuda al sector privado para que el mercado de capitales financiara hipotecas inmobiliarias a la población de bajos ingresos, en momentos cuando la economía
de los EE.UU. todavía no se recuperaba de la crisis dotcom del año 2000 que colapsó las empresas de internet.
Con anterioridad a mediados de los años 80, el capital financiero adquirió una trascendencia que le permitió influir de manera determinante en el nivel y la orientación de las inversiones, así como en la estructura y la distribución de la renta lo cual lleva algunos economistas como; Fréderic Lordon y Michel Aglietta entre otros, a considerar que la acumulación seria en lo adelante un problema financiero y no productivo. Desde esta perspectiva se plantea que la crisis de 2008 no sólo fue el resultado de una sobreacumulación de capital en sectores de punta, sino de la creciente desconexión entre la nueva economía financiera (colosal masa de sobreacumulación de capital-dinero especulativo en búsqueda de colocación lucrativa por cualquier medio) y de las dimensiones de la economía real, la demanda social y la inversión productiva en Estados Unidos y en la mayor parte del mundo.
Según Carlos Marx el capital industrial es la única forma del capital cuya función no sólo consiste en la apropiación, sino que al mismo tiempo genera plusvalía. Para Marx el trabajo es la única fuente de valor y de acumulación y esta última según Marx, discurre en una fatal dinámica determinada por la tendencia objetiva de la tasa de ganancia. Marx sostenía que existen variadas causas para la declinación de la tasa de ganancia, pero que el motivo estructural de la misma, es la creciente tecnificación del proceso productivo, en tanto la presión competitiva reduce el porcentaje de trabajo incorporado a la producción de mercancías y la tasa de beneficio basada en la plusvalía tiende a decrecer.
La tasa de ganancia dejó de crecer en el 2011 siendo la economía de los EE.UU. una de las más afectadas. El PIB de USA creció un 3,1% en el 2010, mientras en el 2011 creció apenas 1,7%. Para algunos economistas esto es debido a la alta velocidad de gravación de la plusvalía en los últimos años. Es un hecho que la informatización y la robotización han permitido producir cada vez más mercancías con cada vez menos trabajo, es decir, cuanto más disminuye la cantidad de trabajo para una producción en particular, más tiene que aumentar la productividad para que el beneficio no disminuya. En este contexto la carrera de la productividad tiende a acelerarse, los recursos humanos a reducirse, la presión sobre los trabajadores a endurecerse y el nivel y la masa salarial a disminuir.
En la realidad anteriormente descrita la producción de la economía real (producción industrial), no logrará un crecimiento sostenible significativo durante los próximos años, en tanto su producción ya no es capaz de valorizar todos los capitales acumulados por cuanto una parte creciente de ellos, es capital financiero. Este capital financiero representa 160.000 billones de dólares lo cual equivale a tres o cuatro veces el PIB mundial siendo que este capital es puramente ficticio pues descansa en gran parte sobre el endeudamiento, es decir sobre anticipaciones. La capitalización de estas anticipaciones alimenta la liquidez de la economía a través del reciclaje bancario de plusvalías ficticia lo cual permite a los EE.UU. un crecimiento económico que basado en el endeudamiento interno y externo es hoy el motor principal del crecimiento mundial.
En la situación económica descrita en el parágrafo anterior, las instituciones financieras no sólo detentan el poder económico, sino también el poder político. Esto es importante tenerlo en cuenta a la hora de evaluar el conflicto geopolítico en que se debate hoy el mundo por la instauración de un Nuevo Orden Mundial (NOM) entre las principales fuerzas en pugna, es decir los EE.UU. y la OTAN por una parte y Rusia y China por la otra, pues detrás de este gran escenario se encuentran los grandes banqueros y sus mega-intereses. Esto es importante que los venezolanos lo tomemos en cuenta en función del interés geoestratégico que hoy representa Venezuela para los intereses de expansionistas de Cuba en Latinoamérica y el Caribe. Desde otra perspectiva se plantea que la crisis de 2008 no sólo fue el resultado de una sobreacumulación de capital en sectores de punta, sino de la creciente desconexión entre la nueva economía financiera (colosal masa de sobreacumulación de capital-dinero especulativo en búsqueda de colocación lucrativa por cualquier medio) y de las dimensiones de la economía real, la demanda social y la inversión productiva en Estados Unidos y en la mayor parte del mundo. Veamos capsularmente porque apuntamos esto.
Desde los años setenta, el petróleo constituye el recurso estratégico para sustentar el actual sistema monetario internacional basado en el dólar, sistema éste que actualmente se encuentra en peligro de colapsar, lo cual mantiene en expectativa a los EE.UU. y especialísimamente a la élite financiera de Wall Street por cuanto la principal demanda mundial de energía viene de China, mientras la principal oferta de estos recursos energéticos viene de Rusia, lo cual hace que la red global de producción y suministro de gas y petróleo esté en manos de Rusia y China, por lo que, la caída del dólar como moneda internacional de referencia estaría también en manos de Rusia y China.
Hace 10 años el porcentaje de comercio mundial que utilizaba el dólar como moneda internacional de intercambio era 70% actualmente es tan solo un 37%. En este mismo tiempo el dólar representaba el 90% de todas las reservas internacionales, hoy es tan solo del 60%. Esta situación profundiza el conflicto geopolítico mundial. Cuestión ésta que no puede ser abordada con una cultura política aldeana.