Más para la discusión
Negar que en Venezuela haya existido la izquierda, serìa trabajar para la mentira. Una izquierda como organización y opción de poder nace en el país al calor de la lucha contra el gomecismo; que no haya un pensamiento de izquierda puede que sea cierto. El partido comunista y las transformaciones que dieron como resultado Acción Democrática, pueden ser calificados como los orígenes de esa izquierda en el país. El partido del pueblo (A.D.) con el Plan de Barranquilla- firmado en dicha ciudad colombiana- manifiesta su programa a la nación; pero con el correr del tiempo, venido del exilio perijimenista y acceder al poder, Rómulo Betancourt arremete contra la izquierda en su propio partido; y con el primer período de Carlos Andrés Pérez se inicia el folclorismo socialdemócrata; para luego ser desplazada la vieja tesis en la persona de Canache Mata. Nada quedaría de la insurgencia de la utopía en A.D., los jóvenes entonces Domingo Alberto Rangel y Simón Sáez Mérida, quienes crean el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, deberán nadar contracorriente; mientras el partido comunista en su camino formó parte del gobierno de Medina Angarita, es expulsado del pacto de Punto Fijo, sigue una línea ortodoxa a favor del extinto social imperialismo ruso y, en la actualidad, claudica como ayer ante un militar: Hugo Chávez Frías.
Muertos, sepultados y definitivamente olvidados quedaron Pío Tamayo y Valmore Rodríguez; serán hombres como Salvador de la Plaza y Federico Brito García, quienes inician con la rigurosidad científica del método histórico marxista la caracterización de los procesos históricos y económicos de la sociedad venezolana. Si bien estos estudiosos se adentraron al análisis y síntesis de dichos procesos, los mismos se encuadran en la línea descriptiva y prescriptiva; sin que verdaderamente se sistematice un programa de gobierno para una real y concreta transformación del estado venezolano. El intento de asumir el poder al calor de la utopía sesentona, la cual tuvo como alicientes el Mayo Francés y el mito cubano, llevó a cierta elite a tomar camino a la guerrilla, caso del mencionado Movimiento de Izquierda Revolucionaria y una parte del Partido Comunista; para que al cabo de una década comenzara una literatura de la derrota, el revisionismo, el mito y cierta pequeña teorizacion en el caso de Douglas Bravos; pues, en torno de Teodoro Pekoff, bien se sabe que su Checoslovaquia, el socialismo como problema, no era más que el preámbulo de un intelectual arribista; quien hoy acomodado fustiga a otro utopista maquiavélico, como es Hugo Chávez Frías, desde el diario Tal Cual.; en tanto García Ponce y Familia desde el diario Vea, produce nauseas ante su apego ciego al hombre del Por Ahora.
Quienes iniciaron un camino libertario, en la actualidad viven apegado al sistema de una manera u otra; salvo las excepciones de varones como Domingo Alberto Rangel, el flaco Prada, Douglas Bravo; y emergen grupos como los anarquistas del Libertario, quienes vienen trabajando ante la indiferencia de una izquierda embelesada por los no discretos encantos que expele el estado venezolano mediante la renta nacional. En ese contexto, se impone deslindar camino; la evidencia muestra que el socialismo de un Pekoff y el socialismo bolivariano del golpista, no son más que mascarada; al igual que los intentos de una Causa R y sus divisiones, y el partido comunista vive como siempre su siesta. La tarea es la organización y teorizacion sobre la realidad presente en un escenario, donde el concepto de izquierda ha sido puteado por el mandamás de Miraflores. Pienso que habrá que trabajar arduamente, primero en reposicionar la izquierda en el colectivo nacional desde una ética franciscana y como es lógico de una propaganda de concreciones. El tiempo apremia para un encuentro de la izquierda antisistema, basta de capillas y foquismo; el país requiere acción con base en el estudio para la transformación siempre postergada de un crecimiento y desarrollo económico posible, fundamentando en el humanismo socialista. Se abre la puerta para la discusión, fíjese los encuentros, el programa militante y de acción