Suspendido por bala fría
¡Vainas veredes, querido Sancho!
Si Señor, nuestra excelsa revolución es capaz de transformarlo todo, de incorporar a lo que sea: deporte, salud, criminalidad, soberanía, relaciones internacionales, nuevos y bizarros conceptos y realidades para demostrar que Venezuela es otra, que todo ha cambiado.
Suspender un campeonato mundial de béisbol por una bala fría es algo que nunca se había visto a nivel planetario; es, guardando las distancias y las circunstancias de pena ajena y pierna herida, como si en una de las tantas guerras nuestras con el vecino país, de repente se declare la suspensión del conflicto por un pelotazo que recibió el General en jefe en pleno campo de batalla.
Pero nada nos extrañe, todavía nos queda mucho que ver y reseñar, como por ejemplo: la suspensión de la Copa Iberoamericana por dengue hemorrágico colectivo o el diferimiento de las Olimpiadas del Alba porque la comida de los atletas está podrida, o la supresión del Partido Decisivo porque los jugadores del rival equipo escuálido fueron secuestrados y condenados a muerte por los Guardianes de la Patria por antirrevolucionarios, pitiyanquis y burgueses.
No nos sorprendamos pues camaradas y camarados, nos quedan todavía muchos motivos para reír en televisión y en cadena nacional o continental, no por burlescos sino por ridículos e ineficientes.
Lástima que la Megamorgue Bolivariana todavía no esté culminada en los terrenos de La Carlota para que pueda recibir con holgura y comodidad los muertos de las iniciativas deportivas del Proceso; los otros, los muertos nuestros de todos las mañanas , tardes, noches y madrugadas que sigan yendo a la de Bello Monte pa´que aprendan lo que es el capitalismo de la IV.
Patria, Deporte y Muerte
¡Enterraremos!