El Óscar al mejor director: entre la añoranza y la ineludible realidad
Este año la Academia no la tendrá fácil para premiar al mejor director. Una lista realmente variada de cineastas, como pocas veces en los últimos años, es el reflejo de un cine posmoderno que parece enfrentar cada vez más retos para contar historias, pero que sin duda alguna tiene un futuro.
Desde la arriesgada y muy bien lograda «La La Land», de un retador Damien Chazelle, pasando por los relatos intimistas e intensos «Manchester By The Sea» y «Moonlight», de Kenneth Lonergan y Barry Jenkins, respectivamante; hasta una dilemática historia de ciencia-ficción de un inusual Dennis Villeneuve y una muestra de redención de un Mel Gibson que descarta cualquier retiro, la Academia tendrá que decantarse entre las reminiscencias de los mejores años de la industria que por momentos despierta el filme de Chazelle o los dramas de variada intensidad de Jenkins o Lonergan.
Si algo podemos adelantar, sin ánimo alguno de spoiler, es que la Academia tiende a inclinarse por la destreza de quien pueda y se permita apelar a la añoranza con maestría, algo que Chazelle logró con su musical.
Más allá de lo que pueda pasar la noche del próximo domingo, esta es una mirada a los cineastas nominados al Óscar al mejor director.
Damien Chazelle, la madurez del niño prodigio
Un deslumbrante homenaje a los musicales clásicos de Hollywood, un retrato idílico y de postal de Los Ángeles, que envuelve un romance en la ciudad de los sueños y las estrellas. Todo eso es «La La Land» y todo eso surgió de la cabeza de Damien Chazelle, el denominado niño prodigio del cine norteamericano que demuestra con la estética y la solvencia de su historia que llegó a un tipo de madurez artística arriesgada.
La música impregna de principio a fin la filmografía de este director estadounidense. Debutó en 2009 con «Guy and Madeline on a Park Bench» pero fue «Whiplash» (2014), un excitante relato sobre un baterista de jazz, la que le situó en primera línea y la que le otorgó su primera candidatura al Óscar al mejor guion adaptado.
Guionista también de «Grand Piano» (2013) y «10 Cloverfield Lane» (2016), Chazelle está nominado este año en las categorías de guion original y dirección por «La La Land», un proyecto que le costó sangre y sudor sacar adelante.
Chazelle ya obtuvo el Globo de Oro y el Bafta y, si se llevara el galardón a la mejor realización en los Óscar, se convertirá en el director más joven (32 años y 38 días) en lograr la estatuilla en este apartado, superando, por los pelos, a Norman Taurog, que recibió el premio por «Skippy» en 1931 cuando tenía 32 años y 260 días.
Barry Jenkins, la realidad intimista
Tras la cinta romántica de bajo presupuesto «Medicine for Melancholy» (2008), el cineasta afroamericano Barry Jenkins buscaba un nuevo proyecto y lo encontró, con la ayuda del escritor Tarell Alvin McCraney, en el suburbio negro en el que creció en Miami, el lugar en el que ambientó el impactante e intimista drama «Moonlight», una película con un gran trabajo estético que pareciera natural.
Esta película que retrata el mundo de las drogas, los efectos de la pobreza y la homosexualidad en un suburbio negro convirtieron a «Moonlight» en un inesperado éxito por el que Jenkins está nominado al mejor realizador y al mejor guion adaptado.
Como escritor, Jenkins ha participado además en los guiones de la serie «The Leftovers».
Mel Gibson, un acto de redención
La carrera de Gibson parecía hipotecada por los escándalos y sus problemas con el alcohol, sin embargo, Mel Gibson regresó con contundencia gracias al filme bélico «Hacksaw Ridge», que le dio la tercera nominación al Óscar en su trayectoria.
«He hecho un buen trabajo con ‘Hacksaw Ridge’ y sé que para muchos estoy de vuelta, pero yo nunca me fui. Ahora vuelvo a estar en el candelero», señaló Gibson en una entrevista con Efe.
Ganador del Óscar a la mejor película y a la mejor dirección por la épica de «Braveheart» (1995), la apasionada y a menudo controvertida obra de Gibson incluye los largometrajes «The Passion of the Christ» (2004) y «Apocalypto» (2006).
Denis Villeneuve, polifacético
Ya había dejado muestras de su enorme potencial en «Incendies» (2010), «Prisoners» (2013) o «Sicario» (2015), pero el canadiense Denis Villeneuve sorprendió de nuevo con «Arrival», que para algunos constituyó una insólita incursión en el mundo de la ciencia-ficción de la mano de la actriz Amy Adams.
Una experta lingüista es la principal esperanza de la humanidad para comunicarse con unos alienígenas en esta película que puede recordar por su tono y estética a «Interstellar» (2014) de Christopher Nolan.
Consolidado como uno de los cineastas actuales más cotizados de Hollywood, Villeneuve afrontará este año el reto de su vida al abordar la secuela del mítico filme de ciencia-ficción «Blade Runner».
Kenneth Lonergan, un discreto pero intenso simulacro
Los dramas cotidianos y sencillos pero cargados de humanidad en cada una de sus escenas son la seña de identidad del cineasta Kenneth Lonergan, candidato al Óscar por su labor en la serena y emocionante «Manchester By The Sea», una historia en la que se cumple la máxima de menos es más.
Lonergan suma ya cuatro nominaciones a los premios de la Academia: dos por «Manchester By The Sea» (dirección y guion original) y dos por su labor como escritor en «You Can Count on Me» (2000) y «Gangs of New York» (2002) de Martin Scorsese.
Tras debutar como director con «You Can Count on Me», Lonergan tuvo numerosas dificultades de todo tipo para lanzar su siguiente película, «Margaret» (2011), mientras que como guionista también destacó su trabajo en «Analyze This» (1999).