Comedia de Kaurismäki favorita para el Oso de Oro en Berlinale 2017
Martha Escalona Zerpa
Desde Berlín especial para Analítica.com
Si alguna película ha logrado obtener el reconocimiento y la simpatía unánime por parte de la prensa y público es la película «La otra cara de la esperanza» («Toivon tuolla puolen») del director y guionista finlandés Aki Kaurismäki, que se ha convertido también en clara favorita para el Oso de Oro como mejor película.
Kaurismäki logra con su acostumbrado estilo minimalista, su inconfundible fino humor, sus personajes extravagantes pero unidos por una causa común, mostrar al máximo el drama de la guerra en Siria, y la destrucción de Aleppo poniendo en primer plano el drama de un joven refugiado de esa ciudad que practicamente por azar llega a Finlandia escondido en un barco al puerto de Helsinki.
La larga odisea que ha sufrido en Turquía, Macedonia, Serbia, la llamada ruta de los balcanes y que cuenta durante la entrevista con la funcionaria del Ministerio de Asuntos para Inmigraciones es desoladora y es tan solo un ejemplo del destino de miles y miles de refugiados, que se encuentran en camino huyendo de los bombardeos del gobierno sirio, del gobierno ruso, de los rebeldes o del Estado Islámico ISIS en ese país y esto desde 5 años y sin que ningún acuerdo tejido en la ONU o con la NATO hayan logrado poner paro a la guerra en en ese país.
La película de Kaurismäki es una denuncia y una crítica a esa guerra y a la indiferencia de Europa y de sus habitantes ante la situación de los refugiados políticos, que llegan a las puertas de Europa buscando asilo y protección y en muchos países, sobre todo en Europa del Este, se topan con el menosprecio y la indiferencia en sus estructuras racistas. Ya en 2011 con la película «Le Havre» se ocupó del tema.
Al joven protagonista sirio Khaled, que pese a haber contado sus odisea y pese a las noticias que se muestran en televisión, y en todos los medios de comunicación sobre el drama de humano en Siria, le es denegado el derecho de asilo. Aquí son los ciudadanos conscientes y sensibles quieres prestan ayuda al joven, ofreciéndole un techo para dormir, un trabajo y un documento de identidad.
En la película es el protagonista, un hombre jubilado que compra un restaurant «El jarrón de Oro» («Der Goldene Krug») y junto con el cocinero, la camarera y el camarero apoyan al joven y también a la hermana Miriam, que después de mucha angustia logra saber viva en Lituania.
Con fino humor y una solidaridad inquebrantable logra retomar Kaurismäki el tema de los refugiados políticos, el racismo y la discriminación pero también el de la esperanza en esta Berlinale 2017.
En la Berlinale 2016 la película «Fuocommare» de Gianfranco Rossi enfocó este tema y ganó por ello el Oso de Oro como mejor película, pero se trató de un documental y aquí no hubo espacio para el humor, ni la risa.
«Fuocommare» retrata la muerte de los más pobrísimos africanos que se lanzan al mediterráneo en botes llenos de mujeres, hombres y niños en la búsqueda de un lugar para vivir, pero la mayoría no logra llegar vivo.
El mediterráneo se ha convertido en el cementerio más grande del mundo. No hay cifras exactas acerca de cuantas personas han muerto ahogadas. Se estima que tan solo en 2016 murieron en el trayecto a Europa 7 mil 400 personas.
Quizás es una buena opción mostrar esta temática muy actual, justo porque Europa se amuralla más y más, pero con el arma de la risa, puede que sí, que el humor pueda transformar los corazones de sus gentes y despertar en ellos lo que en estas tierras se ha perdido: la empatía y la solidaridad por los otros.
Europa tiene poca memoria. Sin la ayuda de muchos países, durante las guerras europeas, habría muerto de hambre y miseria una buena parte de su población. Son los flujos migratorios los que ofrecen oportunidades para retomar la vida y no las estrategias de retrotraerse y cerrar los ojos haciendo como que aquí no pasa nada.
Kaurismäki lo tendría muy bien merecido: otro Oso de Oro en la Berlinale 2017 para un tema del que ya nadie quiere saber nada, pero que es omnipresente y necesario.
En la conferencia de prensa afirmó Kaurismäki: «El cine no tiene tanta influencia, pero mi intención es coaccionar a las tres personas que van a ir a ver esta película para que entiendan que todos somos iguales, que todos somos humanos y que mañana podrías ser tú el refugiado».
