Opinión Nacional

Arrogar (SE)

Recientemente escribí sobre el adjetivo “arrogante”. Este es el antiguo participio activo del verbo  “arrogar”, categoría que ha sido suprimida en la nueva  gramática, la cual estudia los participios activos como adjetivos y, eventualmente, sustantivos. Hoy me  referiré al verbo  “arrogar”.

El DRAE da de “arrogar” dos acepciones: “1. Atribuir, adjudicar. 2. prnl. Apropiarse indebida o exageradamente de cosas inmateriales, como facultades, derechos u honores”. La primera acepción es poco usada. La segunda se  define como pronominal, es decir, que se conjuga siempre con una variante pronominal, “me”, “te”, “se”, generalmente  proclítica, o sea, antepuesta al verbo: “Él se arroga  facultades  que no le pertenecen”. Aunque también puede ir como enclítica, pospuesta al verbo y pegada a este: “Él arrógase facultades que no le pertenecen”.

Como puede verse, este verbo se usa comúnmente para referirse a las personas  que se atribuyen cualidades que no tienen. En este sentido el verbo se relaciona  semánticamente con el adjetivo “arrogante”, aunque este va más allá, pues se aplica no  sólo a las personas que se atribuyen méritos que no poseen, sino también a los soberbios,  insolentes, altaneros y presuntuosos.

Es frecuente que el verbo “arrogar (se)” se confunda con el verbo “abrogar”: “Fulano se abroga derechos que no le corresponden”. Es un error. “Abrogar” significa “Abolir,  derogar. Abrogar una ley, un código” (DRAE). Por razones obvias, su uso suele hacerse  dentro del ámbito específicamente jurídico. Correlativamente se usan también el  sustantivo “abrogación” y el adjetivo “abrogatorio”, aunque este no aparece en el DRAE:  “El Tribunal Supremo acordó la abrogación de la ley por inconstitucional”; “El  Tribunal Supremo tiene facultades abrogatorias de leyes y otros actos jurídicos”.

También es frecuente que se confunda el verbo “arrogar (se)” con el verbo  “irrogar”, definido por el DRAE como “Causar, ocasionar perjuicios o daños”. Este verbo  también se usa muchas veces como pronominal: “Él, con su comportamiento, irroga daños a los demás, y se los irroga a sí mismo”. Es, así, incorrecto decir “Él se irroga  facultades que no tiene”.

“Arrogar” es de origen latino, y deriva de “arrogare”, que significa “apropiarse”.

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