¿El plebiscito del 8D lo tenemos ganado!
La última improvisación de las oposiciones-MUD apunta, nada menos, que a convertir las elecciones regionales del 08D en un plebiscito. Y el decir es constante: ¡lo tenemos ganado! Con esto aluden a la trascendencia que le otorgan a este nuevo fraude-trampa montado por el mismo CNE que despacha con las pautas de Miraflores.
¿Pero qué se persigue con este plan plebiscitario? Se dice y repite que se necesita hacer de la convocatoria 8D algo que trascienda lo regional. El objetivo no se limita a ganar la mayoría de las alcaldías y concejalías sino a obtener el triunfo en el conteo general de los votos y así ratificar que las oposiciones son mayoría y que, en consecuencia, obtuvieron la victoria el 14A-13.
La lógica que se aplica es elemental y superficial. ¿Cómo es esto de que una victoria ahora significaría una especie de prueba o reafirmación del triunfo opositor el 14A? ¿De lograr la mayoría de votos cambiaría el cuadro político nacional? ¿Se ratificaría que Maduro le robó el triunfo a Capriles y que es ilegitimo, provisional o mientras tanto?
Pero además de lo ocurrido y que ahora se dimensionaría ¿qué novedades se podrían presentar? ¿Hay algún plan de acción, más allá de lo ya acometido, en caso de un escenario triunfal el 08D? ¿Habrá una movilización hacia la toma del poder por una vía distinta a la electoral sin que esto implique convocar y activar la violencia?
¿Se programará, por ejemplo, una resistencia, una protesta pacífica de calle que emule, entre otras, la que se levanta contra Milosevic en Yugoeslavia? ¿Se dirá que, comprobada la mayoría, se procederá a esperar el tiempo necesario para impulsar el Referendo Revocatorio para intentar sacar a Maduro?
Y si esto falla ¿se aguardará hasta la convocatoria a las próximas elecciones presidenciales? ¿Este es el escenario que se crearía con el plebiscito ganado el 08D?
A esta hora no hay motivo para considerar que esta llamada revolución, que maneja la más alta renta petrolera de la forma más grosera y perversa, pueda perder esas elecciones. Ratificamos la tesis que sostenemos desde el 2004: este régimen no perderá elección alguna mientras cuente con el control de todas las instituciones e integre el proyecto Venecuba.
Visto el cuadro histórico desde este escenario, vamos hacia una nueva derrota de las oposiciones-MUD, cuya prédica de “somos la mayoría” no cesa. Y no se considera algo fundamental: que esa mayoría sólo refiere las dos fuerzas polarizadas que se califican permanentemente de victoriosas.
La salvedad es que la oficialista en lo electoral, dada su capacidad y recursos para ejercer el fraude-trampa, se ha impuesto en la totalidad de las elecciones, de manera directa e indirecta, desde diciembre de 1998.
Por esto tiene pertinencia esta pregunta: ¿es posible sostener con algún fundamento que este expaís sigue dividido en dos fuerzas sociales enfrentadas y que el 14A estableció una especie de empate técnico entre las dos partes?
Sostenemos que la mayoría está en la fuerza social pueblo-colectivo que no forma parte de estos polos. El llamado bloque oficialista es el resultado de un programa permanente de inversión que tiene en el proyecto de las misiones el punto de partida de un intercambio de inversión social por apoyo político-electoral. Es en lo fundamental lo que hoy se denomina “revolución bolivariana, socialista, pacífica pero armada”.
Frente a este clientelismo-populismo están unas oposiciones que no cuentan con los recursos-poder necesarios para competir en esta magna empresa de compra-venta. Por ello se acogen al capital-mercancía electoral como recurso mayor para mantenerse en alguna línea de fuego, valiéndose del agente mediático (cada vez más disminuido) que les sirve como punto de apoyo para una amplia gestión de control-manipulación.
En la actualidad queda claro que los partidos en este expaís, no cuentan con militancia regida por una doctrina político-ideológica. En todo caso, las oposiciones-MUD, hoy sin el apoyo mediático que le dispensaba su “compañero de ruta” Globovisión, difícilmente puede alardear de poseer la mayoría del electorado al lado de su política.
El asunto debe verse en el marco de las últimas elecciones en las que muchos actores de las oposiciones votaron, no exactamente por un candidato opositor, sino en contra del chavismo. En ese momento se vendió este mensaje: “Se ve y se siente, Capriles Presidente” que recordaba el “Rosales gana y cobra”.
En este caso todo esto se desvanece cuando se produce lo que esas oposiciones calificaron como robo electoral. Por primera vez en forma directa y expresa acusan al gobierno de realizar un fraude-trampa que tendría como actor central al CNE.
Son conocidas las horas de tensión e incertidumbre que se viven a partir de la media noche del 14A. Sin embargo, todo esto se deja a un lado en el momento en el cual el CNE convoca las elecciones regionales y las oposiciones-MUD, que habían impugnado ante el TSJ las presidenciales por presunto robo a HCR, llama a votar el 08D para demostrar que se es mayoría y que el “ilegítimo” debe cesar en sus funciones.
Nada de esto ocurrirá en esta fecha. Una vez más se aplicará el fraude-trampa de una minoría contra otra. Y así continuará el panorama hasta que se produzca la insurgencia de una nueva fuerza. En esto creemos. Por ello cuando nos preguntan por la salida a esta situación respondemos invariablemente que vamos hacia un inevitable tiempo de soluciones.
Pero dejamos claro que nos apartamos de todo camino que pueda incluir la violencia. Por ello abonamos a favor de la constituyente originaria que parta de la decisión del pueblo-colectivo de realizar los cambios que reclama esto que se denomina hoy sociedad venezolana y sus correspondientes instituciones.
Se trata de la acción del pueblo-colectivo-soberano que actuaría sin intermediario ni mediatización para crear un verdadero país. La vía a recorrer para alcanzar este objetivo es la del Movimiento de Movimientos, del cual hemos hablado desde hace muchos años y al cual nos volveremos a referir en nuestro próximo artículo. ¡Qué historia amigos! Twit: @ablancomunoz