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El poder de la ignorancia

El poder de la ignorancia ha determinado que el país haya sucumbido ante las extorsiones que desde el interior del mismo régimen, hacen en su contra.

De la ignorancia, mucho se ha dicho. Igualmente, del poder. Ambos términos definen al hombre desde sus inicios. Particularmente, por cuanto la vida del ser humano se ha bandeado entre el poder y la ignorancia, entre otras razones igualmente corrosivas. Pero su vinculación, es extremadamente peligrosa pues los efectos que dicha relación inducen son altamente inflamables en la política y la economía. Aunque también, para la sociedad, la familia y la cultura.

Sin embargo, antes de relacionarlos, debe tenerse alguna claridad de lo que su acepción alcanza. Así se tiene, por ejemplo, que la ignorancia es todo lo que encubre no sólo la carencia del conocimiento necesario a partir del cual se hace posible sortear problemas en ciernes. También, la desmotivación ante la significación que alcanza una respuesta terminante. Eso es ignorancia. O no saber en torno a algo cuya utilización apunte a la salvación ante alguna inconveniencia. Tal es el impacto de la ignorancia, que Johann Goethe, poeta, novelista y científico germánico, manifestó que “no hay nada más espantoso que la ignorancia activa”.

Por su parte, el término “poder” ha sido razón para conjurar condiciones mediante las cuales un gobernante procura garantizarse mayor apego a las ventajas que el cargo le ofrece. En medio de ese juego de posturas paradójicas, acontecen difíciles situaciones que, políticamente, se convierten en excusas para justificar, a la fuerza, medidas dirigidas a mantenerse en la posición de poder. Ello, a costa de todo. Es el momento en que se asoman debilidades en actitud de lucha contra las tentaciones que incita el poder.

Bajo la relación poder-ignorancia, se ponen a prueba consideraciones de importancia vital para la estabilidad de situaciones y condiciones que en un principio se definieron desde una óptica diferente a la que luce al momento del desafío que insta el poder de la ignorancia. Y ahí está el lugar donde se someten al escarnio las intenciones que tiene el ser humano de lucirse en aras de las posibilidades que le ofrece el poder. Sólo que no logra subsistir al no advertir las apetencias del poder toda vez que son la fuerza que absorbe y extingue la racionalidad haciendo que todo sucumba ante el poder. Más, ante el poder de la ignorancia.

En política, el poder de la ignorancia se atribuye tantas víctimas como oportunidades haya tenido el hombre para erigirse por arriba de las coyunturas en las cuales se ve enredado por culpa de la solapadas y veladas maquinaciones del poder.

En Venezuela, este tipo de situaciones llevó al colapso la funcionalidad de gobiernos que en principio, declararon todo lo contrario a lo que el desarrollo de sus gestiones terminó por alcanzar. El poder político que logró conseguir el gobierno militarista instalado desde 1999, superó todas las expectativas que el más pesimista de los opositores, pudo tener en cuanto al hecho de imaginarse el cuadro dantesco que iba a vivir Venezuela a consecuencia de la ineptitud y la ignorancia de quienes han gobernado al país desde entonces.

Situaciones dominadas por la violencia política, la intimidación extrajudicial, la represión policial, el asedio a la economía, entre otras amenazas de igual o peor calaña, se instalaron como parte del marco de desaforadas acciones propiciadas por el propio gobierno. El poder de la ignorancia ha determinado que el país haya sucumbido ante las extorsiones que desde el interior del mismo régimen, hacen en su contra. Ya van 18 años desde que el militarismo se asoció con el populismo demagógico y tiránico para arremeter en perjuicio de Venezuela.

Pareciera esto otra cosa. Personas de la talla moral y académica del sacerdote jesuita Luís Ugalde, quien fuera rector de la UCAB, se preguntan: “¿cómo es posible que una nación toda se deje pisotear por un gobierno mediocre e inútil? ¿Eso es resignación, o pérdida de fe?” Sin embargo, muchas son las respuestas. Algunas refieren preocupaciones en la misma línea de pensamiento. Mientras que otras, relacionan la respuesta con razones que si bien no dejan de acompañar la preocupación subyacente, exponen que en ello se encubren otras causas acusatorias que plantean expresiones más duras. Aunque en todas ellas, puede leerse que debajo de los problemas que la crisis de gobierno ha hecho emerger, se tiene el que distingue el nombre de esta disertación. O sea, el que encubre el poder de la ignorancia.

“Sobre la ignorancia se asientan infinitas posibilidades de triunfo. Aunque efímeros todos. Pero cuando dichas intenciones descansan sobre el poder de la ignorancia, el peligro es mayor pues tienden a desarreglarse los puntales en los cuales se cimienta el desarrollo de todo cuanto se construye en la constancia, el estudio y la razón”

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