Cómo aprende el cerebro
El cerebro es el órgano esencial del cuerpo humano. Organiza y controla todas las funciones corporales, además de ser la sede de todos los procesos emocionales y mentales superiores. Mantenemos contacto con el mundo interior y exterior a través del cerebro que proceso todas las señales que provienen de esas fuentes.
Es un sistema muy complejo constituido por una enorme red de células nerviosas interconectadas. Son miles de millones de células que se conectan entre sí para ejercer las más variadas funciones. Podemos pensar, sentir, comer, cantar, bailar o ejecutar cualquier conducta gracias a que millones de células nerviosas se ponen de acuerdo a una velocidad asombrosa para ejecutar cualquier función.
Gracias a que las células del cerebro tienen la capacidad de conectarse unas con otras, pueden recibir información , procesarla y ejecutar cualquier función cerebral. Una de las funciones más importantes del cerebro es la capacidad de aprender, es decir la función de aprendizaje.
Los neurocientíficos con sus observaciones e investigaciones han ido precisando los procesos cerebrales que se suceden mientras aprendemos, y han determinado que el aprendizaje tiene lugar gracias a la capacidad que tienen las neuronas de conectarse activamente unas con otras.
Las neuronas son células excitables, es decir que responden con cambios electroquímicos cuando otra célula vecina actúa sobre ella. En el momento en que dos o más neuronas se activan (o disparan) simultáneamente, se produce entre ellas una conexión particular que registra la información y sienta la base del aprendizaje. Hay un principio en neurociencia que reza “ neuronas que disparan juntas, se mantienen juntas”, es decir se forma entre ellas una unión electro-química, que es la forma como el cerebro guarda la información que desea retener, por tanto la base del aprendizaje.
Imaginemos que conocemos a una persona. En el momento en que las neuronas del cerebro encargadas de percibir la fisonomía particular de esa persona se activan, comienzan a extender uniones llamadas dendritas que las vinculan unas con otras formando lo que se llama un circuito (una red de neuronas interconectadas) que registran las señas particulares de esa persona. Esas conexiones permanecen fijas en el cerebro, y se activan una vez que nos encontramos de nuevo con esa persona y eso nos permite reconocerla, recordar su fisonomía , su nombre y las experiencias que compartimos juntos. Esto ocurre gracias a que esa red de neuronas que se conectaron en un primer momento se activan de nuevo. Si esas conexiones se debilitan ocurre el olvido , y entonces no recordamos quien es la persona, pero si gracias al esfuerzo o a que buscamos información que nos permita recordar, recuperamos las conexiones, es posible recordarla de nuevo. Si se pierden las conexiones por lesión , entonces presentamos una pérdida de memoria como en el Alzheimer.
Así aprende el cerebro, conectando neuronas entre si, y formando circuitos o redes que contienen la información.
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