El legado de Chávez II
Ya no quedan dudas de que la mala política creada con el destructivo “socialismo del siglo XXI”, tergiversó hasta el pensamiento crítico de científicos y sabios, que enmarañaron su saber dentro de una prosaica y ligera opinión, solo vista desde el punto de la crisis política, que obviamente involucra todos los factores del Estado; poniendo todo en blanco y negro, en bueno y malo, y en necesario o innecesario, según su participación a favor o en contra del gobierno o de la oposición, dejando de lado su sabiduría y su pensamiento institucional.
Así, surgieron premonitores y proyectistas, que de acuerdo a la actuación institucional, pensaron y opinaron sobre lo que había que eliminar o transformas de las instituciones, solo con la visión “revolucionaria” de lo malo, que a pesar de la enseñanza filosófica de materialismo histórico, nunca se pasearon por la realidad verdadera y la necesidad; que no se puede mirar con el ojo de la rabia, sino con el de la sindéresis proyectada al futuro, que es el porvenir, porque lo malo del pasado y del presente, solo deben servir para reponer y no para destruir, y he aquí lo malo del razonar “revolucionario”, que solo nos ha dejado una propuesta del antepasado, cargada de la malignidad en que transformaron estos maledicentes “bolivarianos” a todo el conjunto institucional de Venezuela, porque luego correríamos el riesgo de “volver al pasado comenzando”, que no augura nada bueno.
Lamentablemente, ese es el legado, que nos obliga a repetir: “Nunca cesará la mente de pensar y expresar todo el sentimiento que sirve de acomodo al arrepentimiento, cuando se le busca la razón a esta situación que vivimos. Todo, no es más que el resultado presumido cuando pensamos en no oír consejos, o creer, que solo la suerte o el destino conforman los actos del futuro”. Esto es verdadero raciocinio, o como diríamos en secreto, pensar bien o razonar. Sin embargo, la Venezuela dividida en pensar y en actuar, nos lleva a la desconfianza, cuando no creemos en nadie. El país está dividido en “patriotas” y “apátridas”. Un conflicto creado por el “mesiánico revolucionario”, que hasta después de muerto vive en la mente y en el espíritu de seguidores, que prefirieron cumplir o seguir, antes que pensar y razonar.
El cuento de que había o hay que “inventar para no errar”, partiendo de una fórmula mágica guiada o producida por el fenómeno del “proceso”; que nunca tuvo un resultado, a no ser el desastroso fracaso que hoy se plantea como fórmula para dialogar y dar larga al martirio que implica traspasar el fondo en que nos encontramos, amparados por el deseo de gobernar de algunos políticos de la MUD, que no ven la hora de estar ahí, donde estuvo el émulo revolucionario. Ese, de quien hablamos y seguimos enumerando los aportes de su legado. Ese, de quien tuvimos que descifrar su pensar hasta preguntarnos: ¿Puede un espíritu sensato creer que llegarían a gobernar las masas con argumentos y lógicos razonamientos, sabiendo que las ideas se contradicen unas a otras y debilitan la autoridad y la fuerza?
Alguien dirá, que son inmorales estos planteamientos sobre el gobierno y sobre los hombres; y es posible que lo piensen, pero nada disminuye su valor sobre la realidad, porque la política nada tiene en común con la moral, pero su conclusión, para sellar lo fuerte del “proceso”, es entender, que un Jefe de Estado que pretenda gobernar con arreglo a leyes morales, no es un hábil político y, por consiguiente, no estará seguro en el Poder. Así surge el mayor legado de Chávez. Un gobernante, que en 18 años, lo único que le interesa es “gobernar” amarrado al “poder” militar. Nada importa la fuerza que se le enfrente, ya que dada la situación quebradiza de todos los poderes civiles, su fuerza será más poderosa que ninguna otra, porque actúa, según convenga, visible o invisible, dentro o fuera de las leyes. Así, él bajo la fuerza de la delincuencia de todos los géneros, extendida en el país y estimulado contra los poseedores de bienes materiales o contra los defensores de una ideología o religión, es un instrumento de ataque efectivo, con el que se aterrorizan, se dispersan y se debilitan los movimientos opositores. Peor aún, cuando actúan bajo fórmulas organizadas de cuerpos paramilitares y de inteligencia, que actúan siguiendo planes como el de las OLP, que es la vigésima nónica generación derivara del Plan de la Patria. Un recuerdo a la ineficiencia planificadora y a la integración de la FAN en este martirio gobernante.
Todo, un mal momento, bajo la férula del mencionado “proceso”, que de “proyecto” pasó a desastre, pero que cumplió con el mandato de creer construir un gobierno indestructible, duradero y eficaz, orientado por una “revolución”, que a su decir “vino para quedarse”, cuyos objetivos indescifrable se encuentran en el “Cuartel de la Montaña”, que otrora fuera el museo militar de Venezuela.
Y a propósito del “Diálogo”, algo que leímos y nos parece digno de cierre: “La población debe creer, que las leyes garantizan sus derechos, aunque dentro de un ‘proceso revolucionario’, las leyes pueden cambiar cada vez que la ‘revolución’ lo exija. La prensa es una gran potencia que debemos controlar y ponerla al servicio de la ‘revolución’. Por medio de la prensa y diversos medios de comunicación se domina el espíritu público y a la vez se orienta la crítica y se controla la opinión pública, tanto hacia el interior de las naciones, como hacia las convenientes relaciones internacionales”.
@Enriqueprietos