Opinión Nacional

Un territorio, dos mentalidades

Los componentes esenciales de una Nación son el Territorio, la Población y la Cultura. Hay Nación cuando sobre un determinado Espacio confluyen sus ocupantes con un denominador común, sus rasgos Culturales, entre los cuales resaltan la Historia que compartan, el Lenguaje, el Folklore, el sincretismo de sus costumbres ancestrales y los modos que la modernidad suma al comportamiento y al pensamiento de ese conjunto humano.

En algunos grupos hubo más de una etnia, que se mezclaron a lo largo de décadas o siglos y dieron lugar, en mayor o menor grado, al mestizaje que les caracterice hoy. Hasta la era de las cavernas los hombres fueron básicamente nómadas y se comunicaban por señas. Descubrir y usar el Fuego, primero para calentar el reducido espacio que compartía el clan o la tribu, luego para modificar la comida, les permitió compartir en grupo por más tiempo, gradualmente ir de las señas a producir un Lenguaje, lo que les permitió expresar sus ideas con mayor facilidad, acelerando el proceso de mejoramiento de las técnicas para recolectar, pescar y cazar, y condujo a los asentamientos, cada vez menos temporales, hasta alcanzar el sedentarismo de los caseríos, pueblos y ciudades, donde deben imprescindiblemente dividirse las tareas, pues al pastoreo de manadas domesticadas y a la siembra de un creciente número de vegetales aprovechables, se añaden otras actividades, que se desprenden de las elementales o surgen en paralelo (carnicero, tendero, artesano, sacerdote, cocinero, músico, curandero, guardia, etc). Al evolucionar los oficios y crecer las poblaciones, también se modifican los modos de Organización Social, hasta que aparece la Política como pivote que diseña y maneja las maneras en que los pueblos se conducen civilizadamente, tanto entre sus miembros como respecto de otros pueblos. Al inicio la Política es oficio ejercido por sacerdotes y guerreros, pero a medida que una Nación avanza, la praxis política se va independizando de lo militar y de lo religioso, salvo en aquellos pueblos que mantienen aún vigentes los estadios primitivos, por estancamiento e ignorancia.

Hay una concepción de sí mismos y del mundo que, dentro de la variedad propia de la Libertad que es inherente a los individuos y grupos humanos, por pensantes, debe mantener cierta homogeneidad en los esquemas primordiales, a fin de que ocurran acuerdos y todos participen, para el logro de los objetivos que les son comunes y permiten la Convivencia. Estar conscientes de las diferencias, tanto físicas (derivadas del mestizaje) como intelectuales (derivadas de la Educación), o económicas (que dependen de nuestra participación en el hecho productivo), pero poner el énfasis en lo que nos asemeja (la condición genéricamente humana, en particular de una nacionalidad) y ser tolerantes con lo que nos hace disímiles (estatura, color, peso, origen regional, grado de instrucción y preparación, actividad a la que nos dedicamos -oficio, profesión-, escogencia en materia sexual o religiosa, etc), y establecer los objetivos que comparta la mayoría, sin perjudicar a las minorías que no coincidan. Pretender que de una condición natural (tipo étnico) se deriva la superioridad de un conjunto (y por ende la inferioridad de los que sean distintos), es absurdo, y doquiera que ha sido puesto en práctica ha generado injusticias, alcanzando niveles de Genocidio en los casos de la “raza” Aria, que llevó a los Nazis (Nacional Socialistas alemanes, y sus simpatizantes) a cometer horrendos crímenes contra los grupos que ellos consideraban minorías inferiores, o la barbarie ocurrida en Ruanda, África central, donde la etnia Hutu, en el poder, llevó a cabo una sistemática masacre de nativos de la etnia Tutsi, todo en base a la Raza (este término ha sido abolido por la ciencia, pero mantiene vigencia en el Racismo, la práctica del odio en función de los factores étnicos). Toda discriminación en base a diferencias, naturales o ideológicas, es repudiable, algunas persiguen la explotación de los que consideran inferiores, una conducta históricamente desproporcionada y lamentable. Pero las expresiones extremas de la discriminación alcanzan las profundidades más criminales, al proponerse quienes detentan el poder y se asumen superiores, la eliminación de los demás, mediante métodos que los nazis llamaron “la solución final”, y los ingleses en Norteamérica “la conquista del oeste”. A pesar de los esquemas de sometimiento que impuso la Conquista ibérica en América Central y del Sur, no se propusieron erradicar a los indígenas nativos y negros importados como esclavos, lo demuestra la existencia de una mayor proporción de enclaves negros, y etnias indudablemente aborígenes en cada uno de nuestros países iberoamericanos, que son hoy obvia mayoría en México, Guatemala, Bolivia, Perú y Ecuador. Testimonios intensos de ese avance contra el viejo racismo, son los presidentes de Bolivia, Perú y EEUU, dos indígenas y un mulato, (no es negro, y la minoría negra es el 10% del total poblacional, por lo que Barack Obama representa mucho más que una cuota asignada, con el mulato ingresan a las grandes ligas las otras minorías), superando los fuertes prejuicios que dominaron por siglos nuestro continente.

Hoy en día, en los países con mayor avance socio-histórico (algunos tuvieron que soportar guerras muy cruentas, para cambiar sus conductas), son aislados los casos de discriminación en base al color, el género y opción sexual, aunque esos vicios persistan en países atrasados, donde conciben que las oportunidades de acceder a posiciones de poder, político, económico, o en ambos, dependen de la pertenencia a grupos que se identifican y diferencian en función de esos elementos, para sacar del juego a los que no forman parte del grupo ganador y repartirse las relativamente escasas posiciones de poder, ejerciendo el monopolio en virtud del factor con el cual se aglutinan los miembros del grupo que ejerce el control. Por ello vemos que, en ciertos países del tercer mundo, el poder lo ejercen en base al elemento religioso (los fundamentalistas islámicos, sean shiítas o sunitas, abusando de su interpretación del Corán), pero en muchos otros países el elemento que aglutina a la mayoría circunstancial y variable es su cercanía o militancia en los partidos políticos en el poder o con altas probabilidades de tomar el poder, por la vía electoral o por la vía violenta. Y en el respaldo a una organización político-partidista cumple un rol de primer orden el fenómeno de la Identificación, con el líder y con el discurso, la actitud y la propuesta, Carisma y Populismo. Por supuesto que la formación de cada individuo es vital para su adherencia o rechazo a una opción política, su preparación previa, sus conocimientos y sus experiencias en las lides políticas (no necesariamente partidistas), y también su particular ubicación como persona, en el plano social, económico, cultural en general. Una experiencia e información escasas o nulas, hacen del individuo una presa fácil para cualquier demagogo que dirija sus discursos a exacerbar los resentimientos latentes, mucho más si se ubica en las capas más necesitadas de la población, carentes de instrucción, vivienda, trabajo, alimentos, capas que en el tercer mundo son la mayoría, entre otros factores, por ser las que se reproducen con más frecuencia y menos sentido de responsabilidad.

El comportamiento demográfico insensato es uno de los factores que mejor diferencian a las poblaciones de los países con más problemas socioeconómicos por resolver, de los países más desarrollados, cuyos niveles de vida y prosperidad son muy satisfactorios y benefician a la mayoría, quedando las carencias en una reducida minoría, electoralmente inútil y por lo tanto de poca significación para los demagogos, que por nuestros lares tercermundistas son abundantes como las malas hierbas.

Volviendo al tema de la discriminación extrema, esa que elimina a los que no llenan los requisitos de la élite que se atribuye superioridad, hubo una que surgió en torno a la búsqueda de la Utopía máxima. Irónicamente, yendo en pos de la Igualdad, El Socialismo, primero en teoría marxista, luego desde el poder, de praxis leninista, después estalinista, maltratraba, aislaba, asesinaba, a los disidentes en cualquiera de sus variantes. A las cárceles en toda la URSS y sus países satélites, a los campos de concentración llamados Gulags, eran enviados por miles, hasta aniquilar más de 20 millones, los seres humanos que no apoyaban las tesis y ejecutorias de José Stalin, el criminal nacido en Georgia, quien profundizó la perversión iniciada por Lenín y Trotsky, impidiendo el genuino empoderamiento del pueblo, al ir reduciendo en la práctica la cantidad de personas con Poder Decisorio, que por un tiempo se hospedó en los confines del partido, para luego limitarse a su cúpula, y desembocar en las exclusivas y cada vez más desviadas arbitrariedades del “padrecito”, que iban desde la imposición de planes caprichosos destinados a fracasar rotundamente, generando ruina y hambrunas, hasta el sistemático genocidio en perjuicio de todos los que él considerara enemigos de la Utopía Comunista, lo que a la larga incluyó a sus íntimos colaboradores (a través del dogmático español Ramón Mercader, asesinó en 1940 a Trotsky en México). El Estalinismo como *esquema totalitario de sojuzgación, que conlleva al *Culto al líder (incluso su embalsamamiento para la deificación, que se implementa apenas fallece), *el Partido y Pensamiento únicos, dominó la política de las naciones que integraban la URSS y los países de la Europa oriental en su órbita, y China con su cruel variante maoísta, el llamado segundo mundo en oposición al primero, EEUU, Europa occidental, Canadá, Australia, Corea del sur, Japón, los dos bloques fuertes que se enfrentaban durante la denominada Guerra fría, del 45 al 91. El Capitalista Democrático y el Comunista Totalitario. En tanto los muros regulares se construyen para impedir que los delincuentes ingresen, el Muro de Berlín constituyó una de las mayores afrentas a la Humanidad y la Civilización, una pared y una ancha franja de obstáculos letales, puestos para impedir que los ciudadanos salieran huyendo de la dictadura en la Alemania oriental, que se denominaba “democrática”. La caída del oprobioso Muro en 1989 fue el preámbulo para la gradual implosión del sistema Comunista en 1991, en la URSS y los países bajo su dominio.

Señalo al conjunto de países que funcionaba siguiendo el esquema totalitario comunista: Rusia, Ucrania, Bielorusia, azerbaiyán, georgia, turkmenistán, uzbekistán, armenia, tayikistán, kazajastán, kirguistán, letonia, lituania, moldavia, estonia, Checoeslovaquia, polonia, hungría, romanía, alemania del este, yugoeslavia, albania, china, corea del norte, cambodia, cuba y vietnám . En China, luego de la muerte de Mao Ze Dong en 1976 y del regreso de Deng Xiaoping en 1979 al gobierno, la Economía sufrió una sacudida, y el gigante asiático desde entonces se ha convertido en una potencia mundial en el marco del Capitalismo más salvaje. Similar al caso de Vietnám, que luego de ganar la guerra contra Francia primero y luego EEUU, tuvo también que dar un giro de timón y fomentar la economía de mercado. Con el derrumbe en 1989del absurdo Muro que dividía a Berlín, las dos Alemanias se re-unieron, y dos años después cayó la URSS bajo los efectos evolutivos e imparables de la Perestroika y el Glasnost que impulsara Gorvachov. En Cambodia, Pol Pot impuso un régimen de terror a nombre de la igualdad comunista, dos millones asesinaron en pos de sus caprichos. De la lista al inicio de este párrafo, de las 15 Repúblicas de la URSS que se regían por el sistema estatista, sólo Bielorusia queda aún bajo un régimen autoritario, con el dictador Lukashenko al mando. En las siete repúblicas de Europa que cayeron en la cesta soviética, a raíz del reparto al final de la 2ª guerra mundial (1938-1945), imperan la Democracia y el Capitalismo como esquemas político y económico respectivamente (Alemania oriental se unió a su otra mitad y renació Alemania, con una de las más poderosas economías del orbe. En Checoeslovaquia surgieron, por división acordada, dos Repúblicas independientes, y Yugoeslavia, tras varias guerras sangrientas en los 90, se dividió en seis partes: Croacia, Montenegro, Eslovenia, Macedonia, Bosnia-Herzegovina y Serbia (con dos porciones en plan separatista). En NorCorea se impuso una monstruosidad que concentró todas las perversiones del estalinismo y el maoísmo, allí funciona una cuasi-monarquía absolutista que pasa la corona de padre a hijo. Bajo un régimen retardatario y represivo tienen el más voluminoso ejército del mundo, en proporción a su pequeñez, y las más feroces hambrunas que, no obstante, no disminuyen el frenesí adulatorio hacia la dinastía Kim. Cuba se ha regido desde el 1º de enero de 1959 por una dictadura unipersonal, que a partir de 1960 se declaró marxista-leninista, para practicar por décadas el más tradicional de los estalinismos, pues a Fidel Castro le venía como anillo al dedo el sistema totalitario, de constantes purgas, que le endosa al “imperialismo” las culpas del estancamiento, la escasez, los retrocesos en la producción de azúcar, y la vergonzosa necesidad de depender de las ayudas externas para sobrevivir. La URSS mantuvo a Cuba hasta que no pudo mantenerse ella misma y colapsó. A duras penas superaron el “período especial” sin un patrocinante generoso, hasta que un quintacolumna sembrado en los 70, entre muchos, apareció en Miraflores y revitalizó el parasitismo crónico de la “isla de la felicidad”, a costa de lo que dejaba de invertirse en Venezuela. Representó Chávez la gigantesca involución de permitirle el poder más antidemocrático a quien introdujo el primitivo pasado de cuando el gobierno lo ejercían los políticos sucios y entreguistas, o los militares incapaces y represivos, o los sacerdotes moralistas e infalibles. Fue un mal político, un pésimo militar, y un falso creyente. Aun así, buscan crear a su alrededor una idolatría inmerecida y anacrónica. Su labor esencial fue demagógica y populista, y “ganó indulgencias con escapularios ajenos”, del erario nacional, despojando a sus legítimos propietarios, chantajeando a quienes beneficiaba, ni eran todos ni recibieron suficiente. Correr las arrugas.

Stalin murió en 1953, Jrushev denunció al mundo sus crímenes en 1956, sin embargo el estalinismo se mantuvo activo en los regímenes que se declaraban marxistas y proclives a establecer la vía del partido y pensamiento únicos, del colectivismo, del capitalismo de estado que por inercia bautizan Socialismo, y sigue vigente en la congelada Cuba, aunque desde el 2006 hayan jubilado al Mito, por irreversible senilidad, y su hermano Raúl haya desplazado a toda la Nomenklatura fidelista, substituyéndola por los que son sus incondicionales, iniciando una vuelta en U para seguir los pasos de China y Vietnám en lo del capitalismo Salvaje, tender puentes a EEUU, sin soltar las riendas del poder. Ya botaron medio millón de empleados públicos, y el plan alcanza a un millón más.

No puede el anquilosado e improductivo estado cubano seguir manteniendo a toda la población en la Nómina de la Administración Pública, ni siquiera si les siguen enviando la generosa mesada chavista, de petróleo y dólares. Ha habido cambios significativos y seguirán permitiendo gradualmente las libertades que durante más de cinco décadas le conculcaron a tres generaciones de cubanos esperanzados y alevosamente engañados. Pero requieren imprescindiblemente, para que la transición sea lo menos traumática posible, que en Venezuela se mantengan en el poder sus agentes, esa izquierda fósil que permanece atada a las fábulas y los dogmas con que nutrieron su ideología adolescente, cuando el mundo entero creía también que el castrismo venía a erradicar los vicios, y no a profundizarlos, sacrificando de paso las libertades y las oportunidades.

Luego de conocer los hechos que se han resumido en este escrito, ¿cómo puede alguien respaldar que en nuestro propio país, Venezuela, se pretenda instalar el experimento del colectivismo estalinista que ya fracasó todas las veces que fue implementado, incluída la variante caribeña en la Cuba castrista? ¿Vale la pena dar el voto a cambio de una lavadora, una nevera o una promesa? Si Maduro es una ficha cubana, se formó en la escuela del estalinismo y la violencia en sus cursos de La Habana, al votar por él votas por la repetición de muchos de los graves errores y dolorosos crímenes que cometieron todos sus antecesores en situación de mando, en la esfera comunista mundial. Ya sólo nos falta que venga un grupo a reivindicar al Nacional Socialismo, a adoptar a Hitler como su padre, a prometer el tercer Reich con mil años de duración. Estos rojos andan de muy amigos del iraní que niega el Holocausto y amenaza con eliminar a Israel. Vota a conciencia, Vota pensando en las barbaridades que ocurrieron en el pasado, para evitar que se repitan en el futuro de tus hijos y de tus nietos. Deja el fanatismo y no le des más crédito a la propaganda, hurga en los libros la verdad que te niegan en las cadenas, observa el futuro que te espera tras los engañosos discursos de los que se quedaron anclados (y bien derrotados) en los años 60. No mires los pajaritos que te pintan estos agentes del estalinismo cubano, mira a tu alrededor y empápate de la Realidad.

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